Sin brillo, sin contundencia, sin claridad, pero con pegada y con la solidez defensiva habitual, el Atlético de Madrid logró llevarse los tres puntos de su enfrentamiento con el Villarreal, uno de los pocos equipos a los que no había conseguido vencer en la primera vuelta. El partido, en horario por fin razonable (las 16.00), coincidió con la celebración del Día del Niño, por lo que las gradas del estadio Vicente Calderón presentaban un aspecto muy animado.
Antes del partido, los jugadores de ambos equipos realizaron los correspondientes ejercicios de calentamiento. Aquí vemos a los titulares del Atlético de Madrid...
...y aquí, a algunos de los hombres que jugarían por parte del Villarreal.
En el equipo castellonense destacaba la presencia del guardameta Sergio Asenjo, cedido precisamente por el Atlético de Madrid.
En el bando rojiblanco había numerosas bajas, sea por lesión (Diego Costa, Arda), por sanción (Gabi) o por decisión técnica (Miranda). Otros de los habituales sí que iban a jugar, como Juanfran y Filipe Luís, que están consolidándose como los laterales más solventes de la Liga.
La celebración del Día del Niño permitía ver a muchos seguidores jóvenes del Atleti, tanto en la grada como en el césped.
Aunque, como de costumbre, los más bulliciosos eran un poco más adultos: los del Fondo Sur.
Llamaba la atención, por lo poco frecuente, la imagen de João Miranda en el banquillo
Por fin saltaron al campo los hombres de uno y otro equipo, dispuestos a iniciar el partido.
Arriba, de izquierda a derecha, Courtois, Mario Suárez, Raúl García Cebolla Rodríguez, Filipe Luís y Godín. Agachados, Alderweireld, Diego, Villa, Juanfran y Koke. Este es el once inicial que dispuso el entrenador colchonero, Diego Pablo Simeone.
En el banquillo, el Cholo meditaba sobre lo acertado (o no) de sus decisiones.
Poco después se puso la pelota a rodar. Y lo hizo con domino de los locales, que volcaban sus ataques por el costado izquierdo, aprovechando la calidad de Filipe Luís.
Enseguida llegaron los primeros remates, como éste de Diego que se fue desviado.
El Villarreal, de momento, aguantaba atrás y de vez en cuando intentaba salir con la pelota jugada, pero sin demasiado éxito. El central Pantic (nada que ver con la leyenda rojiblanca) era uno de los más activos.
Sí hay que reconocer que alguna vez los amarillos también inquietaban un poco el área deCourtois.
Pero la retaguardia atlética conseguía quitarse de encima el peligro sin muchos apuros.
El Atlético atacaba y conseguía forzar saques de esquina. Su rival, conocedor de que el balón parado es uno de los principales recursos rojiblancos, los defendía con uñas y dientes.
Pero el duro marcaje no fue suficiente para evitar que el capitán Raúl García, de cabeza, abriera el marcador.
Curiosamente, con el tanto el dominio local se empezó a diluir. La lucha en el centro del campo se volvió más intensa e igualada.
No obstante, el Atleti lo seguía intentando. Villa se mostraba muy participativo, e incluso probaba a hacer florituras, pero no tenía demasiada suerte.
Poco a poco el Villarreal iba ganando metros.
Marcador a favor, equipo líder, ambiente de felicidad, estadio lleno de chavales. Fue el momento más adecuado para que el Frente sacara una pancarta acertadísima: "Niños, por esto somos del Atleti".
De vuelta al césped, la figura de Asenjo poco a poco se iba agrandando. Inmune a las críticas que le llovían desde la grada, el guardameta se mostraba seguro las pocas veces que le requerían. Ni rastro de los nervios que sufría cuando vestía la camiseta delAtlético.
La zaga atlética también estaba muy seria. Aquí vemos a Alderweireld, sustituto deMiranda, sacando un balón.
Las opciones del Atleti, cada vez menos, seguían llegando a balón parado. Koke era siempre el encargado de iniciar las jugadas.
El juego, en general, se había vuelto muy espeso. Apenas se veían llegadas a ninguna de las áreas. La lucha en el centro era titánica.
Raúl García era, con diferencia, el hombre más activo en el ataque del Atlético.
Tanto, que sus intervenciones a veces ponían literalmente patas arriba a la defensa amarilla. Pero eso no bastaba para volver a batir a Asenjo.
El partido se endurecía por momentos. Todos deseaban que llegara cuanto antes el descanso para aclararse las ideas.
Durante el intermedio, con motivo del famoso Día del Niño, se vieron cosas ciertamente poco habituales en un campo de fútbol...
Los suplentes, como Sosa, aprovecharon para hacer más ejercicios de calentamiento, en previsión de disponer de minutos posteriormente.
En la segunda mitad pareció que la película cambiaba. Era el Villarreal el que había salido con más fuerza y obligaba a Courtois a intervenir.
Al Atlético parecía que le fallaban las energías. Estar líder en Liga, muy vivo en Champions y haber llegado hasta semifinales de Copa pasa factura en el plano físico.
Además, sus intentos de ataque se topaban con la muralla defensiva que había montado elVillarreal.
Pero la batalla en el centro del campo no había desaparecido. Los dos equipos luchaban por cada balón con todas sus ganas, a veces con consecuencias dolorosas.
El Fondo Sur trataba de dar ánimos a los suyos con una impresionante muestra de colorido.
Porque el equipo necesitaba urgentemente el apoyo de la grada. Simeone se dio cuenta y no dudó en pedirlo. Posiblemente el Cholo sea el único entrenador en el mundo que tenga tanta capacidad de influencia sobre los seguidores de su equipo.
No obstante, se notaba que no era el mejor día del Atleti. Por suerte, el marcador era favorable, así que tocaba sudar para aguantarlo.
Sosa entró en la segunda mitad para dar un poco de mordiente al ataque rojiblanco. Sus esfuerzos hicieron que el juego de ataque se volcara al costado derecho.
En una de sus internadas, el argentino logró dejar un balón franco para Tiago, pero el derechazo del mediocentro se marchó desviado.
A falta de fuerzas, emergía la calidad. Aquí vemos a Cani superando con un hábil toque a dos rivales.
También salió Adrián a intentar aprovechar su enésima oportunidad. El asturiano estuvo muy participativo y dejó muestras de su clase, pero no logró marcar.
A última hora los ataques amarillos se redoblaron. El Atleti estuvo a punto de llevarse un disgusto.
Incluso hubo que recurrir a despejar a base de patadones.
Pero fue demasiado tarde: el pitido del árbitro puso fin a las esperanzas de remontada castellonense y certificó una nueva victoria del Atlético de Madrid.
Puedes leer aquí la crónica completa del partido.