Barcelona y Atlético de Madrid nos ofrecieron un enorme espectáculo futbolístico en un partido que tuvo de todo. Este duelo europeo entre españoles dio comienzo con unosprimeros minutos imponentes del Atlético de Madrid, presionando asfixiantemente la salida de balón culé, y jugando con gran autoridad. Todo ello le llevó a disfrutar de la primera y gran ocasión del encuentro con un remate de David Villadesde el punto de penalti que se marchó lamiendo el palo izquierdo de la meta de Pinto.

El Atlético comenzaba avisando, o mejor dicho, perdonando. Mientras, el peligro blaugrana llegaba exclusivamente cuando Messi recibía y conseguía encarar a la línea defensiva colchonera, algo cuanto menos de esperar. Pero ese descaro visitante no fue el primer gran problema de los del Tata, el contratiempo vino en forma de lesión. Piqué chocaba con Costa en la pugna por un balón y su partido se acababa ahí, dando comienzo al de Marc Bartra.

Piqué se retiraba lesionado; Bartra, su sustituto

Con el paso de los minutos, la posesión del esférico culé fue encajonando a los de Simeone en campo propio a la espera de una veloz contra de Diego Costa que pudiera desequilibrar. Cada vez que la tocaba el hispano-brasileño el Camp Nou murmuraba, ya se le conocía por esos lugares. El Atlético empezaba a sufrir con los rápidos ataques del Barça, lejos de aquellas posesiones de balón interminables en las que la progresión del mismo era una utopía. Para frenarlo, la presión de Villa y Costa a los mediocentros locales se antojaba imprescindible, algo que retrasaba aún más su posición y con ello la de todo el esquema.

Diego Costa cae en combate

Pero si la lesión de Piqué era un claro contratiempo, no era nada comparado con la que sucedió para los rojiblancos rondando la media hora de juego. Diego Costa se sentaba en el césped, sus isquiotibiales no daban para más y el público presente en el Camp Nou lo celebraba como si de un gol se tratase. No era para menos. La más inminente amenaza para Pinto se retiraba a vestuarios, en su lugar entraba un Diego Ribas que, al menos, aportaría más inteligencia y creatividad a sus combinaciones en campo rival. Pero no era lo mismo, la sensación era de haber perdido la primera de las muchas batallas que aún estaban en juego.


El partido de Diego Costa duró 30 minutos | Foto: Apo Caballero-VAVEL.

La realidad era que, lesión de Diego Costa aparte, el descanso se acercaba y el Atlético, a pesar de no rondar el área rival desde aquella clara ocasión de ‘El Guaje’, no había sufrido en exceso para mantener el 0-0 inicial. Bien es cierto que para sostener las, hasta el momento, espesas ofensivas azulgranas el Atlético se estaba empleando con dureza, algo que conllevó a la amonestación de varios pilares como Koke,Gabi o Arda Turan mermando así su actuación en lo defensivo.

David Villa volvía a perdonar

El encuentro se aproximaba al entretiempo con el Barcelona dominando, pero sin profundidad, algo que animaba a su contrincante en lo ofensivo. Y es que los de Martino solo dispusieron de tres ocasiones de cierto peligro para inquietar a Courtois. El que sí lo hizo, de nuevo, fue Villa. Allá por el 44’ de juego, y con otro disparo desde dentro del área local, el asturiano hacía emplearse a fondo a Pinto para evitar su tanto.

El Atlético llegaba al descanso dando las mismas sensaciones de peligro que en los primeros minutos de juego, explotando una y otra vez la banda izquierda de Koke, que había encontrado en Diego Ribas un socio de lujo para combinar y crear. Mientras, el Barcelona creando enormes dudas en su juego y a la espera de la enésima genialidad de Lionel Messi con la que despertar de su letargo.

Diego Ribas silencia el Camp Nou

Tras la reanudación, el guión del partido seguía siendo el mismo. El Barcelona tocaba y tocaba, el Atlético se defendía con todo y atacaba con lo mismo. Un fútbol inteligente, lleno de coraje y pundonor que podía con el obtuso juego culé y que obtuvo su premio nada más arrancar el segundo acto. Diego Ribas, entraba a escena abriendo el frasco de los sueños rojiblancos con un incontestable disparo desde unos 25 metros que besó las mallas de la meta de Pinto. Con su compatriota y seleccionador Scolari en el palco, el brasileño firmaba uno de los goles de la Champions para poner por delante a los colchoneros. Un gol que silenció toda Barcelona.


Diego Ribas celebrando su espectacular tanto | Foto: Apo Caballero-VAVEL.

Con el 0-1, a pesar del varapalo, el Barcelona comenzó a reaccionar tímidamente hacia el arco de Courtois. Busquets lo probaba desde lejos, y Messi muy forzado con la testa desde cerca, pero no había manera, la defensa rojiblanca combinada con el belga bajo palos era un verdadero muro contra el que los locales chocaban una y otra vez.

Neymar igualaba la contienda en el primer error defensivo rojiblancoEl Atlético era dominado pero su renta en el marcador no parecía peligrar, hasta que llegó su primer error defensivo de todo el encuentro. Gran espacio a la espalda de Juanfran que Neymaraprovechaba y con un certero disparo empataba la contienda. Era lo que necesitaba el Barça, el Camp Nou se encendía con el gol y conseguía contagiar a su equipo que, espoleado con el fervor de la grada, veía mucho más cerca y posible la remontada.

Courtois sostiene a los suyos en pleno apogeo culé

El Barcelona estaba en pleno apogeo, en contraposición de los colchoneros que, poco a poco, se iban diluyendo tanto en lo táctico como en lo físico. Entonces, saltó a la palestra quien más necesitaban por el bando visitante, Courtois. El arquero belga volvió a demostrar que está entre los mejores del mundo, aportando una enorme seguridad a los suyos en cada balón colgado al área y, sobre todo, en una intervención, un lanzamiento de Leo Messi que sacó de la mismísima escuadra.

Los minutos pasaban, el final se acercaba, y los 'Guerreros del Cholo' estaban salvando una difícil papeleta, como era la de aguantar un valioso empate a goles para la vuelta en el Calderón. Los nervios sobresalían ya cuantiosamente en ambos bandos, el partido entraba en una fase decisiva para el devenir de la eliminatoria. El Barcelona lo intentaba, quería más, pero los rojiblancos se defendieron cual 'gato panza arriba' para seguir soñando aún más fuerte.

El Atlético había conseguido sobrevivir a todos y cada uno de los obstáculos que le fueron saliendo a lo largo de los 90 minutos -que pocos no fueron- para llevarse a Madrid consigo un importante 1 a 1. Un empate que les sabrá a escaso a los culés tras cómo se puso el choque con el gol de Neymar, y que es oro en paño para los de Simeone sabiendo que su siguiente cita europea ya será junto a los suyos en el Calderón. El Atlético sigue soñando y, ahora, aún más fuerte.

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