El Atlético de Madrid-Chelsea FC se presenta como una auténtica batalla estratégica entre dos estilos con muchos puntos en un común. Simeone, que ha declarado en varias ocasiones su admiración por Mourinho, buscará poner la guinda a una enorme temporada al mando del conjunto colchonero clasificando a los suyos para la final de Lisboa pero delante encontrará un equipo rocoso, orgulloso y, sobre todo, implicado en el sacrificio y trabajo sobre el terreno de juego.

Ambos equipos dominan el juego a partir de los espacios, no se sienten cómodos con largas posesiones y tienen muy trabajado el juego directo. Limitar el "cholismo" y el "mourinhismo" a intensidad y kilómetros recorridos sería ser injustos hacia un juego, el de ambos, que parte de la complejidad de atacar defendiendo y de anular por completo a cualquier rival que se ponga delante. El Barça y el PSG, equipos técnicamente superiores a ambos, fueron las últimas víctimas de los dos.

MRamires, Lampard, Oscar y Hazard, pilares para el Chelsea de Mourinho. FOTO: The Sun

El 1x1 de los centrocampistas blue

Antes de analizar las variables de forma colectiva y de las interrelaciones que se ostentan entre todas las líneas y los centrocampistas en los planteamientos de Mourinho, analizamos cada jugador del centro del campo blue.

Frank Lampard

La esencia del Chelsea FC. 35 años y su presencia en partidos grandes sigue siendo vital. Aporta grandes dotes de posicionamiento, lectura táctica, capacidad de liderazgo y llegada desde segunda línea. Su golpeo lejano es también una de sus grandes virtudes, mientras que es el encargado de lanzar muchas veces a balón parado. De sus botas nace la creación de la jugada desde la primera fase, la de iniciación, siendo el pivote que más viene a recibir y superar primera presión. Agresivo y contundente, su desplazamiento para saltar líneas de juego y buscar la verticalidad que tanto caracteriza los equipos de Mourinho es clave. De bien seguro que Simeone sabe que dejar metros al inglés será del todo perjudicial para los colchoneros.

Ramires

Pieza de ida y vuelta, recorrido, desgaste, recuperación y llegada, coberturas para laterales, ayudas defensivas... En definitiva: el pulmón de Mourinho en el centro del campo. Algo más posicional ante las subidas de Lampard para segundas jugadas, Ramires también aporta profundidad, capacidad para jugar en los lados y dureza en el medio. El brasileño es puro sacrificio y será clave para que Diego Costa no reciba con tanta facilidad entre centrales o que Arda Turan o Koke no tengan metros en 3/4. Simboliza a la perfección lo que en Inglaterra es conocido como "box to box".

Obi Mikel

La eterna promesa que nunca llega a consolidarse. Recurso para partidos donde el músculo exige más en el centro del campo y evitar inferioridades numéricas. Lento a la hora de decidir y ejecutar, poco amigo de los partidos de ida y vuelta. Se desenvuelve bien en defensa posicional y en las disputas en el juego aéreo. Con Mourinho ha tenido un rol secundario y parece que lo mantendrá también en las semifinales ante el Atlético de Madrid. Destaca su polivalencia, y es que con su selección, Nigeria, suele jugar bastante más adelantado. Su físico potente ha acabado actuando más en su contra que a favor, y es que no se ha mostrado nunca como un superdotado defensivo. Sus apariciones, contadas.

Marco Van Ginkel

Una lesión de seis meses le apartó de los planes de Mourinho. Centrocampista holandés con enorme técnica y capacidad para distribuir. Realizó una pretemporada notable y el mismo entrenador portugués le dio salida en varios encuentros ligueros y de la presente edición de Champions. A finales de marzo volvió a entrenar y jugar con el filial del conjunto londinense y está destinado a ser una de las futuras piezas importantes del Chelsea en la próxima temporada.

Foto: BBC

Eden Hazard

Jugador diferencial. Enorme capacidad para superar en conducción, zafarse de 1x1, dominio de espacios cortos y largos, buen golpeo y mejores diagonales fuera-dentro. El belga está llamado a ser uno de los mejores jugadores del mundo (si no lo es ya) de la próxima década y este está siendo su primer año grande en el fútbol europeo. Es, sin duda, el jugador con más talento de los ingleses y el peligro constante siempre que juega cerca del área rival. Necesita estar siempre cerca de la jugada y combinar para no aislarse del juego. Algo irregular, ha respondido en los partidos grandes de su equipo esta temporada. Llega tras una pequeña lesión y podría no mostrar su mejor versión, pero su presencia reclama atención para muchos defensores, mostrando en su forma de fijar y liberar opositores y compañeros otra de sus virtudes. De sus botas saldrá gran parte de las acciones más peligrosas de los blue.

Oscar

El jugador de la línea de medios con más "ADN Mourinho" de todos. Juega de mediapunta, cerca del último atacante, pero su voluntad defensiva le ha convertido en el elemento más utilizado por el portugués. Oscar es el último pase, buena llegada, gran golpeo, velocidad con balón para superar, desplazamientos que superan líneas rivales, ayudas en la salida de balón en campo propio ante atascos rivales, trayectorias disuasorias que desorganizan bloques rivales... Pero también es presión colectiva, sentido táctico, sacrificio en el repliegue. Siempre pendiente de la pérdida en campo rival, bien ubicado para proteger las espaldas de los extremos, junto a William forma un tándem que garantiza de bien seguro una transición defensiva compensada desde líneas ofensivas más altas. Como "10" brasileño, también aporta magia y jugadas decisivas en el devenir del marcador. Un jugador total para Mourinho.

Willian

Otro jugador ideal para el técnico portugués. Gran dominio de las cuatro fases del juego, sobre todo la transición ofensiva, donde es el principal encargado de aportar verticalidad y profundidad al juego del equipo blue. Sufre en espacios cortos, por lo que el bloque bajo y compacto del Atlético de Madrid en defensa organizada le podría meter en problemas, pero domina mejor que nadie los espacios y el encarar con metros. Su toma de decisión es, no obstante, algo deficiente. Le cuesta escoger del todo bien ante inferioridades defensivas numéricas y algo fallón en la definición, pero elemento necesario por lo que contribuye tanto en ataque como en defensa para los suyos. Su fichaje a última hora parecía más un capricho que otra cosa, pero con el tiempo ha ido ganando minutos y potencial para los de Mourinho.

Schürrle

El comodín de Mourinho. Perfil que reúne capacidades para jugar vertical y más combinativo. Domina los espacios y, a la par que el resto de jugadores que ocupan el espacio de 3/4 de campo, trabaja defensivamente para evitar que su equipo acabe siendo largo y partido. Ha tenido actuaciones de mucho nombre, como el hat-trick en el Craven Cottage frente al Fulham, pero su aportación al equipo ha disminuido a la par que ha ido aumentando la presencia de Willian. En todo caso, es un elemento necesario para eliminatorias tan intensas y de tanto despliegue físico y nadie se atrevería a descartarlo del todo como un protagonista secundario de mucho peso. Sin ir más lejos, ante el PSG en cuartos de final anotó uno de los goles que señaló el camino de la remontada en Stamford Bridge.

David Luiz

Una de las variantes de Mourinho ante equipos de largas posesiones y que necesiten delante jugadores que abarcen mucho terreno de juego y gran capacidad para coberturas defensivas. Su toma de decisiones es arriesgada para la primera fase, aquella que ocupa en su sitio más natural, el de central, por lo que avanzarle unos metros no ha sido mala idea. Lo empezó Benítez y lo ha pulido Mourinho, y se ha convertido en un gran escudero de Lampard cuando éste lo ha requerido. El trivote también sería una opción, en un teórico 4-3-3 o 4-3-2-1, con tal de garantizar la superioridad numérica y posicional (ante segundas jugadas y zonas de rechace) ante un equipo que carga en tantas ocasiones al área rival y desplaza tanto como el Atlético de Madrid. Domina el balón parado y también el golpeo lejano, por lo que no sería de extrañar que el Chelsea utilizara esta variable en el Calderón.

Matic y Salah, ausencias obligadas

Entre las dos, la más destacada es la del serbio. Viniendo del Benfica, el centrocampista Matic es zurdo cerrado y tiene una enorme capacidad de ocupar espacios y anticipar en la línea de medios. En el doble pivote se ha consolidado y tiene todas las facetas para ser el mediocentro del futuro del equipo inglés. No domina del todo el desplazamiento largo pero sabe siempre leer la jugada futura con segundos de antelación. Bien por arriba, sabe progresar con metros y se atreve a superar con conducciones varias líneas que además dan un plus a equipos que buscan ser tan verticales como el mismo Chelsea.

Salah, por su parte, es un comodín necesario para Mourinho. Su ausencia se podría acentuar viendo que Hazard llegaría justo al partido de ida. Vertical, oportunista y trabajador. Salah reúne todas las características necesarias para convencer al técnico portugués y ha tenido bastante más protagonismo que el que tuvo Mata en su día, llegando él como relevo del español. Buena conducción, dinamismo y explosividad, las actuaciones del egipcio con el Basilea le han llevado a los más alto a nivel competitivo europeo.

Dos sistemas, diferentes respuestas

El 4-3-3, largo y poco compacto

En inicio de temporada Mourinho probó con un sistema que duró poco en su cabeza. El 4-3-3 mostró al Chelsea como un equipo largo, partido y nada compacto. Siendo Mikel el hombre más retrasado del centro del campo con Ramires y Lampard como interiores, el repliegue acumuló siempre pocos hombres y el nigeriano se vio superado constantemente ante jugadores que atacaban bien la espalda de los dos más avanzados.

El 4-3-3 era fácil de atacar por la espalda de los interiores

La transición defensiva se mostró como un gran déficit con un mediocentro, Mikel, que no destaca por su anticipación ni lectura táctica en momentos donde se exige velocidad mental y leer rápido cada futura jugada. También se vio notablemente debilitado en las ayudas a los laterales, no llegando muchas veces los interiores o el pivote, y provocando constantes 1x1 con ventajas o incluso 2x1 favorables a los atacantes. En Champions, ante el Basilea, donde jugaba por aquél entonces Salah, la derrota hizo iniciar una evolución para acumular más hombres y evitar separación enorme entre líneas.

Otro de los problemas que presentó el 4-3-3 fue la inferioridad posicional que presentaba el equipo ante cualquier segunda jugada o rechace cercano al área, siendo muchas veces Mikel el único hombre que protegía ese espacio. Además, los centrales muchas veces quedaban expuestos a tantos metros y debían anticipar su zona de robo, siendo ni Cahill ni Terry los mejores para realizar este tipo de anticipaciones.

El 4-2-3-1 clásico, consolidado

Se acabó haciendo eficaz el clásico 4-2-3-1 de Mourinho también en Londres. La llegada de Matic ayudó a trabajar ese doble pivote y contando con variantes como David Luiz, las posibles soluciones son muy amplias. Juntar a dos pivotes le ofrece al equipo más estabilidad, ser más junto y corto, compacto, mejorar en segundas jugadas y desplazamientos, tanto diagonales como laterales. Lampard y Ramires, pareja más habitual, dota al equipo de llegada a área rival, envíos al espacio a sus hombres más ofensivos y ocupación racional de espacios.

Willian y Oscar trabajan defensivamente para evitar inferioridades

Sumado al trabajo defensivo de la línea de 3/4, donde solo Hazard tiene cierta libertad ofensiva para desequilibrar después con metros y más ayudas, el equipo inglés se ha convertido en uno de los más sólidos defensivamente del continente. Willian y Oscar evitan que los laterales sean desbordados y superados con facilidad, acumulan piernas para evitar superioridades numéricas notables y es muy difícil enlazar un contraataque con ventajas ante ellos.

El centro del campo suele evitar zonas favorables por el pasillo interior y prefieren ceder el juego a los carriles exteriores, puesto que además el Chelsea sabe defender mejor que nadie los centros laterales y envíos al área, con dos centrales que van bien por arriba, sumados a Ivanovic como lateral y Petr Cech en el juego aéreo.

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Sobre el autor
Albert  Ballesteros
1994. Periodismo en Facultad de Comunicación Blanquerna, URL (Barcelona). UEFA B Licensed Coach. Entrenador de fútbol base en Sant Cugat Esport FC. Ex UE Rubí (2010-2014). Actualmente Infantil C (Primera División) y 2ndo Cadete A en categoría División de Honor. Twitter: @AlbertBFerrer