La secuencia se encuentra grabada a fuego en la mente de los aficionados: Luis Aragonés coloca el balón casi en el borde del área, muy escorado hacia la izquierda. Tras tomar carrerilla, avanza 5 pasos y golpea el balón con el empeine interior de su pierna derecha. El balón vuela por encima de la barrera y nada más superarla, Luis levanta el brazo derecho e inicia la celebración del gol más importante de la historia del Atlético de Madrid, y sólo 15 segundos separaron a Adelardo de levantar aquella Copa de Europa. Hoy, casi 40 años después, el sueño de ver a un futbolista del Atleti alzarla al cielo está más cerca que nunca.

Pero es necesario volver al presente y atender a la única final que la plantilla del Atlético tiene en mente, la que se juega a las 20.45 en el Manzanares. Hay un verso de uno de los cánticos más repetidos en las últimas fechas que obliga a retroceder a una época pasada, aquella en la que la Liga de Campeones resultaba ser “una obsesión”, pero por el simple hecho de disputarla. Varios años después, la obsesión dio paso a la realidad y la realidad al sueño de ser el mejor equipo de Europa.

Hace una semana, con Diego Costa aún dolorido por el golpe con el poste en Getafe, Simeone comentaba: “La afición del Atlético es fabulosa, pero debe estar decidida a acompañar siempre. Así somos uno más, eso seguro”, y añadía poco después: "De aquí al 18 de mayo no se puede comer ni dormir lo único que hay que hacer es ir a la cancha". Si usted está leyendo esto y es aficionado rojiblanco, sepa que es y será parte fundamental de que su equipo pase a la historia en este mes que queda por delante.

Lo es, porque lo ha demostrado. Porque frente al Barcelona provocó el ambiente más increíble que jamás se vivió en ese estadio, porque contra el Villarreal supo dar aliento a sus jugadores para que mantuvieran el resultado, porque en plena Semana Santa llenó el Calderón para ganar la primera de las 5 finales de Liga… Porque usted siempre quiso tener a su equipo donde está ahora mismo y ahora que lo tiene ahí seguro que haría lo que fuera por no verle caer.

Hágalo por las lágrimas que derramó en la derrota, por los recuerdos de un pasado que nunca mereció vivir. Póngase su bufanda y su camiseta rojiblancas y acuda a la que también es su casa dispuesto a dejarse la voz, del mismo modo que sobre el césped habrá 11 futbolistas que también se lo dejarán todo. Hágalo por los que ya no están y se fueron sin ver al Atleti en el lugar que siempre mereció ocupar. Será la última vez que el himno de la Champions se escuche en el Manzanares hasta la temporada que viene. Pase lo que pase jamás olvidará lo que suceda hoy, porque nadie le puede asegurar que vuelva a vivir un momento parecido. En el partido de vuestras vidas seguro que no te perdonarías no haber apoyado un instante más.