Fernando Torres vivió ayer una noche de grandes emociones. El exjugador del Atlético de Madrid volvía a la que fue su casa durante muchos años pero esta vez lo hacía para enfrentarse a su equipo del alma.

José Mourinho decidió alinear al delantero de Fuenlabrada en el once titular y jugó los casi cien minutos que duró el encuentro. Ya desde el calentamiento se notó el gran cariño que le tienen todos los colchoneros al jugador que fue santo y seña del Atlético de Madrid en una de las épocas más dolorosas de su historia.

Torres se llevó una tremenda oleada de aplausos cuando saltó por primera vez al césped del Calderón para realizar los ejercicios previos al partido y el canterano rojiblanco devolvió el gesto apladudiendo a la que siempre será su afición. Al escuchar su nombre por la megafonía, también fue muy ovacionado por la grada.

Ya durante el partido, cada uno buscó sus intereses y la afición estuvo apoyando con mucho calor a su querido Atleti. Por su parte, Fernando Torres fue uno de los jugadores más destacados del Chelsea y protagonizó alguna que otra buena jugada.

Una vez finalizado el choque, el Niño fue despedido con grandes aplausos mientras se dirigía al túnel de vestuarios y él reaccionó devolviendo el cariño a la grada y regalando su camiseta a los aficionados que acudieron al estadio. Sus palabras al término del partido fueron las siguientes: "Es difícil explicar lo que he sentido cuando la gente ha coreado mi nombre. La afición me ha dado más de lo que yo les di nunca". Emotiva noche que no olvidará nunca.

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