Simeone lo tenía claro, como todo lo que hace. "No somos candidatos al título de Liga" revelaba en rueda de prensa una y otra vez ante la multitud de medios de comunicación que hasta se creían sus palabras. Se las creían como todos, porque lo que diga Diego Pablo Simeone va a misa y si es él quien afirma que hasta que queden cinco fechas para el final del campeonato el Atlético de Madrid no será candidato a nada, tan solo a ir 'Partido a Partido' uno se lo cree.

Simeone sabe medir los tiempos. Por eso sabía lo que decía cuando allá en el mes de noviembre afirmó eso de las cinco jornadas: "Solo cuando falten cinco fechas para el final del campeonato se podremos decir si somos candidatos a ganar la Liga". Pero si cuando llega el domingo 13 de abril y quedan exactamente esos cinco encuentros a los que el Cholo se refirió antes del nuevo año, te das cuenta de que el Atleti no piensa en el título si no en el próximo partido: te das cuenta de que esto va en serio. Porque el discurso Cholista se sigue manteniendo en el 'Partido a Partido' y es la propia afición quien ahora lo lleva por bandera, como el himno a capela que entonaban los corazones de la ribera del Manzanares incluso a cientos de kilómetros de su propia ciudad, de su propio estadio, de su propia casa.

Más allá se atrevió a ir Simeone. Porque si el 'Partido a Partido' había calado entre el vestuario y la afición, haciendo de él un enlace de unión, un vínculo más fuerte que cualquier alianza reconocida, con tan solo cuatro jornadas a la vista Diego Simeone se atrevió a modificar su discurso. En la misma línea, ni debía ni podía ser de otra forma, pero con otra palabra que llegaba más aún al sentimiento común que compartía el Vicente Calderón: "Final a Final". Porque lo que quedaba era eso, la final. La final de una temporada tan buena que parecía un sueño, un sueño del que el Manzanares no quería despertar y que los grandes de la Liga se empeñaban en desvelar.

De los traspiés en esta comedia que ha sido la Liga BBVA no se iba a salvar nadie, y menos el Atleti. Las cuentas se repetían cada semana, los tropiezos de los candidatos al título se sucedían y entre ellos, cómo no, el Atleti, que tan bien lo hizo que ni en eso quería perder su oportunidad. Pero cuando Diego Simeone sale a rueda de prensa y dice, con una sonrisa que destella reflejos rojos y blancos que "perder ante el Levante ha sido lo mejor que podía pasar" tú te lo crees. Tú y las 40 mil voces que alientan a los guerreros del Cholo en el Vicente Calderón os lo creéis. De la misma forma que cuando acude a sala de prensa tras un empate en el penúltimo capítulo de esta inverosímil novela, con un sabor más agrio que dulce ante el Málaga, y muestra tal fe en sus hombres lo crees, crees en cada palabra que sale de su boca, crees en el Cholismo y en su profeta.

'Partido a Partido', 'Final a Final', 'Latido a Latido', así se ha escrito el libro de la Liga del Cholismo

Es necesario señalar un aspecto clave que el propio míster reconoció en rueda de prensa tras proclamarse campeón de Liga. Escoltado por todos sus compañeros de cuerpo técnico, Simeone recalcó la importancia no solo de haber ganado, sino de haberlo hecho de forma diferente a la establecida, de haber renovado y roto los parámetros que estaban establecidos. Porque lo que ha conseguido el 'Partido a Partido' ha ido más allá del propio Atleti y del propio Neptuno. Ha roto las barreras entre grandes y pequeños y la prueba está en esta misma temporada. Cuando el Valladolid pasa por encima del Madrid, al igual que el Celta de Vigo. Cuando de nuevo los pucelanos ganan ante el Barça y cuando tanto Elche como Getafe logran un modesto empate que bien sabe a tres puntos, que bien sabe victoria. Los pequeños ya no son tan pequeños, los pequeños crecen. Los pequeños se agarran al 'Partido a Partido' y solo piensan en disputar ese encuentro. Lejos quedan esas sensaciones de acudir al duelo, a la batalla ante Madrid y Barça con el saco de goles ya preparado para la media docena de tantos que te podían caer. Ahora la personalidad de los pequeños ha madurado, es más fuerte y si se tienen que dejar "la última gota de sangre para ganar" lo harán.

Porque 'Partido a partido' Simeone lo ha conseguido. Ese embrión que llevaba alimentando desde hace tres años, cuando llegó y tomó en sus brazos a un equipo descompuesto, sin fe, más cerca del descenso que de cualquier objetivo de la parte alta de la tabla, ha madurado. Creció con la final de la Europa League ante el Athletic de Bilbao y más aún imponiéndose ante todo un Chelsea en la Supercopa de Europa. Siguió creciendo llegando hasta la final de Copa del Rey la temporada pasada, luchando codo con codo y cara a cara ante un Real Madrid que sucumbió al poderío cholista como nunca antes se había imaginado. Y durante un año más ha seguido creciendo, creciendo hasta tocar el cielo del fútbol español, creciendo 'Partido a Partido' hasta la final de una Liga tan inverosímil como fecunda, superando a un Barça desconocido. Desconocido sí, pero que arrebató a los rojiblancos con un empate un título tan solo nueve meses atrás. Con tablas en el marcador, como ha ganado este Atleti la Liga ante el Barça: qué caprichoso es el destino.

Y así se llega al último capítulo de este libro con final de oro rojiblanco, con un final tan poco probable en el mes de agosto como real en el mes de mayo: ser rojiblanco es otra historia, porque en este libro ser rojiblanco, es ser cholista.