Mucho tiempo ha pasado desde la única final de la Copa de Europa que el Atlético de Madrid disputó. Concretamente hay que retroceder 40 años para ver la ​presencia de los rojiblancos en el Estadio Heysel de Bruselas ante el Bayern de Múnich. Ahora ese estadio, que fue escenario de una de las mayores tragedias sucedidas en un campo de fútbol en la final de la Copa de Europa de 1985, se llama Estadio del Rey Balduino. Pero evidentemente no es lo único que ha cambiado. 

​En 1974 Occidente vivía una época convulsa en lo político y económico. La Crisis del petróleo, que había estallado un año antes, había encarecido todos los productos y la inflación estaba disparada. La consecuencia directa de esta situación fue el incremento del número de desempleados en los países capitalistas. Sin embargo, no sería el único sobresalto que en aquel 1974 sorprendería a una población mundial que fue cifrada entonces en 4.000 millones de personas (hoy es de 7.200 millones). El presidente norteamericano, Richard Nixón, dimitiría de su cargo por el estallido del caso Watergate y Juan Domingo Perón, presidente de Argentina, fallecería por una enfermedad cardiaca. En Portugal, por su parte, estallaría la Revolución de los Claveles que acabaría con la dictadura salazarista después de 48 años. Algo estaba cambiando. 

​Sin embargo, mientras Europa cantaba y bailaba el éxito Waterloo de un grupo sueco llamado ABBA que había ganado Eurovisión, el último soldado japonés combatiente en la Segunda Guerra Mundial se rendía en Filipinas. Hiro Onoda, que falleció el pasado 17 de enero de este año, se rindió 29 años después del fin del conflicto bélico por estar esperando una orden de un mando superior. Quién no esperó tanto para estrenar la segunda parte de El Padrino fue Francis Ford Coppola. En 1974 el director presentó la secuela de El Padrino (1972) ante el aplauso unánime de la crítica. Los Oscar premiaron el trabajo de un joven Robert de Niro y del director estadounidense. Y mientras en el Salón del Automóvil de Ginebra la casa Volkswagen lanzaba un nuevo vehículo llamado Golf, el brasileño Emerson Fittipaldi, a bordo de un McLaren, se alzó con su segundo Mundial de Fórmula 1.

Pero no fue Fittipaldi el único gran dominador de su deporte en este 1974. El belga Eddy Merckx pulverizaba todos los registros conocidos hasta entonces ganando su quinto Giro de Italia y su quinto Tour de Francia. 'El caníbal' volvió a ser insaciable al igual que el tenista estadounidense Jimmy Connors, vencedor en el Open de Australia, en Wimbledon y en el Open USA. En la NBA los Boston Celtics ganaron su duodécimo anillo ante unos Milwuakee Bucks liderados por un tal Kareem Abdul-Jabbar. En fútbol, la cita mundialista de Alemania fue el gran acontecimiento. Con estadios nuevos e inaugurados para la ocasión, como el Westfalenstadion de Dortmund, hoy Signal Iduna Park, la selección alemana comandada por Franz Beckenbauer se alzaría con su segundo Campeonato del Mundo.

España, años grises

En España, al igual que sucedía en el resto de Europa, la situación económica y laboral era difícil, pero lo que más inquietaba a los españoles era la salud de Francisco Franco. Y es que desde la muerte de Carrero Blanco en 1973 la salud del Generalísimo cayó en picado. Eran momentos convulsos, como lo fue la muerte de Salvador Puig Antich, última víctima en España de una condena de muerte por garrote vil, que movilizó a mucha gente en Europa pidiendo su indulto. No era la única iniciativa importante para España que se tomó fuera de nuestras fronteras. En el Congreso de Suresnes, en Francia, el PSOE designaba como líder a un joven llamado Felipe González.

En aquel año España lanzaba a órbita su primer satélite, el Intasat, y se inauguraba el puente aéreo entre Madrid y Barcelona, lo que ayudaría al transporte entre ambas ciudades. A su vez, unos cigarrillos rubios comenzaron a venderse en nuestro país bajo el nombre de 'Fortuna' y una chica pelirroja con largas coletas se hizo un hueco en la pequeña pantalla bajo la serie 'Pipi Calzaslargas'. Mientras en Filipinas una guapa española se alzaba con la corona de Miss Universo, su nombre Amparo Muñoz.

En cuanto al deporte español, el Barça se llevaba una Liga de la mano de su flamante fichaje, el holandés Johan Cruyff, mientras que la selección española de fútbol no asistió al Mundial de Alemania debido a un gol de Katalinski en Fráncfort. Yugoslavia dejó fuera a España por última vez. Katalinski quedó en la memoria de los españoles como uno de esos fantasmas que durante un tiempo de desdichas en la selección española de aquellos tiempos. La cara del triunfo la representó para el deporte español el Real Madrid de baloncesto ganando su quinta Copa de Europa. Brabender, Corbalán o Luyk trajeron páginas de oro a la historia del club.

Eran años en los que aún quedaban lejos las gestas y los resultados deportivos tan brillantes que ha cosechado nuestro país en la actualidad.