La naturaleza de Diego Pablo Simeone le catequiza como un líder en todos los aspectos de la vida. Se ha convertido por méritos propios en el faro de luz de un equipo que amenazaba con perderse entre las tinieblas más oscuras. Con su estilo de vivir el fútbol y de concebir a la vida como su acompañante de viaje ha traído a la grada de la ribera del Manzanares el júbilo y la alegría por recuperar los valores y la identidad que siempre han acompañado al Atlético de Madrid. Su personalidad es arrolladora. Te desarma mediante la palabra y la mirada. Te convence. Te conquista.

Conseguir que el Atlético no baje el nivel mostrado el año pasado, a pesar de las dificultades de la directiva, es el nuevo reto del 'Cholo'

Simeone se ha hecho así mismo, a imagen y semejanza de lo que él ha querido ser desde bien pequeño. La determinación de un niño de 18 años que no tiembla al tomar la decisión de abandonar Argentina y su familia, con todo lo que esto conlleva, por cumplir un sueño. Se marchó siendo un adolescente a Pisa para jugar en Europa. Tardó 40 minutos en tomar la decisión. Dio el sí al conjunto italiano y horas más tarde llamó a sus padres para comunicarles su inamovible postura. Tres días después hizo las maletas y se marchó a vivir a Italia solo.

Es tan solo una de las mil anécdotas de un Diego Pablo Simeone al que nunca se le han caído los anillos. No ha habido situación adversa que consiguiera hacerle desfallecer en el intento. En Argentina, Diego Armando Maradona es todo un icono e incluso hay religión que adoctrina feligreses a través de la iglesia maradoniana. Al ‘Cholo’ no le faltó tiempo en honorificar al ‘Pelusa’ y fue el primer argentino en vestir la ‘10’ de la Albiceleste (en la Copa de América de 1991) durante el tiempo de suspensión que Maradona cumplió por dopaje. Simeone, por aquel entonces, tenía 21 años y un descaro inigualable. Argentina salió campeona.

Todo un líder

‘El Cholo’ es un hombre de desafíos. Su último reto es conseguir que el desmantelamiento de la plantilla del vigente campeón de Liga no pase factura en la planificación deportiva de la nueva temporada. El Atlético de Madrid, a través de su directiva, ha vendido al bloque que hizo campeón al argentino en el Camp Nou: Diego Costa y Filipe Luis, amén de la marcha por término de contrato de Tiago Mendes y la finalización de la cesión de Thibaut Courtois. Estas operaciones obligan al técnico a seguir trabajando durante la pretemporada a falta de efectivos y a la espera de que Mario Mandzukic, su nuevo delantero procedente del Bayern de Munich, se integre a los entrenamientos con el primer equipo.

No tiene ningún reparo en ser señalado como el salvador de la situación que vive el Atlético de Madrid. Como líder del conjunto rojiblanco entiende esa señal como una responsabilidad que ha de afrontar y superar. Ha conseguido que el aficionado colchonero viva sus vacaciones con cierta tranquilidad, confiando en que los problemas sean resueltos por él. No deja de ser una caída en la tentación de la mitomanía que rodea la figura del entrenador argentino, que ha sido capaz de convertir al Atlético en campeón de una Liga dominada en todos los sentidos por Real Madrid y FC Barcelona. Un poder que funciona como técnica para ocultar las carencias a las que Gil Marín y Enrique Cerezo han sometido al Atlético de Madrid con un sinfín de patrañas en materia económicas y de fichajes desde la llegada de Jesús Gil a la presidencia colchonera.

Sesenta días después de conseguir la décima Liga, el Atlético de Madrid necesita acertar de pleno en los fichajes. Los ingresos en la Champions League facilitan la penetración en el mercado de fichajes. Las ventas de Filipe Luis (20 millones), Diego Costa (39 de los cuales el Atleti solo ingresará 19) y Adrián (11 millones) dejan en las arcas colchoneras un grueso que ronda los 50 millones de euros cuando por ellos tan solo pagó 15 millones en total cuando fueron incorporados a la plantilla. Todas estas conjeturas deben obtener el permiso de una directiva que ha establecido a Doyen Group, en particular, y los fondos de inversión, en general, como intermediaros necesarios en las operaciones.

El hombre de los desafíos

Esta recomposición es un órdago más en la vida de continuos retos a los que se ha sometido Diego Pablo Simeone en el mundo del balompié. En el exhaustivo estudio que el periodista Santi García Bustamante hace de la personalidad del argentino en el libro “El efecto Simeone: la motivación como estrategia”, el ‘Cholo’ admite que ese afán de superación ha sido la constante de su vida. “Es la tendencia que preside mi vida: siempre he tenido que remontar ante situaciones adversas”, reconoce en esta biografía autorizada sobre su propia figura.

Cuenta cómo consiguió el Apertura en 2006 con Estudiantes de la Plata. “Quedaban dos fechas para terminar el campeonato. Boca era primero con cuatro puntos de ventaja. Era muy complicado desbancarlos porque apenas había margen para lograrlo. Nadie creía que podíamos ser nosotros los campeones pero yo ya había vivido una experiencia similar cuando jugaba en la Lazio”, relata Simeone sobre la gesta del ‘Pincharrata’.

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Sobre el autor
Víctor Molina Pozo
Madrid. Redactor del Atlético de Madrid B. Hasta junio de 2015 fui Moderador de contenidos de VAVEL. También Coordinador y redactor del Atlético de Madrid. Gestioné la cuenta @Atleti_VAVEL. E-mail de contacto: [email protected]