En el Atlético de Madrid las cosas no son como sus dirigentes dicen. Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado y máximo accionista, aseguró al finalizar la campaña: “Ni queremos ni necesitamos vender a ningún relevante”. Estas declaraciones, unidas a las realizadas en años anteriores por Cerezo de que “los jugadores juegan donde quieren”, daban a entender que el bloque se mantendría en la entidad rojiblanca. Nada más lejos de la realidad.

Hasta doce bajas ha repartido el campeón de Liga y subcampeón de Europa. Aranzubia (libre), Thibaut Courtois (fin de cesión), Filipe Luis (traspaso), Tiago Cardoso (libre), Diego Ribas (libre), José Sosa (fin de cesión), Adrián López (traspaso), David Villa (fin de cesión) y Diego Costa (traspaso) han cambiado ya de rumbo, además de que Sergio Asenjo (traspaso) y Óliver Torres y Rubén Pérez (cesión), aunque la pasada campaña no estuvieran en plantilla, también han abandonado el barco.

Villa se marchó del club tras reiterar su felicidad

Medio equipo rojiblanco se ha marchado. Destacan las salidas de hombres tan importantes como Courtois, Filipe, Tiago, Costa o Villa, titulares indiscutibles para Simeone y claves del buen rendimiento del equipo a lo largo del curso. Esto significa que el Atlético quería o necesitaba vender, en contra de lo que decía Gil Marín. Todo indica más hacia la primera opción, dado el enorme crecimiento de los ingresos del club respecto a otros años.

En cuanto a las declaraciones de Cerezo, parece también que estaba equivocado. En este punto es en el que dejan de sostenerse las palabras de los dos máximos mandatarios. Su portero belga y su delantero asturiano mostraron su interés por continuar. Más ganas ha puesto incluso el primero, quien durante meses ha dicho en cada aparición ante los medios de comunicación que su intención era la de seguir pero la decisión no estaba en sus manos. El Guaje, en su despedida, también destacó lo bonito de la etapa y lo que ha disfrutado en el club.

Courtois insistió durante meses en que quería jugar en el Atlético de Madrid

El último discurso que servía ya era el de que se remitían a la cláusula de rescisión para que los futbolistas salieran. Las ventas se han ido gestado y hasta el momento el club ha informado siempre de traspasos y en ningún caso de que se haya abonado la cantidad suficiente como para romper el contrato, algo de lo que también hubiera informado la Liga de Fútbol Profesional en caso de haber sucedido. Esto confirma que el argumento también está roto y las ventas son tras el acuerdo entre ambos clubes.

Desde el club se intenta aguantar el tirón a base de fichajes, aunque no parece suficiente. Lo que sí sirve de escudo es la continuidad de Simeone, la gran esperanza de la afición. Los reveses son duros, pero el argentino es el guía. Aunque las incorporaciones de Mario Mandzukic o Jan Oblak no han entusiasmado tanto como en otras ocasiones, la plena confianza en que el entrenador saque su máximo rendimiento es la manera de protegerse de una bicefalia que se contradice cada año y que vende a granel en una de las mejores temporadas de la historia del club.