Venganza, vendetta, revancha, ajuste de cuentas... palabras así se oían en los aledaños del Vicente Calderón minutos, horas y días antes de esta 'final'. Aquel minuto 93 que tanto dolor trajo a la parroquia colchonera, aún se tenía en mente y muchos veían este encuentro como un más que posible resarcimiento de lo ocurrido en aquella noche de mayo. Muchos lo pensaban, pero pocos lo tenían de verdad en cuenta, salvo los 'guerreros de Simeone' que en la noche del 22 de agosto -junto a minutos de la madrugada del 23- volvieron a dar una clase de orgullo,casta y pundonor a orillas del Manzanares. El Atlético de Madrid, con mucho sudor y esfuerzo a sus espaldas, se proclamaba campeón de la Supercopa de España ante el eterno rival.

Mandzukic muerde a su presa velozmente

El Atlético salía a morder y en apenas 60 los segundos tardó en encontrar varios agujeros entre la novedosa pareja de zagueros blancos que conformaban Ramos y Varane. En una de esas fugaces incursiones, Mario Mandzukic saboreó las redes del Calderón por primera vez gracias a una soberbia asistencia con la testa de su compañero de batallas, Antoine Griezmann.

El Atlético salió a mil revoluciones como siempre acostumbra en las grandes citas y el premio les llegó mucho más pronto de lo esperado ante un Real Madrid que no sabía ni por donde le llegaban los jugadores rojiblancos. Lógicamente, el vendaval inicial fue amainando con el paso de los minutos y el conjunto visitante se empezó a adueñar del esférico pero con posesiones tan largas como improductivas. La defensa de Moyá parecía disfrutar defendiendo esos ataques tan posicionales que les acechaban, dando la sensación de poder resistir durante horas ante tales acometidas merengues, pero esta tranquilidad pronto se esfumaría.

Hasta el minuto 20 se tuvo que esperar para ver la siguiente oportunidad de los del Cholo. A balón parado, con una de esas jugadas tan preparadas y estudiadas de siempre, Miranda cerca estuvo de volver a encontrar las cosquillas a la débil defensa madridista prolongando un saque de falta de Gabi que se marchó cerca del palo derecho de la meta de Casillas. Minutos después, llegaría el primer gran aviso madridista con una ocasión de James desde el vértice del área chica que desbarató Moyá con una gran mano abajo.

En el 25' del encuentro, llegaba la primera y gran polémica del partido: la expulsión de Diego Pablo Simeone. El colegiado andaluz Fernández Borbalán no permitió sus protestas en una acción con Juanfran como protagonista y el árbitro le mandó fuera del césped del Calderón, algo que hizo explotar al Calderón contra él. El Cholo, fiel a su estilo, no escatimó en ánimos a sus graderíos ante de 'abandonar el ruedo', dando la sensación de que ante su ausencia, con el permiso del Mono Burgos, ellos serían los que dirigirían a sus 'guerreros'.

El Madrid lo intentaba de todas las maneras posibles, pero no conseguían igualar el luminoso

Tras todos estos acontecimientos extradeportivos, el Madrid cogió definitivamente las riendas del partido ante un Atlético que se limitaba a defender su renta. Ahí llegaron las mejores ocasiones visitantes. Primero, Modric probaba fortuna con un peligroso chut que Mandzukic sacaba cuando iba directo a las mallas, y después, James rozaba la igualada con un cabezazo. Ya en el 37', sería Bale quien volviera acariciar el tanto con un zurdazo que por poco no entró. El Real Madrid achuchaba de lo lindo a un Atlético que pedía el entretiempo a gritos.

Antes del descanso, Raúl García quiso dejar su sello, pero lamentablemente para los suyos, sus intentonas se quedaron en solamente dos grandes ocasiones. La primera con un potente disparo lejano, pero Casillas volvió a salir a escena -esta vez para algo positivo- y lo evitó con una espectacular estirada. La segunda con un cabezazo absolutamente solo en un saque de esquina que mandó a las nubes. Acto seguido, Bale volvía a errar en un claro disparo desde la frontal. Y así se llegó al descanso, con una trepidante primera mitad llena de altibajos en la que el Atlético encontró en apenas 60 segundos lo que su eterno rival se tiró buscando con ahínco los 45 minutos de juego: el gol.

Cristiano ''al rescate'' y el Atlético vuelve a empujar en el inicio

Tras la salida de vestuarios, el Real Madrid ya iba con su mayor puntal ofensivo a por todas. Cristiano Ronaldo salía al rescate de los suyos, pero la primera oportunidad no fue de los blancos precisamente. Falta lateral colgada al área visitante y Raúl García se sacaba un gran remate pero era escupido por el palo y alejado en la línea de gol por la salvadora mano del portero mostoleño. Enorme oportunidad para los de Simeone, que veían como una gran opción para poner tierrea de por medio se les escapaba, como la que poco después tuvo Koke a pase de Griezmann pero el mediocentro se durmió a la hora de culminar la jugada.

Este cúmulo de jugadas espoleó a los rojiblancos y volvían a subir enteros en el partido haciendo sufrir a la zaga comandada por Sergio Ramos. Los colchoneros estaban leyendo a la perfección la mala salida de vestuarios de los de Ancelotti que parecían echar de menos el control de juego de Kroos -sustituido por Cristiano-. Sin tiempo para el descanso, el Atléti volvía a percutir por la banda derecha con una nueva chance de Raúl García, cuyo disparo lamió la escuadra visitante. El Atlético es un conjunto de inicios, y lo volvió a demostrar como ya lo había hecho en la primera parte.

El Atlético supo leer los tiempos del encuentro ante un Madrid sin ideas

Nuevamente, el voluptuoso arranque de los del Manzanares bajó con los minutos, dando por imposible, por razones de lógica, el aguantar dicho nivel el resto del partido. Entonces, el encuentro entró en unos minutos de transición en los que ni unos dominaban, ni otros sufrían encerrados atrás. Y ahí, cuando los rojiblancos parecían volver a dormirse en campo propio, volvieron a hincarle el diente a la endeble defensa blanca, pero sin premio. Lo probó Koke con un ajustado disparo escorado y, acto seguido, fue Griezmann quien rozó la machada, pero se precipitó en la culminación de la contra.

Los minutos finales no fueron más que una muestra más de la hombría y la casta a la que los jugadores locales tienen acostumbrados a su calurosa afición. Enfrente, los de Ancelotti encimando en busca de un gol que les llevara a la prórroga con más corazón que fútbol. Además, terminaron el partido con uno menos por una entrada a destiempo de Modric que le costó la segunda amarilla. El Madrid lo intenó, pero los zagueros de Moyá habían echado el cierre a su meta, el Atlético consiguió sobrevivir a las últimas intentonas de su contrincante y se alzó así con la 'Supercopa de España'. Los colchoneros firmaban de esta manera su particular vendetta que tanto estaban esperando.