Se ha debatido en los últimos días, quizás en exceso y con pocos argumentos que sienten las bases de una equivocada teoría, sobre el grado de ímpetu que ponen en el terreno de juego los jugadores del Atlético de Madrid en cada derbi que les enfrenta al Real Madrid. Por más que se repita una mentira no se modifica la realidad. El malogrado intento de malinterpretar la intensidad, el valor más destacable de un grupo que defiende a capa y espada los valores de una historia centenaria. Una campaña, posiblemente, para intentar justificar la ausencia de motivos que emborronen la vuelta a la tortilla que ha dado Diego Pablo Simeone en los enfrentamientos contra el vecino de la capital.

Explotó Enrique Cerezo con un conato público que sofocara el fuego trasladado a los medios de comunicación sobre el debate de la intensidad colchonera, defendiendo las artimañas que Diego Pablo Simeone urde para dignificar la imagen y los resultados del Atlético de Madrid en los últimos años contra el Real Madrid. "Los que hablan de violencia del Atleti son unos tontos, unos hipócritas y unos mierdas", señaló el presidente colchonero durante una intervención en ‘Radio MARCA’, cansado de una etiqueta que derbi tras derbi el Atlético consigue despojarse.

De los seis goles en partido oficial que ha marcado el Atlético, cuatro llegaron a través del balón parado

En el séptimo derbi del año 2014, tras dos de Supercopa, dos de Copa del Rey, dos de Liga y uno correspondiente a la final de la Champions League, el Atlético de Madrid demostró con hechos que se trata de un equipo violento. A balón parado, como viene acostumbrando. Una vez más, y como ya sucediera en la ida de la Supercopa de España en el Santiago Bernabéu, el conjunto rojiblanco exprimió al máximo su poderío en las jugadas de estrategia y abrió el marcador gracias a un cabezazo de Tiago en el primer palo tras un córner botado por Koke Resurrección.

Es el undécimo gol que marca el Atlético de Madrid de cabeza de los últimos catorce que ha anotado. Y el noveno de los últimos once conseguidos a balón parado. Un recurso que el Atlético de Madrid explota para compensar el mal juego cuando no encuentra las vías de ataque o cuando el físico no logra dar más de sí. Una vez más, y como ya sucediera en partidos como la final de la Copa del Rey o en la ida de la Supercopa de España, el conjunto rojiblanco logra desmontar al Real Madrid gracias a la pizarra que tanto trabaja Diego Pablo Simeone y su cuerpo técnico durante la semana en El Cerro del Espino. Agazapado, clavado en el área pequeña, Iker Casillas volvió a recibir un gol en contra del Atlético de Madrid.

El trabajo a balón parado es una de las prioridades del Atlético de Madrid durante la semana. Se trabaja durante hora y media hasta perfeccionar los movimientos o encontrar nuevos elementos de sorpresa, como el gol de Tiago contra el Almería o el de Arda Turan contra el Oporto la pasada temporada.  En pleno cambio de sistema de juego, el Atlético de Madrid saca un balance de siete puntos de nueve posibles en Liga, amén del primer título de la temporada, gracias al balón parado. De los seis goles en partido oficial que ha marcado el Atlético, cuatro llegaron a través del balón parado. Se juega como se entrena.