Sufrimiento, sudor y David Gil

Victoria tan sufrida como importante la que cosecharon los pupilos de Óscar Mena en la matinal del domingo ante un Tudelano que vendió su piel muy cara. Sobresalió la figura del guardameta colchonero David Gil, quien salvó a los suyos del empate en más de cuatro ocasiones claras de gol que dispusieron los de Tudela. Tres puntos sacados a base de saber sufrir en un día gris, algo que hacía mucho tiempo que no se veía por el Cerro del Espino, donde las flaquezas del filial siempre solían ser castigadas. Algo está cambiando en esta 14-15 respecto a la anterior campaña, y es que ya se sitúan en los puestos de playoffs con 10 puntos de 15 posibles.

Calma y equilibrio en el inicio

El encuentro comenzaba a un ritmo muy sosegado. Ambos conjuntos sabían las virtudes y los defectos de sus oponentes, nadie quería cometer un fallo que les lastrara a lo largo del partido y, todo ello, perjudicó al espectáculo. El primer mínimo acercamiento fue para los locales, con una internada del canario Héctor por el costado derecho, que culminó con un mortífero pase de la muerte que no encontró a Aquino por muy poco.

Álex Sánchez caía lesionado y cortocircuitaba el ataque tudelano

El Tudelano había arrancado algo frío, sólido en defensa, pero inexistente en ataque. Por si su ataque no era del todo nulo, en el minuto 20 les llegaba un contratiempo letal para sus opciones ofensivas: Álex Sánchez caía lesionado y no podía continuar. El mejor jugador de Manix Mandiola 'moría en batalla' y era reemplazado por un mediocentro, Azpilicueta. Aquí se asomaron una de las principales carencias de los visitantes, su escasa aportación ofensiva sin su '9' y su mínimo fondo de armario, como más tarde reconoció su propio entrenador en rueda de prensa.

Los minutos pasaban, el juego de ambas escuadras no carburaba y las ocasiones brillaban por su ausencia. Mucho centrocampismo, mucha brega por el balón, y nadie imponía su fútbol. Hasta la media hora de partido se tuvo que aguardar para ver la primera ocasión, con un tiro de Pierre desde la frontal que se frenó en las manos de Pagola. Acto seguido, Jonathan disponía de una gran ocasión a balón parado con un testarazo que se marchó por poco.

Un minuto mortal para el Tudelano

El choque se encaminaba con más pena que gloria hacia el entretiempo, nadie había conseguido sorprender lo más mínimo con su juego y el empate parecía tan justo como definitivo al descanso.

Pero llegó el minuto 44, un tanto fatídico para los intereses blancos y certero para los colchoneros. Héctor disponía de un mano a mano con Pagola, éste le paraba su remate, el canario volvía a disparar en semifallo y Aquino, el más listo de la clase, la cazaba en el área pequeña para poner el 1-0.

Nada más sacar de centro, el Tudelano dispuso de su mejor ocasión en un chut David Martín que detuvo magníficamente David Gil. El arquero madrileño saltaba a la palestra por primera vez en el duelo, y no sería la última. Y así se llegó al descanso, con un gol encajado en el último minuto y otro cantado que no pudieron convertir los hombres de Mandiola, todo un palo para ellos.

El Tudelano acumulando desgracias y David Gil deleitando

Tras la reanudación, el partido no cambió lo más mínimo en los de Óscar Mena. Nada salía. Aquino parecía estar fuera del partido, Héctor directamente lo estaba, Samu Sáiz entraba en juego a cuenta gotas y solo la insistencia de Keita parecía aportar algo en lo ofensivo. El que sí estaba, y muy bien hallado, era David Gil. En el minuto 49, volvía a exhibirse con una gran palomita tras un tiro lejano de Lázaro.

David Gil apareció estelarmente en los momentos claves

Con más corazón que fútbol, los de Manix acrecentaron su dominio, apoyados en la gran labor en la medular de hombres como Óscar Reche y Lázaro, quienes dominaron a placer su parcela del terreno de juego toda la segunda mitad. El técnico rojiblanco lo leyó y quiso ponerle remedio, sacando del campo a un desacertado Aquino -aires de líder, el gol y poco más allá- por Carlos Ramos, para intentar darle una consistencia a su medio del campo que nunca terminó por llegar.

A falta de veinte minutos para el final, el Tudelano sellaba su segunda desgracia de la mañana -de esas que restan importancia al resultado final- con la, a priori, grave lesión de su capitán Lalaguna. Su rodilla se quedaba clavada en una acción con Samu Sáiz y tenía que ser retirado en camilla. Sus gestos de dolor parecieron espolear a sus compañeros, quienes se lanzaron a por el empate dando una gran lección de pundonor, aunque sin excesivo atino.

Un cabezazo de Lucho que detuvo David Gil nuevamente, un posible penalti sobre Azpilicueta y un disparo más de Lázaro, fueron la lista de intentonas tudelanas por el empate, pero este se resistía. Ya en el descuento, la tuvieron, y meridianamente clara, pero salió el héroe del duelo a escena por última vez, para sacar una gran mano al disparo de Azpilicueta que cantaba a empate.

Y así terminó este gris partido, en el que el Atlético B no jugó como siempre, para ganar como nunca: sabiendo sufrir y sin conceder gol.

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