Hubo un antes y un después en el futuro más inmediato de Saúl Ñíguez en el Atlético de Madrid. Llegado de Vallecas, donde aprendió conceptos, adquirió experiencia en Primera División y enamoró por partes iguales a Paco Jémez y a la grada del Rayo Vallecano por su entrega, sacrificio y compromiso, el futbolista ilicitano era el cuarto de hombre disponible para el centro del campo. Pero el regreso de Tiago y una pretemporada bastante discreta por América desenamoraron a un Simeone que tenía planes muy concretos para el canterano rojiblanco. Hasta el Trofeo Ramón Carranza, punto de inflexión.

Una gran actuación de Saúl Ñíguez contra la Sampdoria en la final, con gol incluido y con un despliegue físico bárbaro, volvieron a encantar a un Simeone que encontró en su figura un as que se podía sacar bajo la manga para determinas situaciones. Y es así como el técnico argentino, que tiene una deuda con la cantera en su inmaculado expediente como técnico del Atlético de Madrid, ha hecho a Saúl crecer a pasos agigantados. Está acostumbrado el canterano a quemar etapas con suma rapidez, pero también a succionar cada vivencia parar mejor constantemente.

El Atlético de Madrid ha disputado 10 partidos en la presente temporada, repartidos en dos de Supercopa de España, dos de Champions League y 6 de Liga, en los que Saúl Ñíguez ha participado tres como titular y seis como revulsivo. En sus tres titularidades, el canterano ha demostrado que se ha hecho mayor. Fue titular en la ida de la Supercopa de España contra el Real Madrid (1-1), en la última jornada de Liga contra el Sevilla (4-0 a favor) y en el matchball contra la Juventus de Turín en la Champions League (1-0). Tres rivales de enjundia que demuestran que Saúl está hecho de otra pasta.

“Considero que es un chico que tiene un futuro enorme con un presente importante en crecimiento. Y ese crecimiento dictará si puede dar lo que necesita el equipo para tener más minutos. Creo que es un chico virtuoso, con sólo 19 años jugar en el mediocampo del Atlético de Madrid no es fácil. Tiene buen disparo, buen cabezazo, conducción, recorrido, es intenso, el clásico jugador como Koke o como Gabi que tanto necesitamos. Con tranquilidad, humildad y trabajo está destinado a ser un jugador importante”, indicó Simeone sobre la figura de Saúl, en un ejercicio de sinceridad y manifestación abierta, pues no es el argentino favorable de regalar el oído a los más jóvenes.