Dicen que al estadio Vicente Calderón le gusta el horario del domingo a las 12 de la mañana. Pero lo cierto es que a la afición rojiblanca le agrada cualquier hora a la que jueguen sus guerreros y jugar un sábado a las seis de la tarde no iba a ser menos. Así, con un estadio a rebosar, rozando el lleno, el Atlético de Madrid recibía al Córdoba.

Comenzó el encuentro con un planteamiento muy valiente por parte de Djukic, si bien el dominio de los locales se evidenció ya durante los primeros compases del duelo liguero. Llegó el Córdoba a la portería de Moyá provocando dos saques de esquina, aunque la primera llegada con más peligro la firmaron  los rojiblancos, a los tres minutos del comienzo del encuentro. Griezmann chutó un tiro cruzado que terminó en un saque de esquina para los de Simeone. Jugada de estrategia, Koke cuelga el balón y Miranda remata rozando el palo derecho de la portería de Juan Carlos.

Así transcurrió el primer cuarto de hora, con un asedio rojiblanco en ataque de cara al gol, que bien pudo llegar tras una buena jugada de Arda Turan a la que no pudo llegar Mario Mandzukic. Mantenía el Atleti la presión alta y los balones aéreos. Dueño y señor del juego de rojiblanco era Koke, como de costumbre. El canterano, desahogo del equipo, tuvo el primer tanto en sus botas con un disparo lejano que se estrelló en el larguero.

Buscó templar el partido el Córdoba, algo que hizo perder velocidad al encuentro y que no le beneficiaba al Atlético. Intentaban los rojiblancos meter una marcha más al partido, siempre de cara al área rival. Un contraataque muy bien tirado por los andaluces a la media hora del encuentro ponía a prueba a Moya, quien atrapó con facilidad un tiro muy flojo de Ghilas.

Griezmann espabila a los suyos

A partir de entonces volvió la embestida colchonera contra la portería de Córdoba. Siqueira en banda izquierda, muy activo en ataque como lo ha estado en sus últimos partidos, protagonizaba buenas jugadas de cara al gol que no terminaban de rematar los más habituales, Godín y Miranda. Por su parte ,Griezmann lo intentaba por activa y por pasiva. Y así, con la insistencia del francés y de todo el equipo, llegó el primer tanto pasado el minuto 40. Tras un saque de falta cercano al banderín del córner botado por Koke, despejó mal la defensa andaluza,  dejando el balón muerto en su área. Aprovechó el desconcierto de la situación Griezmann, quien con un buen recorte con su pierna derecha disparó a la portería de Juan Carlos. El esférico rebotó en un jugador del Córdoba y se coló por el lado derecho de su portería. Premio, con fortuna incluida, a la insistencia del equipo, para poder marcharse al descanso por delante en el marcador.

Parecía que se iniciaba inicio la segunda mitad en la misma línea de los primeros 45 minutos, con Koke y Arda marcando el ritmo del partido. Pero, a los ocho minutos de la reanudación del encuentro llegaron las tablas al marcador. Fede sacó un córner al segundo palo, donde Ghilas, con un cabezazo soberbio, manda el balón al palo contrario imposible para Moyá.

Sin perder la compostura siguió el Atlético de Madrid intentándolo. Y, de nuevo, como en la primera mitad, el esfuerzo y la fe en el juego dieron sus frutos. Juanfran pone un balón medido de manual para que Griezmann, el artillero rojiblanco de la noche, remate  de cabeza y ponga el 2-1 en el marcador.

Koke dirige la fiesta

No dieron tiempo los guerreros del Cholo para que el Córdoba se recompusiese cuando llegó el tercero. De nuevo una jugada a balón parado y de nuevo gol de cabezazo. Koke puso en juego una falta al segundo palo y apareció Mandzukic para aprovechar el fallo por arriba de Juan Carlos. El Calderón era una fiesta.

Con el Calderón en pie salieron Arda y Gabi del campo para dejar tiempo a Raúl García y Saúl. Con ellos en el campo siguió con la misma intensidad el Atlético de Madrid. Una doble oportunidad protagonizada por Siqueira y Mandzukic tanteó el cuarto.

El partido solo tenía un dueño y de ello se encargó en confirmarlo Raúl García. Tras un primer cabezazo que blocó bien Juan Carlos, Koke le ofreció una asistencia marca de la casa para que rematase el navarro. Parece que lo hizo con la espalda y que, después, golpeó en un rival. El Calderón era una fiesta.