El Malmö ha hecho de su estadio una de las claves por las que ha llegado a la fase de grupos de la Liga de Campeones esta temporada y en el que se mantiene invicto durante los últimos siete partidos europeos jugados en el Swedbank Stadium. El campeón sueco sufrió para llegar hasta esta fase de grupos, pero lo hizo sin caer derrotado ni encajar gol en su feudo, lo cual le permitió dejar atrás a Ventspils, Sparta Praga, Red Bull Salzburgo y Olympiacos.

Los de Age Hareide superaron en la segunda ronda previa al campeón letón después de empatar por la mínima en el Swedbank Stadium y ganar por la mínima en la vuelta disputada en el campo del campeón del país báltico. Los de Hareide ya estaban un paso más cerca de la fase de grupos y la leyenda de su estadio había contribuido.

La siguiente eliminatoria depararía un interesante cruce con un equipo habitual de las competiciones europeas, venido a menos en los últimos años, eclipsado por un conjunto como el Viktoria Plzen, que sí ha disputado dos de las últimas ediciones de la máxima competición continental de clubes. El Sparta Praga tenía ganas de volver a la añeja Copa de Europa por la puerta grande, y lo demostró venciendo por 4-2 en la ida de la tercera ronda de la fase previa.

El Malmö lleva 360 minutos sin encajar gol en su estadio

Los checos le tuvieron que dar la vuelta a los goles de Forsberg y Kiese Thelin, a pesar de adelantarse por medio de Lafata. El propio delantero checo anotó un hat-trick y Kovac redondeó el resultado de cara a la vuelta. El Swedbank Stadium volvería a jugar su papel decisivo. Un gran ambiente llevó en volandas al Malmö, que venció con un doblete de Rosenberg al campeón de la República Checa y se plantaba en el último peldaño de la fase previa.

Allí esperaba un equipo llamado a estrenarse en la fase de grupos, el Red Bull Salzburgo, tras años completando actuaciones destacadas en la Europa League. El equipo austriaco hizo valer su condición de favorito ganando por 2-1 en el Salzburg Stadion. El gol de Forsberg en el último minuto sería a la postre decisivo, porque el campeón escandinavo vencería por 3-0 en su campo y certificaría su vuelta a la Copa de Europa después de décadas ausente de ella.

Ya en la fase de grupos, el Malmö sólo ha conseguido tres puntos en tres partidos. Ya ha visitado los campos de Juventus y Atlético de Madrid, a priori favoritos para avanzar de ronda. Los suecos avisaron de su potencial ganando a Olympiacos por dos tantos a cero en la segunda jornada del grupo, que anteriormente había logrado derrotar al Atlético de Madrid en el Giorgios Karaiskakis. El equipo entrenado por Hareide no va de farol, y quiere que 'su templo' siga siendo inexpugnable en competición europea. Un cerrojo que el Atlético deberá romper.

El Atlético, un espejo

Bien sabe el Atlético de Madrid de la importancia de no conceder nada en su propio estadio. Los rojiblancos, desde la llegada de Diego Pablo Simeone al banquillo rojiblanco, sólo han perdido uno de sus últimos dieciséis encuentros de competición europea a orillas del Manzanares. Fue contra el Rubin Kazan en dieciseisavos de final de la Europa League, en la desgraciada noche del fallo de Asenjo en el descuento.

Con la duda de su guardameta Olsen, tocado en el cuadríceps, los suecos se miden a uno de los equipos en los que más se fijan. El Atlético, además de un reto, supone un importante espejo en el que mirarse para Hareide y los suyos, dadas sus trayectorias paralelas en competición europea cuando actúan como locales.

El Atlético de Madrid, armado con sus mejores jugadores, someterá a un bombardeo al conjunto sueco al que las baterías antiaéreas celestes deberán responder con eficacia para mantener la imbatibilidad de su escuadra en competición europea, y lo que es más importante, seguir con vida y con opciones de clasificarse a octavos de final. Los suecos se agarran a su estadio, una caldera. El equipo de Simeone, subcampeón de Europa, quiere dinamitar la resistencia sueca y acercarse a los octavos de final rompiendo un cerrojo que ya dura más de 360 minutos.