La casi bicentenaria historia del fútbol presenta a dos clases de equipos, tal vez tres. Por un lado, se encuentran aquellos que, jueguen en casa o fuera, siempre son favoritos. Da igual el contexto, la crisis en la que estén sumergidos, la situación que envuelve al club, la plantilla… Siempre parten con cierta ventaja, generalmente por la historia y por la tradición que portan sobre sus anchas espaldas. En este grupo se podría incluir al Barcelona, al Milan, al Real Madrid, al Manchester United o al Bayern Munich. Nombres propios. Y por otro lado, figuran esos equipos que en casa son fuertes, fortísimos, cuyo feudo es inexpugnable, pero que a la hora de cruzar la frontera del territorio conocido, se desmayan. En esta congregación se podría incluir a equipos como el Galatasaray, el Celtic de Glasgow y al rival del Atlético de Madrid esta noche: el Olympiacos. 

Olympiacos no gana fuera desde hace un año y acumula cuatro derrotas consecutivas

El conjunto griego es, probablemente, el máximo representante de este compendio. O el más actual. Equipos como el Manchester United, Juventus o Atlético de Madrid  han sucumbido en el siempre imponente Georgios Karaiskakis en los últimos meses. El Olympiacos es temible como el que más tras sus muros, pero… Pero una cenicienta cuando abandona y cruza la frontera que delimita su territorio. Los datos al respecto son elocuentes. Los últimos cuatro encuentros que ha disputado fuera de casa en Champions League, los ha perdido. Manchester United, Paris Saint Germain, Malmö y Juventus vencieron en su estadio a Olympiacos. Tres goles a favor y 10 en contra es el balance griego. 

Michel emplea un sistema de juego diferente cuando su equipo actúa como visitante

Aún no se ha descubierto una explicación. Algunos de esos rivales son fuertes (Juventus, PSG, Manchester United), pero otros como el Malmö destacan por su debilidad. Lo llamativo del Olympiacos de Míchel es que en el campeonato doméstico le ocurre algo similar, siendo el nivel mucho más bajo con respecto a Europa. Desde febrero, ha disputado ocho partidos como visitante en la Super Liga de Grecia, con un balance de dos victorias, dos empates y cuatro derrotas. En octubre se cumplió un año desde el último triunfo de Olympiacos como visitante en Liga de Campeones. En este tiempo, acumula cuatro choques perdidos y un empate. En la Copa los datos no son suficientes para extraer conclusiones. 

Los fuegos, las bengalas, la invocación del héroe de la independencia griega, Georgios Karaiskakis, así como la presión, el ruido y los cánticos son ingredientes esenciales a la hora de cocinar el éxito de Olympiacos en su estadio. Pero también lo son la determinación de sus jugadores, el hambre y las ganas de vencer a cualquier precio, características que se diluyen cuando exploran territorio comanche. Las estadísticas arrojadas explican perfectamente la situación: como local es un equipo verdaderamente fuerte y como visitante muta en un equipo extremadamente débil. 

Los cambios de imagen no sientan bien al equipo de El Pireo, y durante la presente edición de la Champions se ha evidenciado. En casa Michel siempre ha optado por un sistema más ofensivo. Ante el Atlético de Madrid, en la primera jornada del grupo, alineó un 4-1-4-1 con Luka Milivojevic de pivote, Konstantinos Mitroglou en punta y cuatro jugadores respaldándole por detrás. Ganó 3-2. Frente a la Juventus, en la tercera jornada, Michel dibujó un 4-2-3-1, con doble pivote (N’Dinga-Milivojevic), tres mediapuntas y un delantero. Venció 1-0, aunque sufriendo. Sin embargo, en los duelos en que Olympiacos protagonizó el papel de visitante, Michel tomó más precauciones y dispuso un 4-4-1-1, encomendando tareas defensivas a jugadores como Ibrahim Afellay, poco familiarizado con ese rol. Calcó el sistema tanto en Turín como en Malmó, deformó a su propio equipo y perdió ambos encuentros. 

Cuando los jugadores de Olympiacos salten al césped del Vicente Calderón, se toparán con un equipo que de los últimos 17 partidos que ha jugado en la máxima competición europea en su campo, tan sólo ha perdido uno: ante el Oporto en el año 2009. Desde entonces, siete victorias y un empate. Mal día y mucho en juego para romper la negativa racha que persigue a Olympiacos cuando se aleja de su querido Georgios Karaiskakis. 

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Sobre el autor
Pablo Miranda
Periodista con Master en Periodismo Deportivo. Trabajé en Radio Nacional. Me gusta el deporte en general, conocerlo, meterme en sus tripas para poder analizarlo de una forma más acertada. La objetividad, como la perfección, no existe, pero los periodistas debemos aproximarnos a ella, acariciarla. Sólo así nuestro trabajo tendrá sentido.