Decía Sixto Miguel Serrano, narrador de Canal + durante la retransmisión del Elche - Atlético de Madrid que Mario Mandzukic (Slavonski Brod, mayo de 1986) es una fábrica de hacer cosas por todo lo que produce para su equipo a lo largo de un partido. El croata, que aún no había batido a Tyton tras una gran asistencia de Gabi Fernández cuando se produzco el símil durante la retransmisión, había destacado hasta el momento por su trabajo defensivo y, también, por su ausencia de protagonismo dentro del área rival. Mandzukic lleva el lema de Simeone (“el esfuerzo no se negocia”) hasta su máxima expresión.

El ‘9’ colchonero no escatima nunca en esfuerzos. Pep Guardiola, con el que no guarda una buena relación tras una temporada algo complicada en lo personal para el croata, defendía que si alguna vez necesitaba un futbolista para irse a la guerra, al primero que llamaría sería a Mandzukic. Y no es para menos. El croata apareció por todos las zonas del campo. Nunca rehuyó entrar en contacto con los rivales y se las mantuvo tiesas con Damián Suárez, en la primera parte, y con Domingo Cisma, en el segundo periodo. Ambos laterales, pero a Mandzukic no le importa: él aparece allá donde caiga el balón.

Mandzukic abre el debate de la utilidad de un nueve dentro de un sistema táctico. La tarea de todo delantero es estar presente dentro del área con el objetivo de ver la portería rival. Tiene como antecedentes a jugadores tan diferentes como Diego Costa, acostumbrado a jugar campo a través labrándose el gol, y Radamel Falcao, especialista en anteponerse a defensas contrarios y meter la pelota entre palos. El croata, al que le ha costado convencer a la parroquia colchonera, se está acostumbrado al papel que le pide Simeone y combina los esfuerzos defensivos con los goles: 4 dianas en los últimos tres partidos.

Mario Mandzukic: 12 goles en 19 partidos Diego Costa: 11 goles en 17 partidos

— Víctor Molina Pozo (@VictorMolina7) diciembre 6, 2014

"Una de sus características es la intensidad y es algo que transmite al resto del equipo", destaca Simeone sobre el aporte que realiza el croata. "Es un jugador que ayuda siempre al equipo independientemente de que marque o no. Mario hace muchas cosas bien", asegura Raúl García, un futbolista de características similares, al que no le importa fajarse con los contrarios en la disputar por el balón. En su primera temporada en el Atlético de Madrid ha asombrado por el alto umbral del dolor que logra aguantar. Un codazo de Kasami en Grecia le fracturó la nariz y siguió jugando, a pesar de tragar sangre, hasta el final. Días después, contra el Sevilla, se quitó la máscara que le protegía la nariz en modo desafiante tras el enésimo codazo que le propinaba Kolo en un salto aéreo. Y hace apenas unos días, contra el Olympiacos, desafió a unos dolores cervicales marcando tres goles, dos de ellos de cabeza.