Godín y Miranda eran la pareja perfecta. La defensa menos goleada de la Liga que consiguió el Atlético de Madrid tras dieciocho años, un muro temido incluso en Europa, y hasta se animaban a regalar titulos con sus goles. Parecía que si una de las dos piezas faltaba al baile, la fiesta no podría continuar.

Y entonces, apareció Giménez. Se lesionó Miranda con Brasil, Simeone miró al banquillo, y vió a un joven de 19 años que había sido titular el pasado Mundial de Brasil con Uruguay acompañando, precisamente, a Diego Godín. Y José María Giménez se agarró a Godín, lo tomó como maestro, y el baile comenzó de nuevo.

Desde ese momento han pasado seis partidos, cinco de los cuáles la pareja charrúa ha compartido defensa. Y en esos seis partidos, el Atlético de Madrid solo ha recibido un gol, y no conoce la derrota. Los últimos cinco encuentros han terminado con un cero en el casillero del equipo contrario. Para rematar el baile, Giménez consiguió un gol de laboratorio en el último partido ante el Elche en Liga. El cambio de parejas no le ha sentado mal a Godín, a Simeone, ni al equipo. El muro charrúa también funciona.

Sin complejos 

El joven central uruguayo José María Giménez venía con pocos minutos de fútbol en sus piernas. La pasada temporada disputó tan solo dos partidos oficiales, pues Toby Alderweireld estaba por delante de él en la elección de sustituto de la defensa inquebrantable propiedad de Godín y Miranda. Sin embargo, a Tabarez, seleccionador de Uruguay, poco le importó. Le colocó de titular en un Mundial, junto a Godín. Ahora esta unión charrúa da sus frutos; ni siquiera delanteros de la talla de Tévez, Llorente, Sergio García, Jonathas o Roque Santa Cruz han podido derribarles. 

Giménez sabe dónde está, y sabe con quién se codea. Entiende que Miranda es casi una institución en el equipo, y que resulta difícil desbancarle. Mira a su izquierda, y ve a Godín, uno de los capitanes de Uruguay y del Atlético de Madrid, a quien dice admirar y de quien trata de aprender. A sus 19 años, Giménez forma parte de una legión de grandes defensas con los que tendrá que batallar por un puesto que siga confirmando su potencial.

De momento, Simeone tiene un problema. Miranda ya está recuperado y disponible para jugar, y Giménez ha formado un muro indestructible con su compatriota Godín, dejando en cinco de seis ocasiones la portería a cero. El técnico deberá optar o por la pareja de baile habitual, o por la nueva pareja uruguaya. Bendito problema.