Frío. Como la noche y el tiempo en Madrid. Así fue el ambiente que hubo en el Vicente Calderón, un estadio que destaca principalmente por su colorido en días de partido, por sus cánticos y por el incondicional apoyo de la hinchada colchonera a sus jugadores durante los noventa minutos en los que se desarrolla el juego. El encuentro contra el Villarreal estaba marcado por el regreso del fútbol al Vicente Calderón tras la reyerta entre radicales del Atlético y los Riazor Blues, con el foco puesto en el Fondo Sur del estadio y examinando el comportamiento y la actitud de los aficionados que están dentro del sector que ocupa el Frente Atlético.

Tanto desde el Club como desde la Policía se montó un dispositivo especial de seguridad para evitar la entrada de simbología referente al Frente Atlético y prestando atención al ingreso de los aficionados ubicados en el Fondo Sur. Una decena de furgonetas de la Policía Municipal custodiaban las puertas que iban de la 43 a la 46, lugar por donde acceden los miembros del Frente Atlético, además de cachearlos antes de su ingreso al interior del recinto deportivo.

No fueron los únicos  examinados, ya que a todos los abonados, niños incluidos, se les revisaba las bufandas y se les requisaban los paraguas, entre otras medidas adoptadas por las fuerzas de seguridad.  La representación del Frente Atlético en el interior del Vicente Calderón se limitó a la prohibición de tifos, pancartas, banderas y bufandas que hicieran referencia al colectivo ultra. Se borró, incluso, el mural dibujado con grafittis en una de las paredes que llevan desde los vomitorios hasta la grada donde se concentran los miembros del Frente Atlético.

Fotos: Twitter (@Tanius3)

Tampoco hubo cánticos. El colectivo decidió acudir al estadio, ocupar las gradas pero no pronunciarse ni animar hasta el minuto 82 de partido, en referencia al año que nació el grupo ultra (1982). En los primeros compases del partido se pudo escuchar a un Vicente Calderón que animó a su equipo con cánticos como “Atleti, Atleti” o el propio himno. El silencio se apoderó del ambiente y el Frente Atlético lo rompió. “Si no nos quieres, no cantes mis canciones”, gritaron desde el Fondo Sur. El resto del estadio respondió con abucheos, que se taparon seguidamente con gritos de "¡Atleti, Atleti...!".

En la segunda parte y ante el empuje del Atlético de Madrid en busca del gol, ciertos sectores del estadio levantaron la voz con los mismos cánticos del primer tiempo. Cuestión de segundos. No hubo una regularidad en la animación. Pero, sin duda alguna, el divorcio total entre la afición y el Frente Atlético llegó con el gol de Luciano Vietto a escasos cinco minutos para el final del partido. Una vez que el argentino rompió la cintura a Diego Godín y batió a Miguel Ángel Moyá, el sector del Frente Atlético salió a corear el "Atleti somos nosotros" como respuesta al resultado cosechado como locales, argumentando la derrota en la escasa animación brindada desde el Fondo Sur.