Iván Carril no es precisamente un jugador al que le caracterice la normalidad y lo cotidiano, y es que el gallego esconde un carácter llamativo y viajero. A sus 29 años, el actual medio centro del CE l'Hospitalet, ha jugado en ocho equipos, cinco de ellos españoles y tres del extranjero. Pero sin duda alguna, el más extravagante de todos ellos es el Evil, subcampeón de Irak (Asia).

Tres fueron los motivos que impulsaron al jugador a dar el complejo salto fuera de nuestras fronteras. En primer lugar, las razones económicas, ya que según afirmó este verano durante su estancia en Kurdistán: "Trato de asegurar el futuro de mi familia. Tengo una ñiña de dos años y voy a volver a ser padre en septiembre". El segundo motivo para este gran paso fue la búsqueda de una liga menos competitiva a la española: "Quería venir a Asia a jugar porque no hay tanto nivel como en Europa, pero pueden pagar cantidades a las que jugadores como yo no podríamos acceder", apuntó. La última razón que le ayudó a embarcarse en el turbulento viaje fue "La existencia de compañeros españoles en Evil y la venta por internet de que era un oasis en un país de guerra".

Iván, formado el la cantera del Deportivo, no se arrepiente de haber dado un paso tan grande y complicado a su corta edad, todo lo contrario, le hubiera gustado, incluso, haber tomado la decisión antes. Sin embargo, sí reconoce haber pedido al Club Irakí el permiso para marcharse, el cual en un princpio fue denegado. El 27 de agosto de 2014 fichaba por el Hospitalet y regresaba a su tierra.

Iván solo mira el presente

El jueves, el centrocampista del club barcelonés se enfrentará en la vuelta de la primera fase de la Copa del Rey al Atlético de Madrid. Está únicamente centrado en uno de los partidos más relevantes para su equipo en esta temporada y afirma que "está muy contento. Es un premio y no renunciaremos a nada". No se debe olvidar que Iván ya conoce lo que es ganarle al club rojiblanco: el 10 de septiembre de 2005 bajo las órdenes de Joaquín Caparrós con el Deportivo de la Coruña.