Noche madrileña de derbi. El Vicente Calderón se vestía de gala y acogía el primer Atlético de Madrid-Real Madrid del año 2015, el primer partido de Fernando Torres tras su vuelta y la "pausa de la pausa" del Frente Atlético. Los aledaños del estadio presentaban un gran ambiente, con una fuerte presencia policial en las horas y minutos previos a uno de los choques más atractivos del panorama futbolístico. Madrid y fútbol, la combinación perfecta.

Empezó el Fondo Sur a animar desde el inicio del calentamiento en la fría noche de la capital. Uno a uno fue coreando el nombre de sus jugadores, que correspondían con aplausos. Onces con sorpresa los de ambos equipos. Ancelotti dejó a Cristiano Ronaldo en el banquillo, colocando a Khedira en el centro del campo. Más sorprende aún el equipo titular de Simeone que daba la titularidad al canterano Lucas y Saúl acompañando a Gabi. Koke, Arda, Tiago, Juanfran y Mandzukic tendrían que conformarse con ver el inicio del partido como suplentes.

Mucha táctica, pocas ocasiones

Y con un Calderón entregado, como un derbi se merece, Clos Gómez dio comienzo el encuentro. Pudo repetir Ramos el cabezazo de Lisboa si Oblak no hubiese sacado el balón a bocajarro en el primer minuto de juego. Empezaban enchufados los blancos, jugando a tener la pelota y controlar el encuentro, llevando el peso del partido. El Atleti le esperaba agazapado atrás, queriendo salir a la contra.

No se había cumplido el cuarto de hora de juego cuando se vivieron los primeros minutos de infarto. Una jugada elaborada del Real Madrid, fiel a su juego de toque y dominio, terminó en un gol anulado de Gareth Bale que sirvió para que el Atleti ideara su contra y pusiera en serios aprietos a Keylor Navas, quien desvió a córner un derechazo de Griezmann.

Con un Fernando Torres en el que los espacios y sus consiguientes fueras de juego le superaban, era el galo el más activo y peligroso del Atlético de Madrid. Sus compañeros trataban de buscarle en las salidas ofensivos a la vez que su compatriota Varane luchaba de frenarle. Griezmann llegó  a robarle la cartera y salir en carrera. El central madridista tuvo que emplearse a fondo para cortar la jugada de los pies del '7' rojiblanco. Enmendó su error el defensa.

Se igualaba el encuentro, con un Calderón entregado y un Clos Gómez muy permisivo, lo que provocaba la sucesión de protestas. El Atleti mordía y la defensa del Madrid sufría en cada embiste rojiblanco, lo que hizo que la tendencia de los primeros minutos de los de Chamartín cambiase, con los locales más cómodos. No podía combinar el conjunto de Ancelotti, con un Atlético que tapaba bien las bandas y rompía las combinaciones de los visitantes. Sí volvió el Madrid a dominar en los últimos compases de la primera mitad, con dos ocasiones seguidas que no encontraron fortuna y cerraron los primeros cuarenta y cinco minutos; una primera mitad con mucha táctica, pocas ocasiones y cero goles.

Y llegaron los goles

Arrancó la segunda mitad con una oportunidad para  cada equipo, con Griezmann y Bale como protagonistas. Tras una infinidad de ataques blancos, prueba del dominio con el que habían iniciado también esta segunda parte y que no consiguieron materializar, Ramos agarró a Raúl García dentro del área. El colegiado señaló la pena máxima y el navarro se encargó de lanzarlo, poniendo el 1-0 en el luminoso en el minuto 57 y desatando la locura en el Calderón.

Con Koke, Arda y Cristiano -Torres dejó su hueco al de Vallecas- ya en el césped metían pólvora los entrenadores a un derbi ya sin pausa. Incapaz de salir el Atleti, el ataque seguía concentrándose en campo de los rojiblancos, a quienes el balón le duraba demasiado poco y les costaba salir, en un claro cierre que los visitantes trataban de romper.

Lo intentaba el Madrid, pero el Atlético no se encogía en sus contras. Tanto que volvieron a golpear los colchoneros. El joven Giménez se alzó más que nadie para que en la fría noche madrileña apareciera el Atlético Aviación y subiese el segundo al marcador gracias a su magistral cabezazo. La ribera del Manzanares ya era una fiesta con un nuevo uruguayo al que aclamar, de un crecimiento imparable.

Y si antes había esperado el Atleti con más razón lo hacía ahora, con un Madrid desencadenado de cara a la portería de Oblak pero que no encontraba el gol con el que pelear por el partido. Simeone, fiel a su idea de animar al Calderón cuando el equipo decaía en energía, cerró bien los espacios algo por lo que el Madrid se veía superado de cara al gol. 2-0 para acudir al Bernabéu el próximo el jueves, sumando su tercera victoria seguida en un derbi ante el Real Madrid.