La temporada 2012-13 de Leo Baptistao en Vallecas le valió ser objeto de deseo de varios clubes del panorama europeo. Fue la irrupción de un joven delantero, desconocido para la inmensa mayoría, que llevaba desde los 16 años en las categorías inferiores del Rayo Vallecano y que se convirtió en uno de los jugadores revelación del campeonato. El Atlético de Madrid estuvo listo. Y muy rápido. Cuando aún no se había cumplido la temporada, el club rojiblanco anunciaba que se hacía con el jugador brasileño para la próxima campaña por una cifra cercana a los siete millones de euros. Un fichaje de futuro cuyo rendimiento se desconocía si sería a corto plazo.

La llegada de David Villa a la orilla del Manzanares en verano de 2013 procedente del FC Barcelona y el fantástico inicio de temporada de Diego Costa condicionaron tremendamente la participación del jugador carioca en el Atlético. En la primera mitad de campaña jugó tan solo cinco encuentros de Liga, uno de Copa del Rey, dos de Supercopa y tres de Champions. Una participación escasa para estimular la proyección de Baptistao. Por todo ello, la decisión del club fue que saliera cedido al Betis en el mercado de invierno, donde si disputó minutos y se convirtió en una pieza importante a pesar del descenso del club andaluz a la categoría de plata.

La temporada 2014-15 planteaba de nuevo la misma incógnita en la secretaria técnica de los colchoneros. Darle una salida para que el jugador gozara de minutos o mantenerlo en plantilla. Las llegadas de Mandzukic y Griezmann dejaban clara la opción atlética, y que mejor que el club vallecano, donde Baptistao había crecido, para que el brasileño continuara su formación. La cesión al Rayo se produjo y el sorteo emparejaba en la primera jornada a Rayo y Atlético de Madrid en el estadio vallecano.

El acuerdo llegado entre ambos clubes impedía que jugase aquel partido de primera vuelta que quedó en tablas, pero no su presencia en el Vicente Calderón en el encuentro de vuelta (sábado 24, 20:00 horas). A pesar de no jugar los últimos dos partidos de Liga, ante Córdoba y Real Sociedad, por unas molestias, el brasileño podrá saltar al césped del estadio rojiblanco si el técnico Paco Jémez así lo cree conveniente.

Un Leo Baptistao que buscará reivindicarse ante “su afición”, que ve como el jugador ofrece su mejor versión en sus cesiones (Betis y Rayo Vallecano), y no tanto en los encuentros que ha disputado con la elástica rojiblanca. Una situación que podría asemejarse a la vivida hace no demasiados años con Diego Costa, quién ofreció su mejor nivel en sus préstamos en Albacete, Rayo y Valladolid, pero no tanto en sus etapas, aunque cortas y sin excesivas oportunidades, en el Atlético. Un jugador que posteriormente ofrecería un rendimiento sobresaliente, como se espera de Baptistao, en el conjunto de Diego Pablo Simeone y que dejaría una buena cantidad de dinero en las arcas del club.

Lo que no deja lugar a dudas son los números de Baptistao. En los 16 encuentros de Liga que ha disputado, el brasileño ha anotado 7 goles. Una diana menos que los principales referentes ofensivos del Atlético en lo que va de campaña; Mandzukic y Griezmann. Un rendimiento que, de continuar así en esa línea hasta final de temporada, podrían convencer a Simeone para que forme parte de la plantilla de cursos venideros.

Pero eso está por venir. De momento, el futuro más inmediato volverá a juntar los destinos de Leo Baptistao y el Atlético de Madrid en el Calderón. Pero lo hará con la camiseta del Rayo, la misma que vestirán dos jugadores que también han llevado el escudo rojiblanco sobre el pecho. Son Ze Castro y Emiliano Insúa. Este último, como Baptistao, de préstamo en el club vallecano esta campaña. El lateral argentino se está mostrando como una de las piezas más destacadas de los de Paco Jémez. El portugués fue jugador del Atlético durante las temporadas 2006/07 Y 2007/08, y en caso de saltar al terreno de juego, podría encontrarse con un jugador con el que compartió vestuario en la primera de ellas: Fernando Torres.