Roger Schmidt, con un tono de desafío, se sentó en la rueda de prensa previa a la idea europea contra el Atlético de Madrid dando a su rival el papel de favorito. Una condición que no tuvo durante toda la temporada pasada y que le permitió llegar hasta la final de Lisboa. “A nadie le gusta jugar contra el Atlético”, señaló por las virtudes del equipo de Simeone. “No somos favoritos en esta eliminatoria, pero tenemos dos partidos. Vamos a jugar los primeros 90 minutos de 180, necesitamos dos días perfectos para pasar a la siguiente ronda”, añadió.

El Bayer Leverkusen sorprendió a un Atlético de Madrid que se vio superado por el caos organizado que plantea Roger Schmidt. El orden dentro del desorden fue demasiado para un equipo que no andaba en el mejor tono físico posible, que llegaba tarde a los balones divididos y que se metió en su propio campo ante la imposibilidad de frenar la velocidad – el vértigo de Son, Bellarabi y Calhanoglu fueron demasiado para los colchoneros - de un bloque de jugadores que ataca en manada cuando recuperan la pelota.

El Leverkusen de Roger Schmidt, ingeniero mecánico hasta julio de 2007, es una caja de sorpresas. Pocos clubes europeos se exponen tanto de manera consciente. Emplean una línea defensiva muy adelantada, con laterales que buscan incorporarse al ataque para ayudar al equipo a tener ese vértigo con el que machacan a sus rivales. Acumula hombres por la zona medular para provocar la pérdida o recuperar el balón y salir todos en bloque hacia el ataque. Su desorden tan ordenado lleva a ver sistemas tan peculiares como éste al intentar reducir los espacios.

El Bayer presiona en bloque para robar. Cuando lo consigue, despeja a la banda de Bellarabi. Te explicamos por qué.

La captura de la imagen se remonta al partido que enfrentaba al Bayer Leverkusen contra el Friburgo. Los once hombres del equipo de la Aspirina y los once miembros del Friburgo, en una parcela del campo. "Apelotonados". Roger Schmidt ordena a sus jugadores realizar una alta presión y en bloque que cierre espacios y huecos. Ante esta tesitura se exige que brillen los jugadores de mayor calidad, con mejor técnica individual. El Leverkusen propone una recuperación tras pérdida. Una vez robado el balón, el objetivo es despejar el esférico hacia el costado donde se ubica Bellarabi, con el fin de explotar toda su velocidad al tiempo que sus compañeros llegan desde segunda línea.

La realidad de este Bayer Leverkusen es que es un cúmulo de irregularidades e imprevistos que el Atlético de Madrid ni encontró ni supo aprovechar en el BayArena. También es cierto que la pareja defensiva formada por Spahic – Papadopoulos y un excelente Leno bajo palos rayaron a un nivel excelente para permitir que el Bayer Leverkusen afronte la vuelta de los octavos de final de la Champions League con cierta ventaja. El Atlético de Madrid está obligado a ganar y a marcar dos goles más que su rival para pasar de ronda.

A pesar de la mejor puesta en escena del Bayer Leverkusen en la ida, el Atlético de Madrid tiene una puerta abierta para no despedirse aún de la competición. Aún logrando la victoria, Schmidt se marchó del BayArena con la sensación de no haber ‘matado’ a su rival. “La situación no está decidida. Sí, hemos dejado una puerta abierta al Atlético”, analizó el técnico alemán sobre el 1-0 logrado. En el Calderón buscará su segundo “día perfecto”.