Flagelado por los 16 millones que costó su fichaje para sacarlo de Lisboa, una cantidad que lo convirtió en el portero más caro que la Liga ha conocido, Jan Oblak (Škofja Loka, enero de 1993) se ha despojado de las etiquetas, se ha sacudido la presión y ha dejado su huella bajo los tres palos desde que cogiera el testigo en la portería tras la lesión muscular en los isquiotibiales que sufrió Moyá en la eliminatoria europea contra el Bayer Leverkusen. Bajo el contexto obligatorio de dejar la portería a cero para pasar de ronda, el esloveno se agigantó en la tanda de penaltis parando la pena máxima a Calhanoglu e intimidando en los lanzamientos a Toprak y Kiessling. El Atlético estaba en cuartos de final de la Champions gracias a él.

El esloveno ha parado 14 de los 17 remates a portería que ha recibido en Liga

Oblak ha tenido que remar contra viento y marea para llegar hasta la situación de ser titular. Al igual sucediera en Benfica, ha necesitado la lesión de un compañero para coger las riendas de la portería y volverse intocable por sus meritorias paradas. Su debut con el Atlético de Madrid, con tres goles encajados en cuatro disparos recibidos, en el partido de Champions League contra el Olympiacos en El Pireo dejó ciertas dudas sobre sus capacidades y rompió una racha de 933 minutos imbatido que arrastraba desde el mes de marzo con el Benfica. Nada más lejos de la realidad: en la eliminatoria de Champions contra el Real Madrid se confirmó como el portero que tanto gustó a la secretaria técnica del conjunto rojiblanco.

Se ha convertido en el perfecto aguafiestas, como llamaba Eduardo Galeano al arquero que era el protagonista que “impedía la fiesta del fútbol, que es el gol”, con el que el Atlético de Madrid ha encontrado la regularidad necesaria - en cuanto a términos de resultados – para aferrarse a la tercera plaza en una batalla contra Sevilla FC y Valencia CF. Contra el Villarreal, el conjunto rojiblanco sumó tres puntos de oro para seguir dependiendo de sí mismo, a falta de cuatro jornadas, gracias a un gol de fantasía de Fernando Torres y a una mano salvadora de Oblak en la primera mitad a un cabezazo a quemarropa de Víctor Ruiz.

El cancerbero esloveno empieza a ‘ganar’ puntos para el Atlético de Madrid al igual que lograra Thibaut Courtois en las dos últimas temporadas. Una virtud necesaria para un equipo que se entiende desde la solidez y la fortaleza defensiva. Aún lejos de poder ser comparado con el guardameta belga, Oblak recolecta elogios gracias a sus últimas actuaciones en la Liga. Según recoge OPTA Sports, ha parado catorce de los diecisiete remates a portería que ha recibido con el Atlético de Madrid en el campeonato doméstico. Es decir: ha detenido el 82% de los disparos que han llegado entre los tres palos.

No conoce la derrota en Liga con el Atlético: 6 victorias y un empate en 7 partidos

Desde que el Atlético de Madrid eliminara al Bayer de Leverkusen en los octavos de final de la Champions League, punto de origen que responde al cambio de guantes en la portería, los rojiblancos acumulan seis triunfos, dos empates y una derrota en los nueve compromisos oficiales que la entidad ha tenido. En ese periodo, Jan Oblak solo ha encajado cuatro goles y ha dejado la portería a cero en seis encuentros. El esloveno ha levantado un muro que está reforzado con la contundencia de Diego Godín y Joao Miranda en el centro de la zaga.

Su buen momento, con paradas muy claves que han valido puntos importantes, hacen que sea el único jugador del Atlético de Madrid que no conoce la derrota en el campeonato doméstico, sin contar los escasos minutos que han disputado canteranos como Lucas Hernández o Héctor Hernández. Ha cosechado seis victorias y un empate en los siete partidos que ha disputado en Liga y solo ha recibido tres goles en contra, dos contra el Málaga y uno contra el Deportivo. Lleva cinco jornadas imbatido y no ha encajado ningún gol en el Vicente Calderón, donde se volverá a poner bajo palos esta semana para frenar el ímpetu de Aritz Aduriz y el Athletic Club de Bilbao.