Las temporadas son largas para todos; sin embargo, Simeone y los suyos llevaban, prácticamente, desde febrero con la lengua fuera. Es evidente que el equipo basa su juego en el desgaste físico, lo que acusa cuando llegan las fechas que deciden los campeonatos.

El cuerpo técnico demanda cada periodo de fichajes mayor fondo de armario, pero acaba depositando su confianza en apenas 13 o 14 jugadores. El estilo, huyendo de la posesión, pasa factura con tan poca variación en las rotaciones. El perfil de jugador técnico, creativo, cómodo con el balón, no parece ser del gusto del entrenador argentino. Los hechos están ahí: se despojó de Óliver para mantener el protagonismo de jugadores de corte físico como Gabi y Raúl García. Más allá del debate de si esta propuesta futbolística es la más idónea para un club que aspira a todo, los románticos del esférico necesitamos mucho más recursos con la pelota de los que demostró el equipo. Tratando lo esencial del fútbol como una patata caliente resulta imposible competir con los grandes de Europa. Un año salió bien, eso sí, con las líneas mucho más adelantadas y empezando la presión en campo contrario. Esta temporada hemos visto un equipo miedoso, encerrado en su área en tareas defensivas, robando el balón en campo propio e incapaz de enlazar una jugada de ataque combinativa. Lo único que no se puede achacar al cuerpo técnico es su sobresaliente labor en las jugadas de estrategia, no en el libre directo, donde ronda las peores cifras de la Liga BBVA por falta de especialistas.

Al Cholo le faltó atrevimiento, le faltó dar un paso adelante para seguir avanzando, tras salir campeón el curso anterior. Por ello, tanto él, como el director deportivo, deben ser conscientes de los fallos y saber hacer autocrítica.

Caminero debe moverse como pez en el agua dentro del mercado veraniego, centrándose primero en las salidas para, posteriormente, fichar con acierto. Tarea compleja a la par que necesaria para lograr el salto de calidad que requiere el club. La clave está en renovarse a tiempo; es decir, es difícil que jugadores como Juanfran, Mario, Miranda, Gabi, Raúl García, Raúl Jiménez, Mandzukic y Siqueira, estén cerca del nivel tan alto que se exige para luchar por lo máximo en tres competiciones. No se debe temer al progreso. La afición les brindará su agradecimiento eterno por todo lo que hicieron, pero el presente pide un salto cualitativo. Es la hora de olvidar de una vez por todas y para siempre los años de media tabla y Europa League, y abrir los brazos a una época dorada: ser verdaderamente un peso pesado mundial.

El nuevo Atlético de Madrid debe compaginar lo que ya tiene, el coraje y el corazón, con un nivel técnico a la altura de las dos facetas mencionadas. Hoy por hoy, esto no es así. En el terreno de juego debe verse un equipo que transmita posibilidad de ganar en cualquier plaza, lejos de la horrible imagen que supone el salir agazapado en área propia a la espera de un golpe de suerte. ¿Qué es lo que se necesita para conseguirlo, más allá de lo económico? En primer lugar, un cambio de mentalidad en Simeone: la capacidad de adaptar la elaboración y la movilidad a un equipo tan rígido. Fabricar, ser controlador de los partidos, verdaderos protagonistas. En segundo término, es fundamental hacer un esfuerzo por mantener las piezas top: Godín, Koke, Arda y Griezmann. Y, por último, dar de una vez por todas la alternativa a las figuras emergentes. A saber: Giménez, Saúl, Óliver y Correa. A partir de esta estructura, se añade más potencial hasta conseguir una plantilla de 18 ó 20 futbolistas capaces de cubrir todas las necesidades del equipo durante un año, dotando de gran flexibilidad al esquema táctico.

En cuestión de incorporaciones, la venta de Filipe Luis hizo mucho daño en todos los aspectos, tanto defensivos como ofensivos. Su vuelta debería ser una prioridad. De la misma forma, la recuperación de Alderweireld y Óliver sólo puede conllevar cosas positivas. Por otro lado, hay una falta de desequilibrio en la línea de tres cuartos que pide a gritos un jugador habilidoso, para no depender en un alto porcentaje de Arda. Hablamos de un Nolito, que entre en las rotaciones y sea capaz de cambiar el resultado con una acción individual. Existe una carencia de gambeta preocupante en la plantilla. Y llegamos a la tesitura principal, ¿a qué se quiere jugar? Cada rival es un mundo y hay que poseer gran variedad de recursos. En función de lo que Simeone pretenda de su línea medular, el perfil del atacante que el equipo necesite variará. Si se considera la presencia en el área fundamental, arietes como Cavani o Falcao serían perfectos. Si la opción es la rapidez y  la verticalidad, delanteros como Luciano Vietto dan el perfil adecuado.

En fin, un verano más, lo que se verá en el Manzanares es una incógnita. ¿Logrará Simeone ampliar su propuesta futbolística?

VAVEL Logo
Sobre el autor
Borja González Marián
Amante del fútbol, mi vida no tiene sentido sin él.