En su segunda temporada consecutiva en la máxima competición europea, el Atlético volvió a responder como uno de los grandes. Pocos recuerdan ya aquel equipo al que no hace mucho le costaba sudor y lágrimas pasar una eliminatoria de Europa League o caía en Copa ante un Segunda B. Las cosas han cambiado. Ahora, liderados por Simeone desde la banda, el conjunto rojiblanco compite con los mejores de Europa. Durante esta temporada, el 'Cholo' volvió a colocar a los suyos entre los mejores equipos del continente, y el verdugo volvió a ser el mismo: el Real Madrid. El Atlético pecó de defensivo en la eliminatoria ante los blancos y se quedó a las puertas de una nueva semifinal. Aún así, Simeone ha impregnado a su equipo de una filosofía ganadora. Podrá vencer o perder, pero los suyos siempren compiten.

Mal inicio, gran respuesta

El conjunto rojiblanco comenzaría la competición encuadrado en un grupo compuesto en su totalidad por campeones de Liga: Juventus (Italia), Olympiacos (Grecia) y Malmö (Suecia), además del propio Atlético, que había sido campeón de la Liga española. Como aliciente, los rojiblancos llegaban como actuales subcampeones de Europa, un motivo más para aumentar las ganas de victoria de sus rivales.

Tras caer ante Olympiacos, el Atleti empezó a encarrilar a su rumbo venciendo a la Juve en casaPero en esto del fútbol, el crédito obtenido a lo largo del pasado año no sirve de nada. Tras una temporada donde el Atlético solo perdió el último su último partido europeo, los de Simeone comenzaron la competición con una derrota tan dolorosa como inesperada, y que complicaba a su vez el pase a la siguiente ronda. El Olympiacos de Míchel fue mejor y ganó al Atlético en la primera jornada de la fase de grupos (3-2).

La derrota hizo disparar todas las alarmas y las dudas empezaron a sobrevolarar el Manzanares. La Juventus, quien a priori era el principal rival del grupo, sería el siguiente rival en medirse a los rojiblancos. El partido del Calderón se antojaba como una final europea: una derrota podía dejar muy tocado, tanto psicológica como deportivamente, al Atlético. Pero el equipo respondió de la mejor manera: ganando. En un partido muy competido, Arda Turan decidió el encuentro a 15 minutos del final con un tanto que reenganchó al equipo en la lucha por el liderato de grupo.

Lanzados a octavos de final

Con todos los equipos igualados a puntos en la segunda jornada, el Atlético empezó a imponer su sello y, tras encarrilar su pase con la victoria ante la Juventus, allanó el camino con una gran goleada al Malmö en su siguiente partido (5-0) que le llevó a liderar el grupo. Un puesto que no volvería a perder en el resto de jornadas. Las dos últimas victorias devolvieron la confianza al equipo, que volvió a ganar al Malmö fuera de casa (0-2) para afrontar las dos últimas jornadas con un pie en la siguiente fase.

Dos goleadas en casa, ningún gol en contra y líderes de grupoEl Olympiacos se volvía a cruzar en el camino de una posible eliminación, pero la lección ya estaba aprendida. Con más facilidades de las previstas, los rojiblancos consiguieron una nueva goleada europea ante los griegos (4-0) con un triplete de Mandzukic. El liderato se jugaría en la última jornada nada menos que en el Juventus Stadium.

Pero el crédito del que hablábamos al inicio de la competición sí se hizo efectivo en esta ocasión. Al Atlético, ya clasificado, le valía el empate para ser líder del grupo. Y la Juventus mostró un gran respeto por los rojiblancos (en esta ocasión de amarillos). Los de Simeone dominaron los tiempos del partido e incluso gozaron de las mejores ocasiones del encuentro, pero el 0-0 inicial pareció contentar a ambos durante los últimos diez minutos. Juve y Atleti firmaron un empate que clasificaba a los dos para los octavos de final. El Atlético, por segundo año consecutivo, volvía a ser líder de grupo en la Champions League.

Sufrir para estar entre los mejores

El sorteo de octavos de final emparejó al Atlético de Madrid con el Bayer Leverkusen. Como líder de grupo, la vuelta sería en el Vicente Calderón. El emparejamiento pareció agradar a la afición rojiblanca en un principio. Los alemanes parecían uno de los conjuntos más débiles de los 16 equipos que aún sobrevivían en la competición. Pero nada más lejos; la eliminatoria estuvo marcada por la igualadad y solo una tanda de penaltis pudo decidir quién estaría en la siguiente ronda.

El Atlético no estuvo bien en Leverkusen y se trajo un resultado peligroso de cara a la vueltaAcostumbrado a responder en las grandes ocasiones, a los de Simeone les salió un mal partido en Leverkusen. En la primera mitad, no se mostró tan seguro en defensa como acostumbra en estas citas y apenas apareció por el área contraria. Pero la segunda parte terminó de complicar la eliminatoria por completo. Calhanoglu adelantó al Leverkusen en el 56' y puso al Atlético contra las cuerdas. La reacción, algo tímida por parte del conjunto de Simeone, duró hasta que Tiago fue expulsado (75'). Con uno menos y el marcador adverso, el 'Cholo' decidió que lo mejor era el resultado, por lo que el equipo defendió el marcador y apostó todo a la vuelta ante un Bayer Leverkusen que podría haberse ido con mayor ventaja a Madrid.

El partido del Calderón se planteó como otra final. Con un estadio a rebosar, el Atlético no salió demasiado loco al choque y confió en aprovechar sus ocasiones y mantener su portería a cero para tener opciones de estar en cuartos de final. Mario Suárez igualó la eliminatoria a la media hora de partido. En lugar de buscar un segundo tanto, siguió aguardando un momento que no supo aprovechar. Las ocasiones destacaban por su ausencia en ambos conjuntos. El Leverkusen pecó de rácano y el Atlético, de cauto. Así pues, los dos firmaron la prórroga. Tras 120 minutos de máxima igualdad, todo se decidió en una tanda de penaltis que dejó como héroe a Oblak, en su primera gran aparición de la temporada. El Atlético, por segundo año consecutivo, volvería a estar entre los ocho mejores equipos de Europa.

Tropezar con la misma piedra

Es evidente que la herida de Lisboa será incurable. Pero el Atlético parecía haber consumado su venganza ante el Real Madrid como mejor sabía: partido a partido. Hasta que volvieron a encontrarse en Europa. Colchoneros y merengues llegaron a su cruce de cuartos de final de la Champions tras seis duelos a lo largo de la temporada en los que siempre salió victorioso Simeone: la Supercopa de España cayó del lado rojiblanco nada más comenzar la temporada, el cruce de octavos de final de Copa del Rey volvió a caer del lado colchonero y en Liga, el Atlético se impuso 1-2 en el Bernabéu y endosó un resultado histórico en el Vicente Calderón: 4-0.

En la ida, disputada a orillas del Manzanares, el Real Madrid fue mejor, pero incapaz de superar a un majestuoso Oblak. El portero esloveno se consagró con héroe rojiblanco en un partido donde los de Ancelotti disfrutaron de grandes ocasiones en la primera mitad ante un Atlético desajustado en defensa y poco activo en ataque. El encuentro se igualó en el segundo tiempo y el empate inicial dejó todo abierto para la vuelta. El pase a semifinales se decidiría en el Santiago Bernabéu.

Simeone planteó un partido excesivamente defensivo en Chamartín y el Real Madrid volvió a ser mejor, a pesar de que el gol se le resistía. Ante un Atlético que apenas apareció por el área contraria, los blancos tuvieron que esperar hasta el minuto 87' para conseguir el tanto definitivo de la eliminatoria, obra de Chicharito Hernández, y cuando los rojiblancos jugaban ya con uno menos tras la expulsión de Arda Turan.

El verdugo volvió a ser el mismo, pero la senda atlética sigue intacta. Un año más, se consolidó como uno de los grandes de Europa y volvió a estar entre los ocho mejores. El título más ansiado se sigue resistiendo, pero el camino, con un trazado firme, sigue gozando de sólidos cimientos.