Simeone entregó la batuta de su ópera prima en el Atlético de Madrid a Diego Ribas y Radamel Falcao. El poder del dinero en el mercado futbolístico le quitó la pausa del brasileño y el gol del colombiano tras sus primeros éxitos, pero el Cholo se encontró con Arda Turan y Diego Costa, puntales ofensivos de su obra cumbre. A día de hoy, el Calderón perdió la magia de Arda y la determinación de Costa. Viendo las nuevas incorporaciones, parece claro que Simeone quiere construir un equipo aún más vertical, con un sistema de contragolpe que le haga ganar partidos. El primer requisito, una defensa sólida y fiable, está en el ADN atlético. Para dominar desde la transición ofensiva, Yannick Ferreira-Carrasco se presenta como un perfil ideal. 

Para empezar, Ferreira-Carrasco posee influencias muy diversas. Se crió en el fútbol belga, pero tiene raíces españolas y portuguesas. Entró en la cantera del Mónaco, y poco a poco fue quemando etapas hasta llegar al primer equipo. A día de hoy ya dejó actuaciones remarcables en la Copa de Europa. Se erigió en la bandera de un proyecto que actualmente no es lo que se concebió de él. El Mónaco del magnate Rybolovlev pareció irrumpir en el mercado con el objetivo de convertirse en un nuevo PSG o Manchester City, y así lo demostró con las firmas de Falcao y James Rodríguez. Pero, debido a diferentes contratiempos, como la polémica situación fiscal de Mónaco, el rumbo fue cambiando. El Mónaco se ha convertido en un club que ficha talento joven, como Bernardo Silva, Kongodbia o Anthony Martial, con el objetivo de revalorizarlos, de ahí que Ferreira-Carrasco fuera una incorporación accesible.

Extremo a pierna cambiada

Yannick ha disfrutado en Mónaco de un contexto propicio para sus condiciones. El conjunto de Jardim se ha definido en un bloque bajo, con un repliegue cerca del área propia, dos líneas muy claras por detrás del balón y una actitud defensiva. Era un equipo que buscaba la salida al contragolpe, situación donde Ferreira-Carrasco es élite. En el Atlético encontrará algo similar.

Ferreira-Carrasco es extremo izquierdo, y domina el contragolpe como pocos

Su posición ideal es la de extremo izquierdo, pese a ser diestro. Aunque en realidad, el belga puede considerarse ambidiestro. Su manejo de las dos piernas en cualquier acción está por encima de la media. Desde el costado izquierdo, Ferreira-Carrasco dispone del característico movimiento fuera-dentro que le permite encontrar una salida en dirección a portería, ya sea para centrar o disparar. Su fútbol es eminentemente vertical, buscando siempre la acción definitiva. Aunque parte desde la izquierda, Yannick puede aparecer por todo el frente de ataque. Demuestra inteligencia en sus movimientos, sabe abrir líneas de pase para sus compañeros, efectuar desmarques de ruptura, ofrecer apoyos y dar continuidad a la jugada... 

Su conducción de balón, unida a su velocidad, le convierten en un gran arma con espacios por delante

Por supuesto, su virtud técnica más destacada es la conducción de balón. Su físico le ayuda, pues tiene una zancada potente, es capaz de abarcar muchos metros, sostiene carreras largas, es veloz y explosivo. Ferreira-Carrasco combina su potencial físico con una desarrollada habilidad en el regate y un gran manejo de balón. Su capacidad en la conducción de balón, junto a su velocidad para realizar desmarques y carreras largas, es su mejor arma en los contragolpes. No se le puede considerar un genio del último pase, pero sí interpreta bien las paredes, da tensión a sus envíos en corto y tiene un golpeo de balón bastante bueno, sobre todo a la hora de colgar centros al área.

Dominio del contragolpe

No es un talento defensivo, aunque sí se esfuerza en replegar y seguir a su lateral. Procura guardar siempre una buena posición para iniciar el contragolpe, ya sea mediante su propia conducción de balón, o iniciando la arrancada en cuanto un compañero recupera el esférico. Y es que Ferreira-Carrasco es absolutamente dominante en la transición ofensiva. Puede ejercer tanto de lanzador del contragolpe, como moverse para abrir huecos para sus compañeros. Interpreta esta acción a las mil maravillas. Además, ya sabe lo que es jugar en un equipo de repliegue y actitud defensiva, por lo que no debería costarle adaptarse a las exigencias de Simeone. 

 Ferreira-Carrasco es un gran regateador, pero todavía le falta un punto de pausa para ser determinante ante defensas cerradas

En ataque posicional no es tan influyente, al menos, no en su actual punto de evolución. Todas las ventajas que puede generar ante una defensa organizada llegan a partir de su faceta de regateador, que no es poca cosa. Ferreira-Carrasco es puro desborde, lo que le permite quitarse a rivales de encima y generar superioridades cerca del área. Sus recepciones suelen producirse tirado al costado izquierdo, para poder encarar y jugar con espacios. Es raro verle recibir entre líneas y girarse, pues cuando aparece por el centro ante una defensa cerrada, suele ser para ofrecer algún apoyo corto. Aún así, su capacidad de desequilibrio le permitirá abrir defensas siempre que gane un punto extra de pausa y poso que aún no tiene.

Su toma de decisiones es su mayor defecto. Aún no sabe cuando verticalizar y cuando frenar, cuando buscar la jugada individual o cuando descargar sobre un compañero

Para el final, el mayor defecto de Ferreira-Carrasco: su toma de decisiones. El belga, en este aspecto, recuerda a Di María. Juega aceleradísimo, lo que resta precisión a sus acciones, de ahí que todavía no se pueda hablar de él como un goleador, pese a no tener un mal disparo. Yannick aún no sabe cuando correr y cuando dar un segundo extra de pausa, cuando buscar la jugada individual y cuando descargar sobre un compañero... y claro, en un futbolista que juega tan rápido como él, este defecto es aún más notorio. Simeone gana para su idea una mente maravillosamente vertical, y un futbolista al que solo la madurez le podrá convertir en lo que su potencial dice que puede ser.