Cierto es que apenas era un partido de pretemporada. Cierto es que era el primer test del año balompédico. Cierto que tras la importante paliza física que El Profe Ortega ha orquestado en Los Ángeles de San Rafael el partido parecía un mero trámite, una prueba preparatoria. Pero para Siemone no hay partido amistoso y quiso empapar a sus hombres de ellos. Por eso, el 2-0 final, fue resultado de intensidad y pegada. Y con Simeone, la entrega y la garra jamás dejarán de ser la esencia de un equipo que ha llegado a ser lo que es hoy en día gracias precisamente a ese componente.

Lucas Hernández fue el encargado de abrir el marcador en el minuto 52. Prácticamente una semana después de haber culminado la pasada temporada (que se dice pronto) con su Selección, el leteral, sin apenas descanso, le dio la primera alegría del nuevo curso a los suyos. El joven francés se sacó de la manga un potente disparo desde fuera del área que sirvió para desequilibrar el marcador a favor de los rojiblancos. Y entonces apareció Ángel Correa. El argentino debutaba con la elástica rojiblanca y no defraudó. Fue un partido merecido para el joven futbolista. Era su debut como colchonero y no quería fallar. Después de todo lo malo, como el mismo dijo en su presentación, le tocaba disfutar. Y disfrutó. Apenas llevaba siete minutos en el terreno de juego cuando se estrenó como goleador, con un buen tiro cruzado. Sonreía Ángel, sonreían los atléticos.

Con el 2-0 y tras baile de cambios, no cambiaba la tónica del partido. El Numancia buscaba hacer daño a los rojiblancos, pero el Atlético era quien controlaba el partido. No dio tiempo para más en un amistoso que terminó con la recogida del trofeo del III Memorial Jesús GIl y Gil en Burgo de Osma.
 

VAVEL Logo
Sobre el autor
Ainhoa Sánchez
Coordinador de la sección del Getafe CF. Redactor del Getafe CF, Segunda División B y del Swansea City.