Todo hacía indicar que los aficionados rojiblancos no podrían disfrutar de Óliver Torres en el primer partido de pretemporada ante el Numancia. El encuentro, disputado este pasado sábado con motivo del Memorial Jesús Gil y Gil, ofrecía números alicientes para el aficionado colchonero, pero parecía que el de volver a ver a Óliver con la elástica del Atlético de Madrid no iba a ser uno de ellos.

El motivo; el ser precavido y no arriesgar con él. Su última lesión en el hombro, unas molestias que son complicadas de curar de forma plenamente efectiva, hacía parecer que Diego Pablo Simeone no daría minutos al de Navalmoral de la Mata frente al conjunto soriano. La pretemporada es larga, restan muchas citas preparatorias y un mal paso podría suponer arrepentirse posteriormente de tal decisión.

Sin embargo, el joven canterano rojiblanco si jugó ante el Numancia. Parece ser que su hombro ya está recuperado y su presencia en el banquillo supuso una sorpresa para muchos. Una presencia que, además de indicar que su recuperación es total, o al menos cercana a ello, ofrece una realidad que se intuye como una declaración de intenciones. Su emisor; Diego Pablo Simeone. El técnico argentino cuenta con Óliver. Quiere que se convierta en una plaza importante en el Atlético de Madrid. A pesar de su juventud, su año a préstamo en tierras lusas, donde ha sido elegido jugador revelación del campeonato, ha convencido al Cholo. Simeone quiso probar a Óliver desde el primer día, darle minutos, confianza y, sobre todo, galones.

Esta intención de ofrecer protagonismo al rojiblanco del técnico argentino fue clara y evidente cuando el primero se despojó del chándal tras el calentamiento realizado después del descanso. Bajo este chándal, la segunda y esperada equipación del Atlético de Madrid y, bordado a su espalda, un número. Aquel que está reservado a unos pocos elegidos. Aquellos que, en la mayoría de los casos, derrochan talento y calidad por los cuatro costados. El 10. Un dorsal que hasta hace pocos días portaba Arda Turan, que ofrecía absolutamente ese perfil. Óliver también.

Por todo esto, Diego Pablo Simeone decidió darle 20 minutos al joven jugador del Atlético. Lo hizo para ubicarlo en el sector izquierdo. Aquel que ya disfrutó en sus partidos anteriores a su periplo en el Villarreal y Oporto, y aquel que dejó “huérfano” la marcha de Arda al Fútbol Club Barcelona. El sábado, Simeone decidió que era el momento de que volviera a enfundarse la rojiblanca. Los aficionados atléticos, que no se la vuelva a quitar en mucho tiempo, lo que será, seguro, sinónimo de éxitos.