El nuevo Atlético de Madrid 2015 /2016 arrancó la primera jornada con una victoria ajustada y sufrida ante la UD Las Palmas. Un solitario gol de Griezmann dio los tres puntos a los colchoneros de los que se esperaba mucho más en su arranque liguero. El potencial ofensivo obtenido este año con las contrataciones de jugadores como Jackson, Correa, Carrasco o Vietto a los ya pertenecientes a la plantilla, auguraban un Atlético mucho más dinámico arriba. Lo cierto es que, a pesar de ser pronto para sacar conclusiones, el equipo no tuvo la fluidez esperada y los de Simeone tuvieron que recurrir a una de las armas más esenciales de esta generación: el balón parado.

Los goles con génesis en un balón parado fueron el recurso más temido de los rojiblancos y ha dado un gran rendimiento cuando el partido estaba atascado. Los remates de Godín,  Miranda, Raúl García, Mandzukic, Falcao, Diego Costa, Tiago y compañía han sido un preciado tesoro en estos años con Simeone. Goles como el que dio la Copa del Rey ante el  Real Madrid, el que dio la Liga o el que adelantó al equipo en la final de Lisboa vinieron de un balón parado. No es casualidad, el Atlético de Madrid ha creado de una suerte del partido un motivo de pánico en los equipos rivales. Sin embargo, el gol de Griezmann el pasado fin de semana no vino de un córner, sino de una falta directa.

El balón parado se multiplica en el Vicente Calderón, y el ‘principito’ ha destapado otra arma proveniente del balón parado olvidada a orillas del Manzanares. Su gol despierta otro recurso amenazante que añade al equipo otro plus para ser más competitivo. En el Atlético hacía mucho que no se recordaba un gol de falta. En 2012 sería Emre en la Champions League el último colchonero en anotar un gol directo del lanzamiento de una falta. Se hacía extraño en estos últimos años, siendo un equipo destacado entre otras cosas por sus lanzadores de córner o de faltas, que no hubiera efectividad desde el lanzamiento directo. Gabi, Tiago, Koke ( que también lanzó un disparo al larguero este último partido) y el propio Griezmann entraban dentro del abanico poderoso de prodigioso disparo, pero fue el francés el que abriera la veda en esta primera jornada.

Siempre ha sido importante tener un buen lanzador de faltas.  Un jugador que ante esa acción pueda marcar la diferencia o que simplemente saque provecho o decida un partido como hizo Griezmann ante Las Palmas. Todos los grandes equipos posen un jugador que pueda aprovechar un lanzamiento directo para desequilibrar un partido. A los actuales Messi o Pirlo, se les une una larga lista que en los últimos años fueron los encargados de dar un plus a sus equipos con su poderosa arma. Del Piero, Juninho, Ronaldinho, Recoba, Mihailovic, Assunçao, Beckham, Koeman, Baggio, Zico, Riquelme, Tsartas, Roberto Carlos,…

El Atlético de Madrid también tuvo grandes lanzadores de faltas en su historia. Pero sin duda uno destacó por encima del resto. Ese fue Milinko Pantic. El serbio dejó una huella imborrable en el balón parado rojiblanco. Su precisión en los lanzamientos de falta era milimétrico y su porcentaje de gol muy alto. Fue uno de los mayores peligros de aquel Atleti del doblete. El ramo de flores que se sitúa en el saque de esquina cada partido conmemora sus prodigiosos saques de esquina, otra de sus virtudes. Koke estaba llamado a ser su sucesor, pero siendo Griezmann el que resucitó este recurso, los ojos están puestos en él para seguir aprovechando los lanzamientos de falta.