Apenas habían pasado cuatro temporadas desde que el Atlético de Madrid regresara de sus dos años en la segunda división tras el fatídico descenso. Unas temporadas en las que los rojiblancos coqueteaban con los puestos medios de la tabla, no había aspiraciones ni posibilidades de conseguir mucho más que un puesto para la Intertoto. Los jugadores iban y venían, igual que los entrenadores. Jugadores de nivel medio, o bajo muchas veces, conformaban cada año equipos que ilusionaban algo a principio de temporada y decepcionaban cada verano.

El conjunto colchonero tenía que volver a cambiar su imagen y ello pasaba por conformar una plantilla ilusionante que aspirase a algo más que a mantenerse en primera. Había un nombre por encima del resto que era de los pocos que realmente generaban ilusión en la parroquia rojiblanca: Fernando Torres. El joven canterano mantenía viva la ilusión de una afición que le exigía demasiado para su corta edad.

Fue el traspaso más caro de la historia de un jugador menor

Por entonces, Toni Muñoz, director deportivo del equipo, andaba por Argentina intentando fichar nuevos talentos. Allí vio a un joven delantero que había sido el jugador más joven en debutar en la máxima categoría del futbol argentino con quince años, un mes y tres días. El Atlético de Madrid hacía efectivo el fichaje de Sergio el “Kun” Agüero procedente de Independiente de Avellaneda por 23 millones de euros, siendo en su momento el traspaso más caro de la historia de un jugador menor de edad.

Sustituto de Torres

El Atlético buscaba crecer deportivamente y el Kun llegó para ser parte de ese proyecto. Era una joven promesa que ya hacía las delicias de los aficionados en Argentina con su potencia y su velocidad, su juego explosivo y desequilibrante. En el club colchonero se iba a unir a su ya estrella el “Niño” Torres. Con la dupla de delanteros, Javier Aguirre conformaba una plantilla competitiva para mejorar la clasificación del equipo.

Un primer año en el que no fue hasta la décima jornada cuando empezó a ser titular. El argentino disputó un total de 42 encuentros en todas las competiciones y anotó un total de siete goles. Esa temporada, los rojiblancos, siendo séptimos, sólo lograron igualar la mejor posición lograda desde el ascenso. La presión seguía recayendo sobre el joven capitán y los resultados no terminaban de llegar. Torres tomó la decisión de dejar el club marchándose al Liverpool de Rafa Benítez.

Junto con Forlán formó una de las parejas más goleadoras

Con la marcha del Niño, el Kun tomaba galones dentro del equipo. Ese mismo verano el conjunto rojiblanco se hacía con los servicios de Diego Forlán. El delantero charrúa, procedente del Villarreal, donde había sido bota de oro, llegaba al club rojiblanco con una misión similar a la que había adquirido el delantero argentino un año antes: mejorar el nivel competitivo del Atleti.

Pareja con Forlán

La sociedad argentino – uruguaya cuajó desde la primera temporada. Ambos delanteros lograron un total de 50 goles, 27 de ellos del Kun que jugó un total de 50 encuentros. El conjunto colchonero se clasificó cuarto en Liga y volvió a disputar la máxima competición europea al año siguiente.

El argentino ya se había convertido en ídolo en el Calderón y había hecho olvidar a base de juego y goles a Fernando Torres. Su pareja de baile le ayudó a seguir creciendo y a convertirse en el centro de todas las miradas de los grandes clubes europeos. En su tercera temporada logró 21 tantos en 47 partidos, junto con Forlán anotaron un total de 56 goles, siendo el charrúa pichichi y balón de oro esa temporada con 35 tantos.

En la temporada 2009–10, su participación en Champions no fue muy brillante y no lograron pasar de la fase de grupos. Pero probablemente sería para Agüero la temporada más brillante en el conjunto de la ribera del Manzanares. Su clasificación como terceros de grupo les dio acceso a los dieciseisavos de la recién renombrada Europa League. Galatasaray, Sporting de Portugal, Valencia, Liverpool y los rojiblancos, comandados por la dupla Agüero – Forlán se plantó en la final de Hamburgo frente al Fulham inglés. Dos goles del uruguayo tras dos asistencias del argentino, terminaron con un Atlético campeón.

Entre los mejores

El delantero argentino ya se había convertido en uno de los delanteros top en Europa. Muchos de los grandes clubes europeos se peleaban por hacerse con sus servicios. Ya era la quinta temporada del Kun en el Atlético de Madrid y a pesar de los resultados obtenidos la situación empezó a torcerse. No se notó en el campo, donde el delantero volvió a obtener uno de sus mejores registros con 27 goles en 41 partidos. Pero las ofertas llegaban y las ganas de crecer deportivamente y de obtener títulos fueron mayores que su éxito y su posición de estrella en el Calderón.

Juventus, Mánchester City y sobre todo Real Madrid eran los equipos que más sonaban como futuro próximo para el delantero. Sin embargo y en medio de toda la incertidumbre, en enero de 2011 el Kun firmó su renovación por tres temporadas más bajando su cláusula de rescisión de 60 a 45 millones. “Quiero decirles que estoy muy contento por haber renovado con el Atlético de Madrid. Renovar no es sólo volver a poner una firma sobre un contrato. Es también renovar un compromiso con el club al que llegué cuando tenía 18 años y en el que estoy desde hace casi cinco. Es también renovar mi deseo de seguir progresando con la institución”, fueron las palabras del Agüero el día de su renovación.

Salida por la puerta de atrás

Pero esta renovación no fue sino el preámbulo de una marcha más que anunciada. En los meses siguientes mucho se habló de su salida e incluso Maradona, su suegro por aquel entonces, calentó el ambiente insinuando su deseo de verle en el Real Madrid. Finalmente todo se confirmó en mayo cuando el propio jugador hizo oficial su deseo de abandonar el club que le hizo dar el salto al fútbol europeo y que le consagró como el delantero estrella que es. “He dicho tiempo atrás que cuando quisiera irme, lo diría públicamente. Y ese momento ha llegado. Por eso cumplo con mi palabra y aquí estoy. Me resulta difícil dejar el Atleti. Me duele y me entristece”, fueron sus palabras en una carta publicada en su web oficial.

Sus repetidas declaraciones insistiendo en salir del club no gustaron a la afición

Además escribió en twitter: “Le expresé al Atleti mi decisión de salir. Le pedí que reciban, sin condicionamientos, las ofertas que lleguen de otros clubes”. A partir de ahí comenzó una serie de declaraciones que gustaron poco a los aficionados rojiblancos. El argentino insistió repetidamente en su deseo de salir del club y llegó a decir que “Miguel Ángel Gil no me va a elegir equipo”. “Quiero dejar la puerta abierta a cualquier club, sea cual sea, y que la gente y el club lo entienda”. Pero la gente no lo entendió, y mucho menos entendieron los aficionados el hecho de dejar la puerta abierta a cualquier club, incluido el eterno rival.

Finalmente y tras un convulso verano, tras finalizar la Copa América y no presentarse al entrenamiento con el Atlético de Madrid, dejaba un twitter en su cuenta: “Recién aterrizado en Mánchester para ultimar los detalles de la firma con el City. Va todo muy bien”. Finalmente fue el conjunto citizen quien se hizo con sus servicios. Sus devaneos con el Real Madrid y su falta de contundencia desmintiendo su deseo de recalar en el club vecino no gustaron a orillas del Manzanares, algo que condenó al delantero argentino que pasó de héroe a villano.

Hasta el momento es el octavo jugador con más goles en el Atleti con 101 tantos

El Kun Agüero vivió cinco temporadas como jugador rojiblanco. Antes de recalar en la entidad colchonera también recibió la llamada de otros grandes como Barcelona, Villarreal o Bayern de Múnich. Sin embargo se decidió por el conjunto rojiblanco. Su elección le llevó a triunfar en el fútbol español y a forjarse un futuro como uno de los mejores jugadores del mundo. Rencores aparte, en el Calderón siempre se recordará su juego mágico, su desparpajo, su velocidad endiablada, sus jugadas imposibles, sus goles, las grandes noches de fútbol, aquella Europa League, esa final de Hamburgo, su entendimiento con Forlán, esa pareja que fue una de las mejores y más letales.

Cinco años de fútbol que concluyeron probablemente de la peor manera, eso sí, en su último partido como rojiblanco anotó un hat trick al Mallorca, el único que consiguió vistiendo la camiseta del Atleti. El conjunto que fue su lanzadera y quien le consagró. Uno hizo grande al otro y viceversa. Quizá entre paréntesis o con la boca pequeña, pero todos los colchoneros siempre tendrán un pequeño hueco en su corazón para el delantero argentino que les robó el suyo durante cinco maravillosos años.