El Atlético de Madrid es un auténtico rompecabezas y el encargado de encajar todas las piezas es Diego Pablo Simeone, que parece por fin haber acoplado todas las porciones para que la máquina rojiblanca funcione a la perfección. Sin embargo, este fin  de semana, ante su gente, y con la segunda plaza de la Liga BBVA por defender, el técnico colchonero deberá suplir a uno de sus mejores pupilos, el que porta y defiende el brazalete de capitán, sin que el equipo lo note. Gabi se quedará fuera de la convocatoria del próximo sábado ante el Espanyol por sanción y el conjunto indio deberá sobrevivir sin él. 

Una pieza difícil de reemplazar

El "14" colchonero es uno de los pilares que sustenta al Atlético de Madrid, es el capitán del equipo, el alma e incluso la bandera. Es la representación de la lucha, la pasión y el amor por unos colores, lo que se refleja sobre el terreno de juego.  A sus 32 años Gabriel Fernández es toda una institución dentro del club rojiblanco gracias a sus diez temporadas como colchonero, las más importantes a partir de 2011 cuando regresó al club indio tras cuatro temporadas en el Zaragoza.

La importancia del madrileño en el juego del Atlético es indiscutible, basta con ver el encuentro de los colchoneros ante el Galatasary, el pasado miércoles en la UEFA Champions League, en el que el español, con ayuda de Antoine Griezmann  resolvió el partido al Atlético de Madrid gracias a dos grandes asistencias, y con ellas certificaron el pase a octavos.

Le va a costar a Diego Pablo Simeone prescindir de él, sin embargo, si por algo se caracteriza el piloto rojiblanco es por saber esquivar los contratiempos. El técnico deberá encontrar la pieza que mejor se ajuste a la maquinaria colchonera, lo que en los últimos años no ha parecido costarle. Pese a que el Vicente Calderón echará de menos a su capitán, los precedentes anteriores en los que Gabi no ha podido jugar son cuanto menos, esperanzadores. El año pasado se perdió ocho partidos y el Atlético de Madrid tan sólo empató uno de ellos, todos los demás acabaron con los tres puntos para los rojiblancos (ante la Juventus, Malmö, Leverkusen, Getafe, por partida doble el Dépor y el Eibar). En el único  en el que no lograron pasar del empate fue ante el Hospitalet en el Vicente Calderón, en el que el encuentro se saldó con un 2-2, aunque a el Atlético de Madrid le sirvió para pasar a octavos de final de la Copa del Rey.

Una progresión ascendente

En julio de 2011 tras cuatro temporadas en el Zaragoza Gabi volvía al Atlético de Madrid, y volvía para quedarse. La adaptación a un equipo como el rojiblanco no es fácil, los primeros meses, no fueron lo más acertados en la trayectoria del jugador, parecía desbordado, incapaz de liderar un doble pivote que se asemejaba más a un coladero que a una defensa. El jugador debía asumir demasiadas responsabilidades en medio de un Atlético de Madrid caótico. Fue entonces cuando llegó Diego Pablo Simeone, para sacar del pozo al Pupas y construir un Atlético de Madrid que sería campeón de liga, de Copa, de las Supercopas, de la Europa League y que cerca tuvo la Champions. Desde entonces la predisposición y las ganas del capitán fueron su principal fuente para hacerse un hueco insustituible en el equipo colchonero, ganarse a la afición, y proclamarse como institución dentro del club.

Actualmente, parece imposible imaginarse un Atlético de Madrid sin la garra y entrega de Gabriel Fernández. La sanción llega en el peor momento para el centrocampista, justo cuando había alcanzado el alto nivel que acostumbra, tras una clase magistral ante el Galatasaray y cuando el Calderón empezaba a reconocer de nuevo a su capitán. Todo apunta a que Saúl tomará el puesto vacante, habrá que ver que pieza mueve el Cholo y cuánto echa de menos el Atlético de Madrid a su capitán.