¿Se han enamorado alguna vez? Sí... ya saben, si han llegado a sentir todo eso que cuentan de las mariposas por el estómago y el no poder evitar sonreir al estar a su lado. Esos factores que en los grandes romances de Hollywood pintan de rosa y le imponen un fácil sí o no por respuesta – que por gusto del espectador siempre acabará con un sí, por eso de que los finales deben ser siempre felices-. Neil Gaiman, sin embargo,  diría que “enamorarse es algo horrible” y ciertamente, no le faltaba  razón.

Horrible por la vulnerabilidad que conlleva,  la exposición al dolor y la responsabilidad que implica. Y qué adecuado el sustantivo responsabilidad, justo aquella que Fernando Torres se echó al hombro desde que un tal Manuel Briñas decidió apuntarle con el dedo y susurrarle al oído que “estaba hecho para ser jugador del Atlético de Madrid”. Allí en Cotorruelo, un niño que apenas había cumplido 5 años quedó profundamente invadido por múltiples mariposas pintadas de rojo y blanco.  Eso sí fue amor  y si no que se lo digan a los domingos en el Calderón, que durante años quedaron abonados a las galopadas de Fernando por la banda.

Ahora el que siempre será “el niño” para la afición rojiblanca -crezca lo que crezca y gane lo que gane- tiene la oportunidad de hacer al fin realidad un sueño que lleva persiguiéndolo desde que se enfundó por primera vez en la rojiblanca: “Ganar un título con el Atlético de Madrid” o mejor dicho, con el equipo de sus amores.  Son cosas del fútbol pero, aunque parezca mentira, Fernando Torres ha disputado diez finales en su trayectoria y ninguna de ellas con el conjunto del Manzanares.

Diez finales, ocho victorias

El próximo 28 de mayo el de Fuenlabrada se estrenará en una final como colchonero y ¡vaya estreno! por la puerta grande: en una final de la UEFA Champions League, este factor algo que podría ayudar mucho a los rojiblancos a conseguir la primera orejona para sus vitrinas, porque el “9” es un auténtico  `rey de finales’ y, aunque no ha disputado ninguna como colchonero, suma un palmarés de diez en su su carrera, de las cuales ha ganado ocho y ha anotado en seis ocasiones.

Lo que mejor se le ha dado al madrileño ha sido la Selección española. Su suerte comenzó a sonreírle en la Eurocopa sub-16 cuando gracias a un penalti que convirtió contra Francia hizo sentir, por primera vez en su trayectoria, a España entera campeona. Un año más tarde volvió a repetir, esta vez, a pase de Iniesta y ante Alemania. El chaval apuntaba maneras y ojo si apuntó.

Siete años después, ya con la absoluta, nuevamente,  se convirtió en la pesadilla de los germanos. Su tanto en la final de la Eurocopa de 2008 le devolvió la sonrisa a España entera. En el 2012 revindicó su poderío  en una final del continente europeo, esta vez, el rival fue Italia, aunque en esta ocasión no fue el único anotador de la noche. 'El Niño' que salió desde el banquillo, puso el tercero en el marcador y le regaló a Mata el cuarto.

En sus años con el Chelsea el canterano del Atlético de Madrid también fue decisivo a la hora de decantar las finales a favor del conjunto 'blue'. La más conmemorativa fue en la final de la Europa League en 2013 en la que anotó una de las dos dianas que le dieron a los ingleses la competición ante el Benfica.

El partido de su vida

Ahora Fernando Torres tiene la oportunidad de conseguir la primera Champions del Atlético de Madrid y dejar, si cabe, un poco más su huella clavada en la historia rojiblanca. Esta vez el de Fuenlabrada no está en la lista de los jugadores convocados para la Eurocopa 2016,  “el Niño” no será el héroe de 'la roja' pero, tiene ante sí “la final más importante de su vida”. A Neil Gaiman se le olvidó decir lo bonito que puede ser enamorarse. El sábado acuérdate de recordárselo Fernando.

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