En el Atlético, los sentimientos siempre estarán por delante de los títulos, y Simeone es esa persona que ha enseñado a soñar, a luchar y a sentir de otra forma, una forma más bonita, más comprometida, una forma que lleva implícita la ilusión.

"Del segundo no se acuerda nadie, perder dos finales es un fracaso". "Ver a la gente que pagó la entrada, viajó, se entusiasmó, ilusionó... No le pude dar lo que quería... Es un momento para pensar por mi parte". Estas fueron las palabras del técnico en la rueda de prensa posterior a la final. Dolido, desolado y con esa reflexión, dejó la duda sobre su futuro en el Atlético de Madrid.

¿Fracaso?

Fracaso. Cuesta pensar en esta situación como un fracaso desde fuera de la mente de Simeone. Un equipo que, antes de que llegara el argentino, se encontraba luchando por la permanencia. Un equipo que daba más tristezas que alegrías. El mismo equipo que, tras la llegada del técnico hace poco más de cuatro años, ha alzado una Europa League, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Liga BBVA. El mismo equipo que ha enfrentado dos finales de Champions League en tres años, mientras que en toda su historia sin Simeone, solo había tenido la oportunidad de disputar una.

No hay duda de que la familia atlética, tanto jugadores como afición, necesita a este entrenador con ellos. Pero necesita un Simeone con la cabeza alta y sin el pensamiento de rendirse, como siempre, pues él parece ser el único capaz de volver a reflotar a este barco hundido. Para llegar a esta conclusión no hay más que recordar las palabras de Tiago, como segundo capitán, antes de la final de Lisboa: "Simeone es como un dios para nosotros. Si nos pide que nos tiremos desde un puente, lo haremos". ¿Quién puede dudar, entonces, de que Simeone es la persona idónea para levantar, de nuevo, a este vestuario?

Jugadores y afición piden su continuidad

La plantilla le quiere en el equipo, como ya dejó claro Carrasco después del partido: "Nosotros, los jugadores, queremos que el míster se quede en el equipo siempre". Tiago, por su parte, se mostraba seguro ante las palabras del argentino: "No tengo dudas. Simeone seguirá con nosotros".

El equipo ha hablado, están totalmente unidos a su entrenador y le necesitan, al igual que la afición, que no ha dejado de mostrar su apoyo al técnico a través de las redes sociales. Ahora, la decisión es de Simeone. Él nunca ha sido de rendirse, no va con su forma de ser, ni siquiera de planteárselo. Simeone es de trabajar, creer, confiar y conseguir a base de esfuerzo, pero nunca rendirse. Su filosofía consiste en eso.

Simeone enseñó a este equipo a siempre creer y a mantener la cabeza alta en todo momento. Por ello, no cabe duda de que la afición siempre le querrá, pase lo que pase, o lo que no pase, como en este caso. Todo empezó con el argentino al mejorar las expectativas que todos podían tener del Atlético previo a él, y el fútbol le debe una Champions rojiblanca. Quizá eso de "a la tercera va la vencida" sea para la tercera oportunidad de Simeone, y no para la tercera del club. Es momento de que todos sigan creyendo y nadie se baje de este barco hundido que conseguirá volver a flotar, porque, si nadie se rinde, ¿por qué iba a hacerlo el capitán de ese barco?