26 de junio de 2016. Una fecha para recordar. Porque se consiguió una copa, toda una Copa de la Reina. Porque se alcanzó un título, el primero que logra el club. Y por cómo se consiguió: tirando de coraje y corazón ante todo un Barcelona. El Atlético de Madrid Féminas nunca olvidará este 26 de junio, el día en que hizo historia.

Ni elecciones ni vacaciones, la Ciudad del Fútbol de Las Rozas estaba abarrotada para presenciar la final. Había representación de ambos equipos, pero, ya sea por la cercanía a Madrid o por lo que fuera, la gran mayoría vestía de rojo y blanco. Quizá fue por eso por lo que el Atlético de Madrid salió con tanta intensidad. Volcado en ataque, con intención y con prisa. Una fuerza y unas ganas admirables si tenemos en cuenta que venían de jugar una prórroga tan sólo dos días atrás. Con este ímpetu, no tardó en llegar el primero de los tantos, ni el segundo, ni tampoco el tercero: el Atlético ya ganaba 0-3 a la media hora de juego. Pero vamos por partes. Porque no se gana una Copa de la Reina todos los días y esta hazaña merece ser contada con todo detalle.

Meseguer, con un gol y una asistencia, fue una de las protagonistas del partido

Apenas habían pasado 5 minutos cuando Ángela Sosa recogía un centro de Meseguer para poner el 0-1 en el marcador. Llegaba el primero y lo hacía en forma de golazo: potente y a la escuadra. No se esperaban las azulgrana que el Atlético golepeara tan pronto y se vieron superadas por el dominio de unas rojiblancas que se crecieron a raíz del gol. Y con las de Villacampa venidas arriba, no tardó en llegar el segundo. Esta vez fue Meseguer, que ya había participado en el primer tanto, la autora. La que fue una de las mejores del partido, puso el segundo golazo de la mañana tras un saque de esquina, sorprendiendo con un disparo desde fuera del área. El Atlético se gustaba, disfrutaba; el Barcelona, sufría, no se encontraba. Así que era inevitable que llegara el tercero. Sonia, la que fuera heroína de las semifinales, se recorrió la banda izquierda para poner un balón medido para Esther, quien no falló en boca de gol con un testarazo.

Sufrimiento hasta el final

El Barcelona estaba perdiendo de una forma contundente y necesitaba reaccionar. Xavier Llorens buscó esa reacción moviendo ficha nada más comenzar la segunda mitad: cambiando de táctica y buscando soluciones en el banquillo. Y no se puede negar que le funcionó. Ya sea por la relajación de las colchoneras,  o por el cambio de actitud de las azulgrana, la realidad es que los papeles se invirtieron en el segundo tiempo. En cuanto a juego y en cuanto a goles.

El doblete de Jenni no fue suficiente para que el Barcelona lograra la remontada.

El conjunto catalán recortó distancias en el minuto 58 con el desafortunado protagonismo de Mapi León. La jugadora rojiblanaca cometió penalti tras un agarrón en el área y Jenni no falló desde los 11 metros. Un gol que hizo que los nervios se apoderaban del Atlético; porque aún tenían ventaja, sí, de dos goles, pero quedaba un mundo y el Barcelona es mucho Barcelona.

Demostraron rápido las azulgrana que la intranquilidad del rival estaba justificada, pues a los pocos minutos ya había puesto el 2-3 en el marcador. Jenni conseguía su doblete y obligaba al Atlético a reaccionar en los minutos finales.

No podía estar más emocionante la final. El Atlético iba ganando, pero la idea de llegar a la prórroga no era, ni mucho menos, descabellada. Ni siquiera cuando Melanie fue expulsada por doble amarilla. Sin embargo, las rojiblancas sabían que no podía ser. Confiaban en recibir el premio a su esfuerzo. Creían en la victoria. Estaban seguras de que el 26 de junio sería un día histórico para ellas y para el club.

Y fue así, goleando, sufriendo y creyendo, còmo el Atlético de Madrid Féminas escuchó el pitido final más melodioso que jamás habían oído. El que las proclamaba campeonas por primera vez, el que las convertiría en ‘Reinas’ para la historia.

VAVEL Logo
Sobre el autor