Cuando el 2 de febrero de 2002 finalizó el partido en el Vicente Calderón el sentimiento de la hinchada rojiblanca sería algo muy parecido a la resignación, mientras que la del Leganés viviría en la completa felicidad. Los pepineros acababan de vencer por dos goles a cero al lider de la División de Plata, lo que les sacaba de los puestos de descenso. A pesar de la derrota, los de Luis Aragonés se mantenían líderes, como llevaban desde la jornada 9, y así seguirían hasta el final del campeonato, acabando de esta manera con su etapa en el infierno y regresando a la división que les correspondía. Lo que sigue después es conocido por todos: inestabilidad administrativa, falta de planificación, la marcha de Torres, el doblete europeo, la marcha de Agüero y lo que cambió todo: la llegada de Simeone. Hoy, en 2016, con los dramas de la Segunda División lejos, el Atleti vuelve a enfrentarse al Leganés con Torres en el campo, como aquella tarde de feberero de 2002, y con Burgos -otro de los que jugó ese partido- como segundo entrenador de Simeone.

Aquel día, por parte del Atlético jugaron Burgos; Otero (sustituido por Armando en el 44´), García Calvo, Hibic, Antonio López; Aguilera (sustituido por Dani en el 38´), Movilla, Nagore, Stankovic; Diego Alonso (sustituido por Correa en el 57´) y Fernando Torres. Era la segunda y última temporada del Atlético en segunda división, pero no por ello era menos dolorosa la situación. En ese momento, poca gente sabía que aunque acabaría subiendo todavía quedaban muchas decepciones y camino por hacer. Pero como decía Proust, de los años de sufrimiento son de los que más se aprenden, y actualmente el Atlético parece tener la lección bien aprendida.

Los de Simeone saldrán a Butarque el sábado tras un verano en el que ninguna estrella ha abandonado el barco, y en el que grandes jugadores se han unido a la causa de los de Diego Pablo y los suyos. Se enfrentarán a un Leganés que ha empezado con muy buen pie su andadura en primera división: nada más y nada menos que ganando al Celta en Balaidos. Sin duda una situación opuesta a la vivida hace 14 años.

Pese a que la nostalgia es un tema recurrente en el fútbol -y en la vida- ni Atleti, ni Leganés tienen motivos para sentirla. Y es que, pese a lo que se suele pensar: no todo tiempo pasado fue mejor.