El Atleti no ha empezado bien, eso está claro. Dos empates en las dos primeras jornadas y ante dos recién ascendidos. Un gol (y de penalti) de Gameiro es la única alegría que llevan hasta ahora los atléticos. Por lo demás, todo es mal presagio: poco juego, ocasiones contadas que acaban fuera o topándose contra el portero rival, sensaciones de haber podido hacer algo más desde el pitido inicial y críticas a Simeone por su planteamiento ante un rival inferior. Déjà vu tras déjà vu. Pocos goles, como el año pasado. Como cuando estaba Jackson Martínez.

En la temporada pasada el colombiano dejó algo más que 42 millones en las arcas del club; dejó en la Ribera del Manzanares esa sensación amarga de un delantero que prometía goles y más goles y sólo dio (pena) desilusiones y desesperación. Antes de marcharse a China, el delantero logró anotar tres goles: dos en Liga ante Sevilla y Valencia y uno en Champions frente al Astaná en Liga de Campeones.

Los casi 38 millones que costó Jackson pueden equipararse a los 32 que se desembolsó por el francés. En la edad están aún más ajustados, ya que Kevin es sólo un año menor que Jackson. Si hablamos de goles, mientras el ex del Oporto en sus dos temporadas anteriores a vestirse de rojiblanco marcaba 61 goles, el francés (siendo suplente de Bacca) marcó 46, 15 goles menos que el colombiano. Pero se sabe que la Liga portuguesa no es lo mismo que la Liga española, y marcar en España es más difícil que hacerlo en Portugal. Por eso Gameiro en la última temporada con el Sevilla marcó 29 tantos, tan sólo tres menos que Antoine Griezmann en la mejor temporada de su carrera. 

En los dos partidos de Liga que lleva Gameiro con la rojiblanca enfundada son pocas, pero suficientes, las ocasiones que tuvo para poder marcar. El primer partido en el Calderón jugó los 90 minutos y tuvo dos clarísimas para empujarla y las dos se fueron altas. También tuvo una doble ocasión pero se topó contra el meta del Alavés. Marcó el penalti y poco más. Ya en Butarque la cosa cambió. Por lo pronto ni marcó ni jugó el partido completo, ya que en el minuto 57 fue sustituido para dejar paso a Torres. Seis minutos antes, en el 51, tuvo una oportunidad de marcar al hacer una incursión dentro del área driblando a varios rivales pero que acabó estrellando la pelota con Serantes. El francés tiene al fantasma de Jackson rondándole esperando a poseerle

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