El derbi inédito entre filiales acabó con una sorprendente y apuballante victoria rojiblanca ante un Real Betis B desconocido, carente de intensidad y perdido en el terreno de juego. El técnico granadino de los heliopolitanos no supo aleccionar con orden a su plantilla de cara al partido, por lo que el dominio fue en todo momento para un Sevilla C que con esta segunda victoria consecutiva respira y obtiene un colchón de cuatro puntos con respecto al descenso de categoría.

La intensidad fue la clave

Con una Ciudad Deportiva Luis del Sol aborratada, el choque abría el telón con una falta al borde del área a favor de los sevillistas que su capitán, José, se encargó de botar y estrellar en el larguero. Aquella jugada marcaría el camino por el que iba discurrir el envite. Los canteranos béticos comenzaron a cercar los adelaños nervionenses sin orden y jerarquía y se limitaban a cargar de manera imprecisa. El del barrio de Santa Marta, Álvaro González, gozó de la primera ocasión para los béticos tras un potente disparo desde lejos, que casi se le escurre al cancerbero visitante, Churripi. Por su parte, el pichichi Álex Alegría era otro de los que se arrimaban al ataque con jugadas trenzadas que desembocarían en la nada.

Cuando el Betis parecía que se asentaba, iba a llegar el primer tanto del choque, que correría a cargo del dorsal número siete Chaves, gran protagonista de las acciones sevillistas. Este fusilaba dentro del área a Montoya después de aprovechar el rebote de una falta que él mismo provocó cargando desde el costado y que propició la cartulina para Álvaro González. Con el filial bético necesitado de reacción, el vasco Eneko tuvo la oportunidad de las tablas acto seguido, sin embargo, su disparo sin puntería se marcharía alto. 

Antes del descanso, vería la segunda amarilla el cancerbero palmerino Churripi por perder tiempo al sacar de puerta en reiteradas ocasiones. Además, Jesús pudo poner el segundo en el luminoso si su disparo no se hubiera topado con Javi Montoya.

Vendaval sevillista tras el descanso

La segunda mitad se iniciaba con sonrisa malévola para los de Óscar Cano, ya que en apenas diez minutos se despedían de toda opción de hacer algo provechoso en el duelo. Por partida doble, Chaves convertía el segundo gol después de una brillante jugada desde el costado. A continución, la diosa Fortuna volvía a dar la espalda al filial. El lateral zurdó Isaac fue cazado dentro del área tocando el balón con la mano. El trencilla no lo dudó y decretó la pena máxima que Juanma se encargó de marrar ante una espectacular parada de Montoya. Pese al error, los pupilos de Eduardo Dato cargaban con verticalidad encimando los dominios verdiblancos.

El 0-3 aterrizaría en la Ciudad Deportiva pasada la hora de juego, y bajo la firma del capitán y onubense José se hacía patente. El mediapunta hispalense culminaría un contragolpe de manual para abrir hueco en la cita.

Como de choqueros iba el duelo, el centrocampista Chuster se sumaba a la fiesta consumando un golazo desde fuera del área que se colaba en el marco de Montoya tras tocar en el larguero. Hasta entonces el Betis se limitaba a intentar tímidos disparos desde la lejanía del tapete verde la Ciudad Deportiva. Moyita, que ingresó al juego en el segundo acto, fue el que inquitó la portería sevillista con sendos disparos a balón parado.

En el tiempo de prolongación, Fausto Tienza, hizo el gol del honor para los verdiblancos en un partido para olvidar. Los hombres de Cano tendrán la oportunidad de redimirse el próximo jueves ante el Gerena. El retorno hacia la Segunda B será una tarea ardua y abrupta para el filial de La Palmera.