“Vengo a dar mi vida. Tenemos que estar unidos a muerte”. Así fueron las palabras de Calderón en su presentación esta semana. Esas palabras ya han tenido una traducción real, la vida del Real Betis en Primera ha muerto y su vida ha terminado. Ese es el resumen que se saca de la visita del conjunto heliopolitano a Vigo. La llegada del nuevo míster había traído aires nuevos y ante el Celta las sensaciones eran de lograr el punto de inflexión. El efecto Calderón no ha existido y la historia ha sido la de siempre. La misma cuya afirmación se prolonga. El descenso es prácticamente una realidad. Sólo falta la firma de las matemáticas.

Ni Superman, Batman, Spiderman, Thor, los 4 fantásticos o los X-Men. Calderón pedía héroes en su llegada pero en su alineación, evidentemente, no había ninguno. Su primer once tenía a Sara en la portería, Juanfran en el lateral derecho, Lorenzo Reyes y Nono en mediocampo con Salva Sevilla y Verdú, y arriba Leo Baptistao y Rubén Castro. Algunos movimientos para intentar lo imposible.

Y con esa canción de “un pasito pa’lante, María” salió el Betis. El inicio tuvo buenos minutos. Jugó y creó peligro, y no sufrió. Los primeros tanteos fueron para los verdiblancos y al poco tuvieron la oportunidad de adelantarse. Verdú botó una falta lateral que encontró la cabeza de Rubén Castro. La defensa del Celta buscó tirar el fuera de juego, con el éxito de la invención del línea. Rubén junto a Baptistao, más Salva Sevilla por detrás, se quedaron solos ante Yoel. Pero la jugada ya había sido invalidada. Aún así, el primer gol no tardó en llegar. El Betis no se adelantaba en Liga desde el partido contra el Rayo, y ante el Celta lo volvió a hacer. Juanfran centró desde la derecha y encontró al delantero canario en boca de gol, bien situado para subir el tanto al marcador. La conexión funcionó y a los verdiblancos se les ponía de cara la remontada por la permanencia.

Pérdida de las constantes vitales

Pero claro, la frase de la canción sigue con “un, dos, tres, un pasito pa’tras”. El gol a favor trajo una reacción contraproducente del Betis. Se echó atrás, retrasó las líneas, se limitó a buscar las contras y dejó de aparecer tanto por campo contrario. El Celta no iba a dejar ese caramelito al que solo había que quitarle el envoltorio. Los de Luis Enrique se gustan cuando son protagonistas, y tenían la cesión de campo por parte del rival y una defensa enfrente que tiembla con el más mínimo acercamiento.

Rafinha se inventó un pase preciso por encima de la defensa desde la parte izquierda, buscando a Orellana, que conectó con la cabeza el envío por detrás de Paulao. El empate llegaba 5 minutos después. El segundo turno fue para Hugo Mallo, quien con un centro desde la banda sirvió el gol a Charles. El delantero brasileño realizó un majestuoso movimiento de desmarque para zafarse de Paulao en apenas dos metros. La remontada había sido lograda por parte del Celta, así que tocaba la puntilla. No hizo falta hacer trabajar mucho al rival para que llegase. El Betis se encargó de dársela a sí mismo. Los protagonistas volvieron a ser los mismos que anteriormente. Rafinha para Hugo Mallo que se desdobla, la pone y Juanfran despeja de forma inexplicable. El balón choca en Paulao que estaba junto a él, y le queda a Charles, que se la deja a Orellana para que marque.

Errores consecutivos que se encadenan día sí y día también. Los laterales del Betis llevan toda la temporada sin ofrecer apenas prestaciones defensivas. El sufrimiento por los costados es incesante, y por ahí el equipo se desangra. En 22 minutos pasó la efervescencia del efecto Calderón y todo se diluyó. Un espejismo que apenas dio tiempo de ver, los fallos de siempre y repetidos. El apuñalamiento fue claro a vista de todos.

La segunda parte dejó otra nueva jugada errada defensivamente. Despeje blando de Juanfran, sin llegar a sacar el balón del área, cazado por Charles y devuelto a Nolito para que marcase. 4-1 a falta de un cuarto de hora y los gritos en el estadio vigués eran de “a Segunda”. Rubén Castro acercó el marcador tras un fallo de Yoel. Los gallegos sufrieron en los centros laterales a balón parado, y esta vez el guardameta no acertó a blocar una falta botada por Salva Sevilla, y su rechace fue aprovechado por el canario.

El Betis más que en las secciones de deportes de los periódicos aparecerá este sábado en las esquelas. Nadie consigue revivir a este muerto, cuyo cadáver cada vez está menos fresco. En Vigo se ha terminado de cavar la tumba. Los meses venideros podrán emplearse en buscar un buen ataúd. La permanencia se divisa a 8 puntos y puede terminar la jornada incluso a más de 10. Se trata de la peor racha en la historia del Betis, tras sumar 14 encuentros ligueros consecutivos sin ganar (dato ofrecido por Pedro Martín de la Cadena Cope). Con los rivales directos solo ha logrado sumar 2 puntos, empatando ante Rayo y Valladolid. El resto ante estos han sido derrotas contra Celta, Almería, Osasuna y Elche.

Calderón pedía morir en el campo y ya se ha logrado, aunque no cómo se deseaba. La situación ya no la pueden salvar héroes a secas, sino superhéroes.

Los goles del partido en vídeo

0-1, Rubén Castro, min. 17.

1-1, Orellana, min. 22.

2-1, Charles, min. 31.

3-1, Orellana, min. 39.

4-1, Nolito, min. 73.

4-2, Rubén Castro, min. 78.

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