Triunfo balsámico del Real Betis que se aferra con puño de acero a la categoría, a la espera de levantar vuelo hacia un destino mejor. Y es que el conjunto heliopolitano no ganaba en Liga desde finales de septiembre acumulando un total de 14 partidos sin conocer la victoria. La salvación aún queda lejana, actualmente a ocho puntos, pero es, sin duda, un paso fundamental para lograr la proeza.

Sobre el encuentro, el entrenador argentino declaraba: “Sabíamos de la importancia del partido. No teníamos más remedio que ganar. El entrenador siempre quiere ganar y para eso hay que encontrar el equilibrio tras encajar muchos goles en los últimos partidos”.

El planteamiento inicial con defensa de tres sorprendió a propios y extraños a pesar que Calderón lo ensayó durante la semana. El exseleccionador saudí explicó que “solo cambia un jugador. Está claro que viene un jugador nuevo que trabajó cuatro días con nosotros y meterlo entre dos centrales era para darle confianza. Se le había visto rápido y sólido en los entrenamientos. Son cosas que tienen que ver con la autoestima. Estoy muy feliz por la actitud desde el primer día que llegué. Se lo merecen, lo han trabajado durante toda la semana”.

Con respecto a la escuadra de Javier Aguirre afirmó: “Es un equipo que tiene muy claro lo que hace, con dos delanteros en un gran estado de forma. Crearon muchas ocasiones al Real Madrid. Lo hemos hecho perfectamente. Defensivamente tuvimos la organización que veía que no había cuando vine. Gracias a la inteligencia y a la actitud de los jugadores, han demostrado que se podía hacer bien".

Tras llegar empatados al descanso, el transcurso del mismo cambió en el segundo acto para los intereses del Betis. Para Calderón, “el guion no era jugar como en la primera parte. El Espanyol nos cambió tácticamente en el medio y nos creaba superioridad. Necesitábamos cerrar el centro. Lo hicimos en el segundo tiempo y se acabó el problema. Gracias a la salida de la defensa, esa diferencia no se notó tanto en las jugadas definitivas, ya que apenas crearon ocasiones”.

El bigoleador del duelo, Rubén Castro, que acumula cuatro tantos en los últimos partidos y parece que empieza a recuperar su tónica habitual se erigía como el potencial necesario para un equipo que necesita de sus goles: “Desde que yo vine, recuperó un montón de cosas y estoy muy feliz. El equipo lo necesita más que nunca. Es un jugador extraordinario, está más comprometido que nunca y tiene margen de mejora”, matizaba sobre el insular.

También tuvo palabras para los últimos fichajes béticos, Adán y Alfred N’Diaye, titulares y debutantes en el día de hoy: “El portero ha estado sobrio y tranquilo y N’Diaye ha dado mucha seguridad, solucionaba todas las pelotas divididas con una categoría envidiable. En esta función era para que pudiésemos apretar a los dos delanteros y para que pudiese solucionar cualquier jugada si se pasaban a los dos centrales.

Por último, el argentino no quiere saber nada de cábalas y especulaciones sobre la permanencia: “No hago cuentas. Estamos muy atrás en el pelotón. Tenemos que sumar de a tres para creer que la salvación es posible. Era necesaria la primera victoria para recuperar la confianza. Hoy el equipo siguió concienciado. En Valencia tenemos otra final, no podemos pensar de otra forma”, finalizaba Gabriel Calderón