Antes de partir hacia Madrid, el técnico albiceleste del Real Betis, Gabriel Humberto Calderón atendía a los medios congregados en la sala de prensa del Villamarín. El exseleccionador saudí reconocía que la plantilla viaja con la misma “ilusión de siempre” y espera que siga compitiendo como hasta la fecha: “El equipo compite en todos los partidos con las dificultades que tenemos, confía en él y se siente fuerte. Va a seguir compitiendo así, saldremos como en todos los partidos a buscar los tres puntos”.

Se centra en el partido a partido sin mirar más lejos: “En la situación en la que estamos, tenemos que pensar que el de mañana es el último partido y tenemos que ganar. No hay más lejos. Se pueden hacer todos los cálculos que quieran, pero si no ganas el siguiente partido, sirven de poco. Sabemos que tenemos que ir a ganar el partido de mañana; es una obligación, representamos a un gran club y tenemos que dar el máximo en cada encuentro”.

Las últimas actuaciones arbitrales han copado el centro de atención durante las recientes semanas. Calderón no ha querido culpar a los colegiados de la situación del club, explicando: “Cuando llegué hace tres meses el equipo estaba último. El primer responsable de que el equipo esté donde esté es el entrenador. En estos meses, no tengo duda de que los árbitros nos han perjudicado lo suficiente para no estar más vivos, más cerca de salvarnos. A pesar de eso, el equipo siempre siguió compitiendo. El equipo cree en él mismo y en el entrenador. Cualquier otro equipo con todas estas injusticias hubiera bajado los brazos, algo que no ha ocurrido nunca desde que llegué. Eso es lo que me da la confianza y lo que nos hace ser competitivos”.

Con respecto a las palabras de Vadillo, donde reflejaba su disgusto por la marcha de Pepe Mel, el entrenador argentino entiende y respeta las palabras del gaditano, apuntillando: “Todos los béticos estamos muy agradecidos a Pepe por los tres años extraordinarios que hizo. Si nos sirviera para ganar mañana, diría algo, pero no sirve hablar del pasado. Eso ya pasó. Hoy soy yo el entrenador y tengo que pensar hacia adelante. Respeto lo que cada uno diga, pero eso no nos va a hacer ganar mañana, así que no le veo mucho interés. No me molesta, todos tienen derecho a decir lo que quieran. Con todas las dificultades que ha habido, el equipo cree en el entrenador. Si el equipo da la cara es porque confía en mí”, finalizaba.