Preocupante la imagen dada por el Betis en estos dos últimos partidos en el "stage" de Inglaterra. Si bien el partido de ayer frente al Stoke mostró a un Betis al menos voluntarioso en la segunda mitad que incluso llegó a mandar el balón al palo en dos ocasiones, el encuentro de hoy frente al Sunderland mostró a un Betis con orden y control de balón pero rancio, sin ideas, sin imaginación, sin chispa en la parcela ofensiva y con los ya conocidos errores garrafales que viene arrastrando el Betis no solo en esta pretemporada, sino en toda la temporada pasada.

Volvía a experimentar en la tarde de hoy Julio Velázquez con ese doble pivote con Xavi Torres y Perquis que, si bien ayudaba a tener el balón y evitar los contragolpes del conjunto inglés, se mostraba totalmente inoperante en la salida y demandaba como el comer un jugador que diera sentido al juego y que conectara con la delantera. La primera parte se saldó sin sobresaltos, con un ritmo de juego asombrosamente lento y sin ocasiones para ninguno de los dos equipos, amén de un par de arrancadas de Álex Martínez por el flanco izquierdo y alguna que otra caída a banda de Rubén. El Sunderland, que jugaba al son del Betis, tampoco inquietó a Adán.

Ya en la segunda parte, se esperaba que con la entrada de Pacheco, Chuli y sobre todo de Matilla, el Betis creara juego, llevara el peso del partido y fueran llegando las ocasiones. Nada más lejos de la realidad, ni con un hombre más en la parcela ancha el Betis logró enlazar jugadas y el partido se volvió cada más tosco y hasta violento, con algun pique y trifulca entre los jugadores. Hasta el minuto 79, cuando un mal pase del central tinerfeño Bruno lo interceptó Fletcher para abrir el marcador. Ni tres minutos después, Wicckham se aprovechaba de un nuevo desajuste de la defensa bética para sentenciar el partido.

El Betis acaba así su ronda de amistosos en tierras anglosajones dejando una imagen cada vez más pobre y dando razones más que obvias a la secretaria técnica de que los fichajes son necesarios y urgentes.