Empezó cómodo el Sabadell, teniendo la pelota, imposibilitando la creación de juego por parte del Betis, al que no le duraba el balón ni tres pases seguidos. Incluso llegó a asustar el conjunto catalán con un córner cabeceado por el central Crespí que se marchó rozando el larguero.

Este primer aviso blanquiazul hizo despertar al Betis que poco a poco se fue haciendo con el dominio pero mostrando una vez más sus carencias en labores organizativas. La labor de Xavi Torres y Lolo Reyes era de destacar pero a la hora de enlazar jugadas, una y otra vez se les nublaba la mente y perdían el balón. Aun así, empezó a crear peligro el Betis, sobre todo por banda derecha donde Álvaro Cejudo volvió a brillar con luz propia. La pelea incombustible del cordobés casi da su fruto en una jugada en la que le robó el balón a Eguaras, que acabó derribándolo. No vio nada el colegiado.

Mientras el Sabadell lo intentaba como podía por medio del exbético Aridai, muy activo durante la primera mitad, el Betis se fue viniendo arriba y a punto estuvo de crear peligro en dos ocasiones por medio de Molina, una tras jugada de Rubén por la izquierda en la que acabó derribado por un defensa y otra en la que se fue bien de un defensa, provocando falta.

La superioridad del Betis tuvo su fruto finalmente en el minuto 20 cuando una falta botada por Álex es atajada por el portero, Rubén falla el rechace y Cejudo está atento para colocar el balón por debajo de las piernas de los defensas poniendo el 0-1 en el marcador. Segundo partido del ex de Osasuna y segundo gol en su cuenta.

El gol dio al traste con todo el esfuerzo del Sabadell, que se vino abajo tras el gol lo que ocasionó diez minutos después el segundo tanto de la tarde. Gran pase de Matilla en profundidad para Rubén que deja solo a Matilla para fusilar a De Navas. 0-2 y la tranquilidad total para el beticismo.

El equipo catalán lo siguió intentando con cuentagotas gracias a la velocidad del japonés Sotan y la técnica de Aridai pero el Betis no estaba por la labor de hacer peligrar el marcador, al menos en la primera parte.

La segunda parte empezó como la primera con la posesión del balón para el Sabadell, aunque ahora con más peligro. Tamudo, con un gol anulado, y Collantes, con un potente tiro que atajó a Adán, a punto estuvieron de recortar distancias en el luminoso. 

El Betis notó en demasía el cansancio de su mejor jugador, Cejudo, lo que hizo que bajara el pistón considerablemente. Estaba conforme con el resultado y simplemente dejó que pasaran los minutos sin acercarse siquiera a la meta local. No fue hasta el minuto 66 cuando, con la entrada de N'Diaye por Cejudo, el equipo se vio más fresco y llegaron sus mejores minutos y, con ellos, varias ocasiones seguidas.

Jugaba el Betis con un planteamiento extraño, con cuatro mediocentros y dos puntas (Renella había entrado por Molina) pero la entrada de N'Diaye se notó muchísimo. Álex y Rubén tuvieron sendas ocasiones para marcar, pero fue el propio canario el que, con ayuda de Renella, batió por tercera vez a De Navas, poniendo la supuesta sentencia en el marcador.

Pero con el Betis, como decía aquel, no se puede elevar nada a definitivo. Cuando el partido parecía controlado, volvieron los fallos en defensa, volvieron los nervios y las imprecisiones y con ellos los goles. Primero Edgar tras fallo en la salida de Adán y luego Tamudo con un cabezazo anticipándose con facilidad a Figueras pusieron el 2-3. Y a sufrir.

Los minutos de descuento fueron de infarto para un Betis que vio como el Sabadell rondaba cada vez más el empate. Afortunadamente, la reacción blanquiazul fue tan tardía que apenas tuvo tiempo ni de pasarlo mal.

Con el pitido final llegó la tranquilidad pero el partido acabó dejando una sensación amarga. Una sensación de impotencia al ver como tu equipo, tras ganar 0-3, acaba sufriendo por aguantar el marcador contra un rivel infintamente inferior. Lo mejor del partido, sin duda, los tres puntos.

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