La Liga aterrizó en el Villamarín bajo un calor sofocante que superaba los 40º grados. Con una temperatura intempestiva y con la ilusión rebosando por los rostros verdiblancos echó a rodar la pelota.

Ninguna variación en el once con respecto a lo que dispuso en Sabadell, Julio Velázquez optaba nuevamente por un trivote de corte defensivo en la medular, dejando arriba al trío conformado por Rubén Castro, Cejudo y Molina. La discutida pareja de centrales, Perquis-Jordi Figueras, cerraban el eje bajo la atenta mirada de la parroquia heliopolitana.

Los de Anquela, con la baja de su central más contundente, Juanma, y la ausencia por contrato de Braian Rodríguez, que no podrá jugar ante el Betis esta temporada, presentó una alineación con clara vocación de resistencia. Una línea de cinco zagueros impuso el conjunto rojillo para desplegar en zona de ataque la velocidad de Palanca y la determinación de Sergi Enrich.

El choque no pudo comenzar mejor para la escuadra que preside Domínguez Platas, ya que, a los cuatro minutos y con el público accediendo a sus localidades, el canario Rubén Castro, se plantaba solo ante Biel Ribas y dio muestras de su potencial ofensivo definiendo con maestría, abriendo, de este modo, la lata.

Escasos segundos antes del gol, un choque de Palanca con Molinero, obligaba a abandonar el terreno de juego al lateral bético, que sangraba por la cabeza debido a una brecha.

El uno a cero brillaba en el marcador y un Betis muy enchufado buscó el segundo tanto por mediación de Molina, que se topó con un activo cancerbero numantino. Sin embargo, un Numancia sin nada que perder estiró líneas e inquietó los dominios de Adán pasado el cuarto de hora con disparo de Gerrit.

Rubén Castro con su compromiso y la chispa de velocidad de la que hace alarde no se despegó del área soriana, mermando en innumerables ocasiones al exportero periquito Ribas, que no se achantó ante el popular ariete, abortando con paradas de todos los colores los intentos del grancanario.

El ecuador del primer acto dio un giro sustancial en todas las facetas del juego. Tanto fue así que Miguel Palanca, aprovechó una prolongación desde un saque de banda que sumada a la indecisión del meta madrileño sirvió para poner las tablas momentáneamente en el marcador.

Sustituciones forzadas

En la acción del gol se iba a producir la lesión de Álex Martínez, con problemas en una de sus rodillas. El excastillista, Jorge Casado ocupó su posición. El Betis perdió el timón del partido y las llegadas rojillas se sucedían, aunque sin excesivo peligro. Lolo Reyes y Xavi Torres, sí que relucían en zona de tres cuartos llegando desde atrás y continuaban poniendo en apuros al arquero soriano. De hecho, el de Jávea estrelló su disparo al larguero.

La suficiencia de Rubén Castro salvó al Betis

Los infortunios seguían acosando al conjunto de Velázquez. Al filo del descanso, el técnico salmantino se vio obligado a realizar el segundo cambio. Molinero, con la camiseta salpicada de sangre, no podo volver al terreno de juego después de que el Club no dispusiera de otra zamarra para el lateral. Después de intentar solucionar el incidente recortando el nombre y el dorsal y estamparlo en otra camiseta, el colegiado no autorizó dicho experimento por lo que el de Ontígola tenía que dejar su sitio en el verde a Nono.

El segundo periodo arrancaba con la misma tónica predominante durante los primeros 45 minutos. Las interrupciones, parones y tarjetas invadieron un tapiz verdiblanco angustiado por la temperatura.

Perquis y Xavi Torres fueron amonestados camino de la hora de encuentro por faltas deliberadas y a destiempo. Anquela dio entrada a Natalio, uno de sus hombres ligados al gol.

Cejudo, desde la lejanía, testaba la seguridad del marco rojillo, pero sin embargo, a falta de 15 minutos para bajar el telón daría lugar la jugada polémica del partido. Un agarrón dentro del área de Gafoor sobre Rennella, recién ingresado en el terreno de juego en detrimento de Molina, fue castigado por el trencilla con penalti. La discutida acción iba a propiciar el segundo y definitivo tanto para los de La Palmera.

Rubén Castro, desde los once metros, no perdonó con un lanzamiento impecable, sumando su tercer gol del curso en dos jornadas. El exdelantero del Dépor, Nástic de Tarragona o Rayo Vallecano, entre otros, está a punto de convertirse en el máximo goleador de la historia del Club verdiblanco.

En las postrimerías del choque, el gaditano Nono bien pudo ampliar la renta aunque su llegada desde atrás después de un formidable pase del goleador Castro, no fue materializada de milagro. Conectó un golpeo que escupió la madera tras pasearse por la línea.

La imagen del Real Betis no fue positiva, denotando que aún faltan engrasar la maquinaria en estos primeros compases de temporada. Hasta el momento, no hay fútbol, pero sí resultados, donde los de Velázquez encadenan la segunda victoria consecutiva.

La próxima semana pondrá rumbo al Estadio El Toralín, feudo de la Ponferradina, donde no juega desde el 3 de marzo de 2011, año del retorno a Primera división.

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