El fútbol volvía al Benito Villamarín después de una semana tranquila en cuanto a acontecimientos se refiere, como así aseguraba el propio entrenador bético, Julio Velázquez. La victoria a domicilio en Montilivi planteaba el encuentro ante el Mirandés de otra manera.

El once heliopolitano tan solo presentaba la única modificación forzosa de Xavi Torres, baja hasta mediados de octubre, que dejaba su sitio al internacional senegalés Alfred N'Diaye, ausente en Girona por sanción.

Por su parte Carlos Terrazas daba la sorpresa inicial al alinear al excancerbero del Deportivo Alavés, Sergio Pérez en detrimento de Imanol Elías. El vitoriano debutaba de esta manera con los de Miranda de Ebro.

Con nutrida presencia de aficionados verdiblancos en la grada, el envite arrancó con los premisas a las que el Real Betis tiene acostumbrada a su parroquia esta temporada: dudas en la parcela defensiva, dificultad para sacar la pelota jugada y mucha pegada arriba.

El Mirandés tomó la manija del encuentro y a los siete minutos un envío desde la izquierda queda muerto en el interior del área, después de que la pareja de centrales no atinara a depejar con precisión, allí Asier Barahona, incrédulo por el error en la zaga se entretuvo en exceso golpeando la pelota con escasa potencia. Antonio Adán acabó blocando.

El costado zurdo del ataque visitante era una mina sin explotar y Aitor merodeaba este sector sin presión y con comodidad. De hecho, una de sus internadas le costó la primera cartulina amarilla Molinero. Acto seguido, una falta botada por Emilio Sánchez volvía a pillar descoordinada a la defensa bética que contemplaba impertérrita como Juanjo cabeceaba a placer, enviando su el cuero metros cerca del palo izquierdo de la meta defendida por el de Mejorada del Campo.

El paso de los minutos fue otorgándole mayor dominio al conjunto de Julio Velázquez, que asistía desde la banda bajo el alocado runrún del graderío. La primera ocasión de los heliopolitanos iba a llegar a los 20 minutos cuando una combinación entre Cejudo y Molinero termina con el de Ontígola en interior del área, pero el pase atrás fue interceptado por un defensor burgalés que concedía córner.

El Real Betis manejaba el partido tras soportar el arreón inicial de los rojillos. Vincenzo Rennella probaría fortuna en solitario, aunque su carrera sin coherencia terminó con el francoitaliano en la hierba del coliseo de La Palmera.

La discuatuda figura de Jordi Figueras iba a arrojar más dudas en la tenebrosa parcela defensiva. Una pérdida del catalán, la captura Barahona, que una vez más, volvía a toparse con Adán.

El canario suma y sigue

Si atrás las dudas envuelven a la entidad que preside Domínguez Platas, arriba la descomunal presencia de Rubén Castro acudía al rescate del Betis. Una mala salida de balón de Álex García, la iba a aprovechar Rennella para servir un balón de oro al canario, que ante Sergio Pérez no perdona haciendo subir el primer tanto al luminoso.

Los compases finales del primer acto deambularon por la senda de las impresiciones en ambas escuadras. El exmurcianista Molinero, uno de los hombres más activos junto a Rennella, se sacudió un fuerte chut con el exterior que terminó lejos de la portería del Mirandés.

Las continuas pérdidas en zona bética se sucedían y el público congregado en el estadio despidió a sus jugadores con tímidos silbidos, sobre todo, depués de observar como Igor Martínez y Álex García pusieran en aprietos por enésima vez a la blanda zaga del Real Betis Balompié.

La segunda mitad aterrizó como un refllejo de lo visto en los primeros 45 minutos. El cuadro de Velázquez, descompensado atrás y fino en ataque. A los cinco minutos de la reanudación, un centro de Kadir logra cabecearlo muy forzado Castro, que no inquietó un ápice al meta burgalés.

Si su primera intentona de la segunda mitad se topó con el arquero, la segunda sí fue al interior de las mallas. En esta ocasión, un balón procedente desde la izquierda, nacido en las botas de Casado, lo enchufa el de la Isleta después de recurrir a dos cabezazos, ya que el primero se estrelló en el larguero.

Los cambios entraban a escena en el partido, y Terrazas comenzó a dar frescura con la esperanza de mover un resultado que a la postre iba a ser definitivo. Con la entrada de Pedro, el Mirandés ganó en chispa. Sin embargo, esta era insuficiente. Antonio Adán, muy seguro de sus convicciones en el marco, abortaba todas las intentonas de la escuadra visitante.

El Betis, cargado de efectividad pero desdibujado, contemporizó el ritmo del encuentro tras el segundo gol. La permisividad defensiva hacía enfurecer a la parroquia. Su equipo genera peligro aunque concede muchísimos espacios cerca de los aledaños a la portería.

Un disparo envenenado de Aitor fue embolsado por el excancerbero madridista. La recta final del choque pudo dejar algún más, sobre todo a Rubén Castro, que en las postrimerías tuvo en sus botas la oportunidad de firmar un hat-trick. Nono, que salió a falta de pocos minutos para el ocaso también pudo ampliar la cuenta con un zapatazo desde la lejanía.

Al término de los 90 minutos, el Real Betis de Julio Velázquez suba su segunda victoria consecutiva y se coloca en cuarta posición, a tan solo un punto del líder. El Mirándés, por su parte, continuará en zona de descenso con tan solo 4 puntos en su casillero.

Los goles