Tarde de homenaje y reencuentro de sensaciones en el terreno de juego de Heliópolis en una jornada señalada y marcada a fuego en el vestuario palmerino, que volvía a saborear la miel de la victoria cuatro partidos después.

Una leyenda viva del beticismo como Luis del Sol fue ovacionado en los prolegómenos de la cita. Detalle que se vio empañado ante las quejas y muestras de inconformismo de algunos sectores del Villamarín hacia la directiva.

Inmiscuidos en la acción del cuero, el envite comenzaba bajo una dinámica eléctrica. A los tres minutos y en el primer córner que aterrizaba en el verde a favor del Decano, una jugada ensayada pudo suponer el primer tanto. El futbolista de Santa Olalla del Cala, Jesús Vázquez, soltaba un latigazo desde el balcón del área que obligó a Antonio Adán a emplearse a fondo.

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Menosse, dormido

Tan solo unas jugadas más tarde iba a llegar la primera gran combinación de un Real Betis falto de un juego de costuras. Una gran pared de Rubén Castro con Kadir la rentabiliza el francoitaliano Vincenzo Rennella llegando desde atrás, colándose a las puertas del área pequeña y dejando en evidencia a Menosse pone la punterita de la bota para sortear a Dani Sotres y hacer subir el primer chicharro al luminoso.

La mecha del choque había prendido y el Recreativo, lejos de achantarse, sacó sus armas, perfectamente engrasadas, para igualar dos minutos después: una cabalgada del jerezano Pedro Ríos por el costado provocaba un magnífico centro que encontraba completamente solo a Montoro dentro de la zona defendida por el meta de Mejorada del Campo. El valenciano, usando su cabeza de proyector, alojaba el potente testarazo en el fondo de las mallas.

Una vez roto el hielo, y nunca mejor dicho, tras la calurosa tarde que azotaba a la capital hispalense, el encuentro merodeaba por meandros de inquietud. El runrún de la grada no benefició a un Betis que se dedicó a contemplar y canalizar las idas y venidas del Decano con la pelota. El ex del Levante, Ríos, se postulaba como el mayor peligro recreativista a base de velocidad, desborde y definición. Buena prueba de ello estampó en el partido camino de la media hora cuando, escorado pero en dirección al área volvía a saldar con nones su batalla particular con Adán.

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El tramo final del primer acto trajo consigo la rémora de Rubén Castro. El canario, en un alarde de pillería y atención iba a provocar un penalti que no admite tutía tras un claro derribo del guardameta cántabro Dani Sotres. Un disparo seco de Rennella es escupido por el ex del Racing. Castro, más listo que Menosse, le ganó la carrera por el rebote al charrúa, que asistía a la caída del ariete después de una obstaculización del meta. Desde los once metros, Rubén Castro abrazó el gol que tan ligado a sus botas está tras cuatro encuentros sin idilio.

Tras el refrigerio en casetas, la segunda mitad desembarcó con vientos de intermitencia. Ni Betis ni Recreativo supieron completar el puzle de las triangulaciones y los balones en largo cobraron protagonismo.

En el 65 de partido un aparente inofensivo balón de Kadir para Rubén Castro se convertiría en el segundo penalti, y por consecuencia, en el tercer gol del Betis. El matador de la Isleta, como un funambulista giró la cadera en el filo del área y destrozó a Menosse, que no tuvo más opción que abatir el contoneo del insular. El argelino se pedía el segundo penal de la tarde y con parsimonia lo transformaba engañando a Sotres.

El Recreativo volvía a tirar de orgullo y escudado en su mejor hombre salía a la carga. Pedro Ríos, en acción personal, puso la directa y driblando a todo aquel que salía a su paso puso en bandeja el segundo tanto del Decano a Nuñez, recién ingresado en el terreno de juego. El canterano madridista firmaría su primer gol de la temporada en el primer esférico que acarició.

Las expulsiones desdibujaron a los de Oltra

Con 20 minutos aún por disputar, la gasolina de un voluntarioso Recreativo de Huelva tocó a su fin. Un exalbiazul como Chuli sustituía a Rennella y bien pudo poner tierra de por medio si su cabezazo teledirigido hubiese encontrado puerta. Álvaro Antón también gozaría de minutos y segundo a segundo va cogiendo entonación tras acumular cinco meses en el dique seco.

Velázquez y Oltra se increparon a la conclusión

Los diez minutos finales estuvieron marcados por las expulsiones por doble amarilla de dos zagueros onubenses. Primero Menosse, que no tuvo su tarde, y después el capitán Córcoles, se marcharían a vestuarios antes de tiempo presos de la impotencia de verse por detrás en el marcador.

Al término de la partida, un Julio Velázquez cuestionado insufla aire y calla las voces críticas del público del Villamarín. La próxima semana se librará una nueva batalla por la supervivencia de un entrenador que trabaja en un clima enrarecido. Osasuna será el siguiente escollo verdiblanco.

Resumen