Después de la tormenta, llega la calma, al menos de momento. El Betis, con Merino como entrenador interino, se llevó la victoria en Palamós donde el protagonista no fue el balón si no el dichoso tiempo. En un escenario anegado por la lluvia, Rubén Castro y Rennella fueron los únicos capaces de introducir la pelota en las redes. Partido de desgaste que dejó poco fútbol, problemas físicos y muchos resbalones.

Más allá de las circunstancias climatológicas, el Betis afrontaba el encuentro con intensidad, ganas y con la mente puesta en hacer un buen papel para sacudirse las críticas de las últimas semanas. Con este convulso trasfondo, Merino optó por dejar en el banquillo a jugadores que venían siendo titulares como Matilla, Rennella o Lolo Reyes. El cambio más significativo lo realizó en el centro del campo, alineando a N’Diaye, Ceballos y Xavi Torres, optando por un 4-3-3, con Cejudo y Kadir por bandas y Rubén Castro como único punta.

En la primera mitad del choque, los jugadores de ambos conjuntos salieron al Municipal de Palamós y pronto se ensañaron en una lucha caótica para ver quien controlaba el escurridizo balón. Nada de conducciones y, a la mínima, pelota arriba. Así se desenvolvía el encuentro. Pero en los primeros cuarenta y cinco minutos, era el conjunto local el que parecía controlar más ese juego y se acercaba con más asiduidad a la portería defendida por Adán. Los únicos acercamientos eran a balón parado, y el partido estaba para ello. El Betis empezó a acumular faltas en contra en las bandas y eso era un peligro. Un total de 10 faltas en contra, que no supo aprovechar su rival al no encontrar rematadores en los múltiples balones colgados al área bética. Un Betis, con poco que resaltar en la primera parte. No supo adaptarse a las exigencias del terreno de juego y solamente creó peligro en alguna ocasión aislada en algún rechace que quedaba en la frontal del área. Así lo intentó Dani Ceballos, cuyo disparo que salió rozando el larguero fue la ocasión más clara de los visitantes en los primeros 45 minutos.

Con el 0-0 al descanso, Merino tomó la decisión de modificar su esquema de un 4-3-3 a un 4-4-2, al cambiar Ceballos por Rennella. El punta franco-italiano era una pieza idónea para resolver las dudas en el juego y el que mejor se adecuaba a la exigencia que había por jugar con balones aéreos. Así, poco después de entrar en el verde, Rennella tuvo la ocasión más clara antes del gol. Su disparo potente salió rozando el palo izquierdo de Moragón. Poco después, un disparo cruzado se quedó parado por el agua, Kadir recogió el balón ganándole la partida al central del Llagostera dentro del área y le ponía un pase milimetrado a la cabeza de Rubén Castro, batía a Moragón e igualaba a Domínguez como máximo goleador histórico del Real Betis.

Ya con 0-1 en el marcador, el Llagostera seguía empecinado en buscar una falta cercana al área para buscarle las cosquillas a la defensa verdiblanca en el juego aéreo. Y con esta táctica puedo llegar el empate cuando en un córner colgó el balón al segundo palo y el remate dio en el larguero de la portería defendida por Adán tras rebotar en Molinero. Precisamente éste, minutos después de esta jugada, caía lesionado y era sustituido por Piccini. Minutos más tarde, un despeje en defensa del Betis, iba a acabar con el balón en área contraria, encontró la llegaba de Rubén Castro que, casi emulando a Kadir en el primer gol, sirvió el esférico a pocos centímetros de la línea de gol para que Rennella pusiera el 0-2 definitivo.

Con la victoria ante el cuadro catalán se coloca con 24 puntos y quinto clasificado a expensas de lo que haga la Ponferradina en su partido del domingo frente al Zaragoza.