Un partido loco. Aunque eso en el Villamarín no es noticia. Con poquísimo ambiente en las gradas -el frío, la hora y el hecho de que todos los socios tuviesen que pagar no ayudaba a la causa-, el Betis dejó aún más helado a su público cuando en apenas cinco minutos ya estaba dos goles abajo en el marcador. El Almería se impuso con claridad en una primera mitad donde se fue ganando por 0-3, anotando un doloroso cuarto gol al inicio de la segunda parte. Con todo en contra, Merino apostó por Rubén Castro y el Betis, con él en el campo, se vino arriba, hizo creer a su afición y se quedó a un solo gol de empatar el partido.

Francisco salió de inicio en el Villamarín con un once lleno de novedades, forrmado por: Julian, Míchel, Dos Santos, Verza, Quique González, Corona, Edgar, Teerasil, Mané, Iván Sánchez y Antonio Marín.

Merino, en su primer once al frente del primer equipo como local, alineó a: Dani Giménez, Matilla, Rennella, Chuli, Piccini, Pacheco, N'Diaye, Perquis, Lolo Reyes, Casado y Caro.

El partido comenzó trepidante para los visitantes. En apenas cinco minutso de encuentro, Mané y Teerasil ya habían llevado el balón al fondo de la red de Dani Giménez en dos ocasiones, para desconcierto local.

El Betis intentó reaccionar de forma tímida, con dos goles de diferencia que dejaban muy encarrilada la eliminatoria de forma clara para el Almería, pero seguía dando síntomas de fragilidad en defensa.

Pero a la media hora de juego, para dejar más claro aún la superioridad del terreno de juego, el Almería hizo el tercero por medio de Quique González, haciendo explotar a la poca afición que se había cercado al estadio y haciendo que algunos incluso empezaran a marcharse.

Ya en la segunda mitad, las cosas no comenzaron mejor para el Betis. Sin mucha fe por una remontada épica, el Almería bajó un escalón con respecto a su nivel de la primera mitad y el partido se equilibró.

Aún así, el cuarto no se hizo esperar. Esta vez fue Ivan Sánchez, que debutaba en el Almería, quien hizo aún más sonrojante la goleada que estaba recibiendo el Betis ante los suyos.

Pero en el Villamarín pasan cosas, a veces extrañas para cualquier persona. Con todo perdido, Merino sacó a Rubén Castro, que no parecía con muchas ganas, y este respondió haciendo el 1-4 y erigiéndose como máximo goleador de la historia del Betis.

Tras ello, llegó el segundo gol verdiblanco cinco minutos después gracias a Perquis, que había tenido una noche aciaga. El público se vino arriba y al borde del 90' llegó el tercero, obra de Jorge Molina. Parecía un milagro, pero el Betis estaba dentro del partido, con un pie también dentro de la eliminatoria y a punto de igualada el encuentro.

Pero el empate no llegó en el marcador por falta de tiempo, con todo el equipo volcado en ataque. El Almería se lleva un buen resultado para la vuelta, aunque aún no definitivo debido al último cuarto de hora del partido.

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