Son muchos los que se han hecho eco de la coincidencia numérica entre el Betis de la temporada 2010/2011 y el de este año. Coincidencia numérica con respecto a la cantidad de puntos que acumula el conjunto verdiblanco en su particular casillero: 53 puntos. Con 28 jornadas disputadas, Pepe Mel y su equipo de ayer y hoy son meros calcos en lo que a puntos se refiere. Con la excepción de que esta temporada el Betis ya ha visto pasar por su banquillo a tres entrenadores diferentes, son muchos los que se empeñan en formalizar el ascenso del equipo partiendo de una casualidad en la suma de los puntos. Pero detrás de esos números hay jugadores, hay táctica, hay juego, etc. Olvidándonos de números, ¿que similitudes y diferencias hay entre aquel Betis y este? ¿Sigue fiel Pepe Mel a aquel esquema que hizo que su equipo ascendiera a Primera División?

Los equipos

A nivel general comparamos las alineaciones más utilazadas por Pepe Mel en la temporada 2010/2011 y en la actual. Más allá de las variaciones de nombres, se observa una variación táctica. Aunque a la hora de desarrollar el juego el Betis despliegue y plasme la filosofía del técnico madrileño (movimiento, presión y velocidad, como principales cualidades), la disposición en el campo, tal y como las dos imágenes ilustran, son diferentes, ligeramente diferentes, pero diferentes en todo caso.

Hace cuatro temporadas, la disposición idónea era la de un 4-3-3, con un solo pivote defensivo, Iriney, dos centrocampistas más adelantados, Salva Sevilla y Beñat, y un tridente ofensivo compuesto por Rubén Castro, Jorge Molina y Emaná que marcó 58 goles en liga. Actualmente, la modificación táctica no ha sido drástica con respecto a aquella temporada. Un 4-4-2 es el sistema elegido, con dos centrocampistas fijos, N'Diaye y Lolo Reyes, uno con más movilidad y permiso para jugar en varias zonas del campo, Dani Ceballos, y otro que juega más escorado, casi de extremo, como Portillo. Y, además, modifica la parte de arriba, apareciendo los mismo nombres, Rubén Castro y Jorge Molina, pero ahora son dos puntas, dos delanteros puros.

Vista la modificación táctica entre una temporada y otra, pasamos a continuación a analizar las diferentes zonas del campo y resaltar similitudes y diferencias entre ambos equipos.

La defensa

En la temporada del último ascenso, las rotaciones en defensa fueron un factor común en el Betis. Los cuatro defensas que más partidos acumularon en liga fueron los que están en la imagen superior. Sin embargo, Belenguer o Miguel Lopes también acumularon una buena cantidad de partidos.

La característica en común entre ambos conjuntos es, sin duda, el juego de los laterales. La opción de hacer de los laterales piezas muy ofensivas es típico de Mel y sus equipos. La pareja Isidoro-Nacho y Molinero-Varela coinciden precisamente en eso. Además, los centrales también se asemejan con respecto a la forma de juego. Roversio era un central con muchas opciones en el juego aéreo, precisamente la primera cualidad de Bruno y Jordi Figueras. La cualidad de Dorado era la seguridad que tenía cuando iba al corte, un defensa más hábil que Figueras y Bruno, aunque estos dos aprovechan, ahora con Pepe Mel, su envergadura y su fuerza para ganar los balones divididos y los cuerpo a cuerpo.

El centro del campo

El pilar que sostiene la filosofía de Pepe Mel. Es la base del juego para el técnico madrileño y así lo hizo saber hace cuatro años y lo hace saber a día de hoy. En el campo, tres centrocampistas en la temp. 10/11, cuatro en la actualidad, pero en cuanto a estilo de juego se refiere, pocas modificaciones.

Iriney, Beñat, Salva Sevilla, un pivote defensivo y dos conexiones con el tridente ofensivo. Iriney hacía el papel de "juego sucio", un jugador que se asemeja en varias ocasiones a Lolo Reyes, por la dureza y el sacrificio en tareas defensivas. Salva Sevilla y Beñat ocupaban gran parte del centro del campo, pero aparecían más en ataque, sobre todo Beñat. Y aquí reside una de las diferencias. Dani Ceballos es un todoterreno, al igual que N'Diaye, o 'box to box' en lenguaje inglés. Abarcan todo el terreno de juego que pueden. Beñat y Salva Sevilla, aunque apoyaban a Iriney, tenían labores más de construcción de juego. El que se queda descolgado es Portillo. Tiene un juego más por banda, como un extremo, rol que en la temp. 10/11 no existía como conexión con la delantera, ya que lo podía desempeñar el propio Rubén Castro cuando caía a banda izquierda.

La delantera

Pasar de jugar con tres puntas, a hacerlo con dos. Rubén Castro, como referencia, y Jorge Molina, como inseparable compañero, siguen al pie del cañón.

Las modificaciones tácticas son notables en esta zona del campo. Cuando Pepe Mel optaba jugar con tres delanteros, la propia posición en el campo requría que uno o dos jugadores cayeran a banda. Rubén Castro desempeñço un papel crucial. Su velocidad y movilidad valieron para que cayera asiduamente a banda izquierda, nutriera de balones a Jorge Molina, referencia en el área ofensiva con un ron de rematador puro, o simplemente buscara las cosquillas al defensa y acabara él la jugada. Emaná era el encargado de poner fuerza y músculo en la parte ofensiva, caía a banda derecha con normalidad, pero su punto fuerte era arrancar desde la parte central del campo. Ahí era letal.

Ahora, Pepe Mel ha optado por fijar a los dos delanteros. Rubén Castro ya no se deja ver escorado a banda y aprovecha su velocidad y habilidad para jugar entre líneas. La capacidad de Dani Ceballos para encontrar la conexión con sus compañeros de ataque es esencial. El papel de Jorge Molina, por su parte, es muy parecido al que desempeñó hace cuatro temporadas. Es más un rematador, aunque Pepe Mel le proporciona otras labores como el de aguantar el balón de espaldas a la portería, ir al centro del campo a recibir el balón o, incluso, caer a banda derecha, como ya ha hecho en varias ocasiones esta temporada.