El tipo de partido que se domina de cabo a rabo por un equipo y no se consigue ganar, se dejó ver por el Benito Villamarín en el regreso del Real Betis a la máxima categoría del fútbol español. Un querer y no poder. Así se podría resumir lo que supuso el primer empate de la temporada para los de Pepe Mel. El Betis arranca la temporada con buen sabor de boca y dejando buenas vibraciones sobre el terreno de juego. Un resultado corto para un equipo que mereció ganar.

El merecimiento de ganar al final no fructificó. La superioridad del conjunto heliopolitano hizo al Villarreal pequeño sobre el césped y el control del partido era absoluto. Sin embargo, mientras el Betis se dejaba ver cada vez con más asiduidad por el área de Aréola, el Villarreal aprovechó un despiste de la zaga verdiblanca para hacer el 0-1. En el rechace de un córner, el balón terminó en banda izquierda y un balón de Jaume Costa terminó en las botas del debutante Soldado y, tras un magnífico control, lograba batir a Adán. El ex del Tottenham lograba su primera diana siendo descarada referencia para el 'Submarino'. Los de Marcelino no pudieron ofrecer otro juego que no fuese buscar al punta de manera directa o con la conexión con Léo Baptistao durante la primera mitad. La presión del Betis en mediocampo y la presencia en campo rival de los de Mel, desactivaron la sala de máquinas con presencia destacada de Bruno Soriano.

El Villarreal consiguió imponerse por 0-1 en la primera mitad, pero el resultado no alteró para nada el transcurso del encuentro. En la segunda mitad continuó la superioridad del equipo local, destrozando las estadísticas de posición y las llegadas a área rival. No obstante, la destacada presencia por banda derecha, zona por donde se volcó todo el juego ofensivo del Betis durante los primeros 45 minutos, se fue diluyendo tras la salida de Cejudo del terreno de juego. Esto supuso menos presencia por esa zona y, por tanto, Piccini, protagonista inesperado durante el encuentro por su gran actuación, dejó de tener apoyos por la banda, dificultando su tarea ofensiva. Ceballos entraba en escena, y el juego se volcó más por la zona interior, también con la entrada de Fabián que entraba por N'Diaye, omnipresente durante el partido. Así continuó el Betis asediando al rival y, tras varos sustos que pudieron suponer el 0-2 en el electrónico, con Bakambu como protagonista y Adán como antagonista, el Betis consiguió el preciado premio. Vargas botó una falta lateral y, tras rechazar la defensa y sorprender Piccini con un disparo desde larga distancia que rechazaba Aréola, Xavi Torres perisitió sin éxito pero el goleador Rubén Castro logró perforar las redes de la meta del Villarreal y poner en el electrónico el definitivo 1-1.